Yeo Joo había perdido la cuenta de las veces que había marcado el mismo número sin que nadie se lo cogiera. De haber estado en casa en vez de en el restaurante de la tía de Ho Seok, hubiera maldecido al aire y se habría quedado a gusto haciéndolo, pero ese no era momento ni lugar.
Encima, por si no fuese suficiente que no le cogieran el teléfono cuando lo necesitaba, había visto a Chang Kyun bajar las escaleras de los dormitorios y, al verla, volverse corriendo para arriba. La estaba evitando y a Yeo Joo comenzaba a cansarle eso. Entendía que el chico estuviera avergonzado por haberse corrido antes de tiempo y haber llorado como un niño encima de ella, pero no tenía cinco años, ¿de verdad iba a huir de ella cada vez que la viera durante las siguientes dos semanas? Le parecía absurdo.
Dejó el teléfono en su sitio y suspiró. Tal vez podría preguntarle a Ho Seok qué hacer. Total, Ho Seok era un dramático y un llorón, quizá sabría cómo solucionar ese dichoso problema en el que se había metido por tratar de ligarse a un mocoso virgen. Un mocoso virgen muy adorable al que no quería renunciar todavía, pero mocoso y virgen al fin y al cabo.
Se dio la vuelta y salió del restaurante.
Si lo pensaba, su único problema no era que no le cogieran el teléfono. Tenía otro problema que empezaba a preocuparle más y era la cantidad de tiempo que pasaba Ho Seok con Hyung Won. Se habían vuelto casi inseparables en apenas unos días. No era que estuviera celosa, no (aunque tal vez un poco sí), sino que Ho Seok estaba desaparecido, siempre fuera de casa en algún sitio pasando el rato con ese otro mocoso. ¿Con quién se suponía que tenía que hablar? Si Yeo Joo tenía dos aliados en toda aquella historia y una estaba en Seúl y no le cogía el teléfono, y el otro había encontrado un entretenimiento mejor que escucharla quejarse y pedirle consejo, ¿qué diablos tenía que hacer? Quería pegarse un tiro.
-Espera -le dijo alguien a sus espaldas, y ella se detuvo en seco. Esa voz no era de nadie que ella recordara conocer.
Se dio la vuelta, y se encontró de frente con un chico de veintipocos, alto, moreno, de hombros anchos y muy, pero que muy atractivo.
Si su tipo ideal se materializara, luciría como ese chico, Yeo Joo estaba convencida.
Hyun Woo se acercó hasta ella, y le tendió su cartera. Al principio, Yeo Joo no entendió por qué él tenía eso, después recordó que había salido tan acelerada del restaurante, que había olvidado que lo había dejado en la barra.
-¡Oh, Dios mío, gracias! -Cogió las cosas que Hyun Woo le ofrecía y se inclinó u poco hacia adelante para agradecérselo y pedirle perdón por las molestias-. No sé dónde tengo la cabeza hoy... En serio, gracias.
Él sonrió de una forma que le hizo parecer un león marino, y ella sintió que temblaba. Se esforzó por no sonreír como una idiota.
-Déjame que te invite a tomar algo y así me devuelves el favor -le dijo él, con toda la naturalidad del mundo, tan seguro y tan directo, borrando su sonrisa para volver a ser ese chico tan masculino y tan sexy que la había dejado sin aliento. Yeo Joo supo que era imposible que le dijera que no.
Sonrió, coqueta.
-Está bien.
Él le ofreció su brazo para que se lo sujetara, y Yeo Joo, de lo emocionada que estaba, quiso chillar. Pensó echar un vistazo a las ventanas de la habitación de Chang Kyun para ver si él miraba, pero no creyó que el gesto fuese a ayudarla, de modo que se abstuvo de hacerlo. En cambio, aceptó el brazo que él le ofrecía y dejó que la encaminara calle arriba.
Parecía que su suerte acababa de dar un vuelco. Hyun Woo físicamente era perfecto, y su actitud hasta el momento le había gustado. Si Chang Kyun iba a hacerse el difícil, ella no iba a esperar por él. Le daría una oportunidad al chico grandote, y si resultaba que no era para ella, tal vez, quizá, Chang Kyun les viera juntos, se pondría celoso y decidiría dejar de hacer tonterías.
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301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA X
RomanceHyung Won pensó que aquel sería el peor verano de su vida. En un pueblo en medio de la nada con muchos bichos, mucho sol y cero cobertura, solo esperaba dos semanas terriblemente aburridas. Pero allí conoció a Ho Seok, y su vida dio un vuelco. Mien...