Hyung Won rodó por la cama vacía, vestido solo con un bañador y con el teléfono contra la oreja.
-Te acabas de ir y ya te echo de menos -le dijo a la persona al otro lado de la línea.
Él y Ho Seok se habían colado en una casa que llevaba abandonada más años de los que había estado habitada, tanto que para poder entrar habían tenido que esquivar un montón de plantas entre las que había zarzas que les habían rascado las piernas.
Ho Seok estaba tumbado a los pies del colchón, fumando mientras ignoraba la poca gracia que le hacía que Hyung Won se hubiera tirado a la cama para llamar a su mejor amiga porque allí había cobertura. Sonaba a broma de mal gusto.
-Acabamos de coger el tren a Seúl -le dijo Min Ji-. Honey está durmiendo sobre mi hombro. Me está babeando la camiseta pero, sinceramente, está tan bonito que me da igual.
Hyung Won resopló de forma burlona.
-Ay, lo que hace el amor.
Ho Seok, desde el sofá, dio otra calada a su cigarro y rodó los ojos. No quería admitirse que estaba celoso, pero estaba celoso. Dos horas, ¡dos horas hacía desde que Min Ji se había ido! Y todo lo que había hecho Hyung Won había sido hablar de ella, y de la pena que le daba que se fuese tan pronto (aunque ella llevara tres semanas allí y apenas le hubiera hecho caso por estar con Ho Seok), sobre las cosas que podría haberle enseñado del pueblo y que no le enseñó, sobre las cosas que solían hacer ellos en verano cuando estaban en Gwangju, sobre lo bien que se lo pasaban en clubes y yendo de la casa de uno a la casa del otro cuando sus padres no estaban.
Tal vez, además de celoso, le tenía envidia, porque todo lo que hacía él en verano era trabajar en los cultivos de su familia, ayudar en la posada o en el restaurante y morirse del asco porque sus pocos amigos se iban a la ciudad y el único que le quedaba en el pueblo se dedicaba a vestirse de chica, para follar con idiotas y pasarse el día pegado al teléfono de la posada hablando con su hermana sobre chicos, como si él, su mejor amigo, no existiera.
"Es que me ahuyentas a los chicos", solía decirle. Pues vete un ratito a la mierda tú y tus amantes que te ven como a un trozo de carne, hyung.
Hizo una mueca y se revolvió en el asiento. No era con Ki Hyun con quien estaba enfadado en ese momento, tenía que dejar de darle vueltas a todo lo que en algún momento en su vida le había resultado irritante o molesto.
-Tú harías lo mismo con Ho Seok oppa, así que cállate.
-Mi hyung no babea, loca.
No, ya lo haces tú, pensó Ho Seok.
-Es verdad, que eso lo haces tú -dijo Min Ji al otro lado de la línea, como si le hubiera leído la mente al novio de su mejor amiga. O tal vez él se la había leído a ella, que le conocía desde bastante antes.
-Oye, no me expongas así, zorra.
-Define zorra, porque si es de abrir las piernas demasiado, querida, tú me ganas por goleada.
Ho Seok sintió otro pinchazo en el pecho al escuchar a Min Ji. Se estaba cansando de todo aquello.
Se levantó y salió de la habitación, llevándose el mechero y el paquete de cigarrillos. Hyung Won le miró hacerlo, sin saber muy bien por qué se iba y adónde, aunque acabó sacudiendo la cabeza, seguro que no era nada.
-Querida -repitió Hyung Won, en el mismo tono que ella había usado para llamarle así a él-, son las gatas y las perras las que se arriman a cualquiera, te llamo zorra porque eres mala.
-E inteligente y asusta.
-Demasiado.
-Oye, hablando de cotilleos y de amor -dijo ella, cambiando completamente de tema. Estaban en un callejón sin salida con ese, estaban destinados a insultarse solamente si seguían así-, tienes que contarme qué diablos ha pasado con Yoo Ki Hyun y tu hermano. No me lo creía cuando me los encontré comiéndose la boca ayer.
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301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA X
RomanceHyung Won pensó que aquel sería el peor verano de su vida. En un pueblo en medio de la nada con muchos bichos, mucho sol y cero cobertura, solo esperaba dos semanas terriblemente aburridas. Pero allí conoció a Ho Seok, y su vida dio un vuelco. Mien...