Ho Seok llegó a su dormitorio aquella noche casi llorando. Había estado aguantando las ganas de estallar en llanto, pero no estaba muy seguro de poder aguantar mucho más.
Se dejó caer a plomo en la cama, y se encogió sobre sí mismo hasta quedar en posición fetal.
Se había pasado todo el día con Hyung Won. Por la noche el día anterior habían vuelto a casa de la bisabuela de Ho Seok a volver a ver las estrellas y disfrutar de un poco de intimidad que en la casa rural (con Hyung Won compartiendo habitación con su hermano) y en su casa (con su madre y su hermana), no tenían. Se habían dormido entre besos, mirándose más entre ellos que a las estrellas.
Por la mañana habían vuelto a la playa, aunque no habían estado mucho rato allí. Había demasiada gente, a mediados de julio como estaban. Habían estado lo suficiente como para darse un buen baño, acabar de arena hasta las orejas y acabar compartiendo dos o tres cigarros en los columpios de un parque infantil que, sorprendentemente, estaba vacío. (Tal vez hacía demasiado calor).
Luego se fueron en bicicleta a dar una vuelta, para volver antes de mediodía en autobús, aunque al llegar a su parada no habían vuelto al pueblo de Ho Seok, sino que se habían ido en dirección contraria. Ho Seok le enseñó a Hyung Won las plantaciones de naranjos que había rodeando toda la zona en la que vivían, incluso se las arregló para que pudieran pasear en medio de los árboles y que el jefe de la empresa que gestionaba la plantación les diera algunas frutas que no estaban en condiciones para vender. Las iban a usar para hacer zumo, pero Ho Seok, con su carita adorable y sus contactos (porque el jefe y su madre habían sido novios durante el instituto), había conseguido que le dieran una cestita con tres o cuatro naranjas. No era gran cosa, pero servía de almuerzo.
Comieron un par de horas más tarde en la única pizzería que había a menos de diez kilómetros de casa de Ho Seok, y luego se escondieron en el mismo terreno vacío donde fumaron la primera vez, donde además de fumar, se preguntaron mil cosas, en un intento de conocer todo del otro ahora que les quedaba tan poco tiempo juntos, y también se besaron mil veces. Sin lengua, con lengua, tocándose de más o no tocándose para nada que no fuera abrazarse. Cuatro o cinco horas estuvieron allí, luego fueron a casa de Ho Seok un rato y después volvieron a la casa rural, a que Hyung Won preparara su maleta para irse.
Ho Seok no supo cómo no se puso a llorar en ese mismo instante, pero aguantó el tipo. Se les hizo eterno llenar la maleta, de lo mucho que se entretuvieron hablando y aprovecharon para besarse cada vez que Hyun Woo salía de la habitación o se daba la vuelta y no podía verles. Se arriesgaban demasiado, pero cuanto más cerca veían separarse, más igual les daba que les vieran demasiado juntos, mirándose de forma demasiado íntima.
Si Hyun Woo había visto algún beso de los que se dieron, no dijo nada.
Recordaba que Yeo Joo le había dicho esa mañana que se había acostado con Hyun Woo. Él tenía prisa porque no quería perder ni un minuto con Hyung Won y le dijo que se lo contara luego, pero a ratos mientras estaba en la habitación de los dos hermanos, se preguntaba qué debía pasarle por la cabeza a Hyun Woo, si se sentiría igual que él ante la idea de dejar ir a Yeo Joo así. Si lo sentía así, no se le notaba.
Cuando se hizo de noche, ambos planeaban escaparse a algún lado a pasar la noche juntos, pero sucedió algo. Ho Seok aún no tenía claro el qué. Tal vez, a los padres del chico se les hizo demasiado raro que pasaran tantísimo tiempo juntos ese día. No lo sabía, pero la madre de él le había dicho que necesitaba su ayuda para algo, y aunque Hyung Won se puso tan rebelde como Ho Seok había averiguado días atrás que podía ser, al final tuvo que ceder y dejar ir a Ho Seok.
Así se había visto Ho Seok, solo en casa y solo queriendo estallar en llanto sobre las sábanas. Hyung Won se iría a las seis o las siete de la mañana del día siguiente, de vuelta a Gwangju en coche. Habían intercambiado números, pero Ho Seok se preguntaba cuánto tardaría Hyung Won en olvidarse de él una vez estuviera de vuelta en la ciudad.
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301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA X
RomanceHyung Won pensó que aquel sería el peor verano de su vida. En un pueblo en medio de la nada con muchos bichos, mucho sol y cero cobertura, solo esperaba dos semanas terriblemente aburridas. Pero allí conoció a Ho Seok, y su vida dio un vuelco. Mien...