Diary

8 2 0
                                    

Al siguiente día de recibir aquella caja Jeno esperaba impaciente a que su madre llegara a casa.

Lo que había dentro de aquel paquete era un diario, al parecer carecía de hojas. Contenía fechas citadas en días y horas especificas. Jeno miró sorprendido todo lo que este contenía, parecía que le estaban haciendo algún tipo de broma pues no podía creer que aquel diario pertenecía a su madre.

—¿De esto es sobre lo que hablaba? —hojeó y ojeó una y otra vez aquellas páginas, releyendo una y otra vez lo que contenían.

Impresionado por aquella información leyó un par de veces más. Analizando lo que el diario decía y lo que él recordaba del pasado se dio cuenta que quizá no era una broma. Por más irreal que pareciera, las posibilidades de que todo lo que estaba escrito haya pasado eran muy probables. Varias cosas a las que no les encontraba sentido comenzaron a aclararse.

Se sentía sorprendido pero aun mas furioso, en especial con su madre.

Su alarma del celular comenzó a sonar marcando las 7 a.m. en punto, la desactivó de inmediato, frotó sus ojos con cansancio, no había podido dormir en toda la noche. Se despeinó el cabello y salió de su habitación con el diario entre sus manos.

—¿Por qué tienes esa cara? —se topó con su padre en el pasillo. —¿Has estado llorando? -preocupado observó sus ojos hinchados.

—¿A que hora llegará mi madre?

—Llegó hace unos minutos. ¿necesitas algo?

Jeno lo ignoró y se dirigió al cuarto de sus padres donde al abrir la puerta se encontró a su madre empacando prendas en una maleta.

—¿Iras de viaje? —fingió curiosidad. Su mare al escucharlo pareció congelarse, dándole la espalda respondió;

—Algo así.

—Me gustaría que regresáramos a Alemania... —habló tranquilamente intentado hacerle notar que sabía lo que ocurrió.

—¿De que hablas? —se giró a verlo con gran rapidez. Sus ojos se abrieron y su boca se movía en intento de formular alguna excusa. Jeno la miró sonriente mientras levanta el diario moviéndolo juguetonamente. —¡¿Dónde encontraste esto?! —gritó preocupada y arrebató el diario de sus manos.

—Alguien me lo dio.

—¿Lo leíste?

—¿Tú que crees?

—No es como lo has leído... nada ocurrió así. —probó su excusa.

—Parece algo increíble, ¿no escribiste algún cuento de ficción o algo parecido? —se burló. —¿Cómo pudiste hacerme algo así?

—No es como lo piensas. —interrumpió su padre desde la puerta.

Su madre comenzó a llorar, desesperada arrancó y rompió en pedazos los restos del diario. Su padre intentó calmar su llanto pero era casi imposible. Jeno observó sin expresión alguna como MinSuk se lamentaba en el suelo rodeada de pedazos de hojas viejas y desgarradas.



EIGENGRAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora