"Hay tantas primeras veces... pero, ¿Cómo hacer que una vuelva a repetirse y sentirse de la misma manera?"
La primera vez que Jeno vio a JaeMin fue un momento singular. Ni siquiera había sentido aquella atracción por sus padres... la sensación era distinta. Una especie de recuerdos que no estaba seguro fueran reales se hacían presentes en su mente y tacto.
No había pasado menos de mes y medio que se habían mudado a un nuevo edificio. Regularmente en años pasados solían ir de un lugar a otro, por lo que no acostumbraba a salir de su habitación a menos que fuese necesario.
Cuando llegaron a aquel lugar notó que era una zona tranquila y no muy transitada. Un día quiso explorar un poco pero sin darse cuenta comenzó a salir la mayoría de las tardes, solía caminar un par de horas por el vecindario y sus alrededores, entraba en las plazas y husmeaba un poco aprendiendo un poco de esto y un poco de otro. Aquel día decidió ir más lejos, sabía estaba alejándose bastante de donde vivía, ni siquiera estaba seguro si sabría como regresar pero su interés por descubrir era mayor que el miedo a perderse, pues nunca había ido a más de dos cuadras de distancia.
Una librería estaba siendo inaugurada, sólo podía observarse a un joven empleado. Aquella tienda era grande; estaba adornada a molde rústico con muebles y arreglos de madera, decoraciones que asimilaban el lucir del oro, quizá imitación, quizá original... tonalidades rojizas obscuras y azul marino en los cojines hechos de terciopelo en la sala de estar.
De sólo verla sentía que era un lugar cálido y elegante, pero la gente pasaba de largo. Observó de lejos y leyó con dificultad el letrero en la puerta "coffe and library" .
Sobre la banqueta se encontraba aquel chico repartiendo volantes que nadie tomaba, a pesar de ser una calle demasiado transitada no parecía haber algún interesado.
Sintiendo un poco de pena, fue que cruzó la calle y al llegar a la entrada arrebató un folleto de las manos del otro. En un principio aquel chico lo miró con una expresión sorprendida, después frunció el ceño y dijo:
—Puedes ser amable, ¿lo sabes?
Jeno no tenía idea si había hecho algo mal, así que solo sonrió incomodo mientras leía su nombre en el gafete.
—JaeMin... —Susurró y el nombrado levantó una ceja cuestionado su presencia.
—Estamos inaugurando... —murmuró enojado. —Tomaste el folleto con treinta porciento de descuento en la compra de dos libros... —agregó mirando el papel en sus manos.
Jeno examinó aquel pequeño rostro frente a él. De un extremo a otro sus ojos recorrieron su nariz, sus ojos mirando abajo, sus mejillas rosadas y sus labios un poco abultados convirtiéndose rápidamente en una mueca extraña, quizá de cansancio... pensaba. Podía sentir su piel, sus facciones entre sus dedos, de alguna manera recordaba haberlo tocado en algún momento de su vida.
—¿Qué miras? ¿Comprarás los libros o no? —exclamó molesto.
—Ah... lo haré —mintió, ni siquiera llevaba una sola moneda.
Aquel día pasó el resto de la tarde haciéndole compañía a JaeMin, un extraño no realmente extraño. Aquel raro sentimiento era mutuo, por lo cual ninguno alejó la presencia del otro.
Revisó unos cuantos libros... bueno, en realidad solo las ilustraciones. Hubo un momento en que JaeMin quiso sacarlo de la librería pero repentinamente soltó una risa peculiar mientras pasaba la hoja de una revista. La idea de que pudiera hacer algo era abundante pero ¿Qué podría hacer un chico como él? no parecía peligroso en realidad.
—Eres un poco raro, si planeas hacerme algo... mejor considera en ni siquiera intentarlo. Puedes resultar seriamente lastimado. — amenazó apuntándolo con su dedo índice y después le dio un par de crayolas y libros para colorear. —Toma, cerraré en 40 minutos, mientras tanto puedes usar esto.
Después de que JaeMin cerró la librería permanecieron fuera un momento. Jeno no perdía de vista todo lo que el otro hacía, quería preguntarle muchas cosas pero no sabía el por qué ni cómo decirlo. Era posible que ni siquiera se hubieran visto alguna vez en sus vidas pero una irreconocible sensación les hacia pensar lo contrario.
—No sé porqué estuve confiando en ti todas estas horas si ni siquiera me has dicho tu nombre. —mordió su labio inferior observándole de pies a cabeza. —Ni siquiera compraste algún libro, algún café... —reprochó. —¿Quién eres y qué quieres? —preguntó curioso pendiente de su respuesta.
—¿Yo? Soy Jeno, y.... creo que estaba buscándote. —sonrió avergonzado.
—Jeno... — susurró con un tono divertido, ligeramente sorprendido y una sonrisa burlona. —Creo que te recuerdo... —le dio la espalda y se alejó dando lentos pasos. Sentía su corazón bombear emocionado como si hubiese encontrado algo que ansiaba tanto tener de nuevo.
Jeno se quedó unos segundos inmóvil bajo el farol de luz amarilla sobre él. Al notar que JaeMin se alejaba demás se dio prisa a alcanzarlo.
—¿Me recuerda? —susurró confundido.

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EIGENGRAU
FanfictionAl descubrir las estrellas decidió mantenerlas cerca tanto como pudiera, pues siendo lo más placentero que había visto quería tener aquellas dos sólo para él. "El disfrutar ha sido una experiencia que me ha vuelto egoísta."