Al día siguiente de haber recibido la llamada de JaeMin, Jeno se dirigió a la librería por la tarde. Al llegar pudo ver por el cristal de la puerta que parecía estar ocupado envolviendo un par de libros probablemente para llevar a entregas.
Entró haciendo sonar la campana de la puerta pero no logró llamar la atención del otro.
—Te ves bien incluso con pedazos de cinta en tu rostro. —dijo por fin logrando que JaeMin volteara hacia él. En respuesta solo recibió una expresión extraña, probablemente estaba un poco molesto.
JaeMin continuó cortando la cinta y arreglando el envoltorio del libro en sus manos. Jeno se acercó lentamente hasta estar frente de él.
—Lo digo en serio. —estiró su mano hasta tocar la su mejilla y quitó un pedazo mal cortado de cinta adhesiva. Esta vez recibió una sonrisa vaga y corta.
—Pensé que no vendrías.
—Quería venir temprano... pero como es domingo supuse que estarías ocupado.
—Y lo estoy.
—Ya lo veo. —sonrió con diversión.
—Podrías ayudarme. —sugirió en queja.
—¿Aún envolverás más? —buscó con la mirada sobre la mesa.
—No, en realidad ya he terminado. —dejó aquel libro dentro de la caja de cartón sobre la mesa. —Oh, por cierto... —susurró alejándose y Jeno lo siguió.
Lo encaminó hasta la bodega de la librería, ésta se encontraba en un pequeño sótano.
—Ayer... —murmuró mientras se ponía de cuclillas frente a una caja sellada. —Encontré algunas cosas en el armario, tenía bastante tiempo que no realizaba limpieza ahí. —rio. Jeno observó como rompía sin cuidado el cartón. —Probablemente recuerdes... probablemente no.
—¿Un balón? —JaeMin lo sacó de la caja.
—Tu balón. —Corrigió.
—Las estrellas...— susurró recordando aquella vez que JaeMin le obsequió aquel juguete.
—¿Lo recuerdas?
—No realmente, pero las estrellas nunca las olvidé. De cierta manera siempre lo tuve presente, tal vez de una manera indirecta.
—Incluso ahora.
—¿Cómo? —JaeMin señalo el pequeño estampado de estrella blanca sobre la camisa negra que Jeno traía puesta. —Oh... a eso me refería. —sonrío.
—Si, lo he notado, también en tu sudadera, en tu chaqueta, incluso tu gorra. Pensé que era sólo un gusto personal.
—También lo pensé.
—Encontré esto... —sacó una manta de color azul con estampado de gatos y se puso de pie.
—Los gatos...—susurró sorprendido. —Quería mucho a SunSun. —sonrió ampliamente.
—Murió después de que te fuiste. —hizo una mueca de disgusto al escuchar aquello. —Recuerdo que maullaba bastante cada vez que te veía. —Jeno asintió recordando.
—¿Es todo?
—Si, no encontré más. Solo quería enseñarte esto. —mirando a los ojos de Jeno pensaba en que más decir. —Tengo una duda...
—¿Cuál es?
—¿Cómo es que...?
—Después de tratamientos y algunas cirugías pudieron lograr que el problema se resolviera. Y sí, repentinamente logré ver. —interrumpió respondiendo rápidamente y al final soltando una risa divertida, le parecía ridículo contar aquello ya que realmente sonaba como una mentira.
—Ya veo... —musitó sorprendido.
—Yo también. —intentó bromear pero sólo recibió una mueca extraña como resultado.
—En realidad me alegro que pueda verte de nuevo...
—Me alegro que pueda verte ahora. —interrumpió. —Es realmente diferente el recuerdo de mi tacto que el ver tu rostro, lo siento tan... real.
Jeno se acercó, JaeMin no se movió siquiera un poco. Ambos miraban el rostro del contrario, analizaban cada una de sus facciones.
—Realmente eres precioso... —susurró mirando como JaeMin relamía su labio inferior denotando nerviosismo. Esta vez sus narices rozaban un poco, la distancia entre ambos disminuya a cada respiro.
—Es todo lo que iba a mostrar... —balbuceó señalando la caja detrás de él. Sin mover su rostro dirigió su mirada a los labios frente a él.
La campana de la puerta pudo escucharse sonar pero ninguno prestó atención a ello.
—¿Podría...?
—¿Podrías qué? —cortó su pregunta una tercera voz molesta.
—Ah... RenJun... —JaeMin se distanció rápidamente y carraspeó su garganta. —¿Has venido por los libros? —cuestionó intentando evitar balbucear.
—¿Quién es él? —ignoró. —¿Qué hace aquí? —preguntó esta vez con un tono más alto y molesto.
—Soy Jeno, RenJun. —respondió antes de que JaeMin siquiera abriera la boca.
RenJun frunció el entrecejo mirando a ambos en busca de más respuestas hasta que vio aquel balón. Fue en ese momento que su expresión se relajó y rodó los ojos mientras soltaba un tedioso bufido.
—Ya... —rio. —¿De nuevo estás aquí? —soltó amargamente entre dientes. Al notar que Jeno le miraba hizo una expresión pareciendo fingir asombro. —Puedes ver ahora, felicidades. Qué afortunado. —sarcástico aplaudió con una sonrisa forzada. —Ahora puedes irte. —su rostro volvió a tener un semblante serio y apuntó con la palma de su mano la puerta del sótano.
Jeno miró a JaeMin quien parecía preocupado. Al l notarlo, intentó sacar a RenJun del sótano.
—Ven conmigo un momento... —susurró más como petición que una orden. En un principio se negó pero terminó accediendo.
Ambos subieron las pequeñas escaleras del sótano, dejando atrás a Jeno.
—¿Qué estaban haciendo?— murmuró bastante enojado.
—Solo platicando...
—¿Cuándo se irá? ¿Por qué no le dijiste que se fuera? ¿Hace cuánto qué lo has estado viendo? —preguntó con impresionante rapidez. —¿Sabe qué estás conmigo? —lo miró fijamente con la respiración agitada.
—Sí, lo sabe. —mintió. RenJun dudó pero al final aceptó.
—No quiero volver a verlo contigo. Hace dos años que tú y yo estamos juntos; debería saberlo. —habló con un tono más alto intentado hacer que Jeno escuchara también. Bajo la mirada atenta y preocupada de JaeMin tomó la caja con libros sobre la mesa y salió de la librería sin decir nada más.
—¿Era por esto que decías no estaba bien?
—¿Cómo? —JaeMin volteó buscándolo.
—El porqué no estaba bien coquetear contigo... — recordó con una divertida sonrisa y salió de la librería jugando con el balón entre sus manos.
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EIGENGRAU
FanfictionAl descubrir las estrellas decidió mantenerlas cerca tanto como pudiera, pues siendo lo más placentero que había visto quería tener aquellas dos sólo para él. "El disfrutar ha sido una experiencia que me ha vuelto egoísta."