Después del incidente de MinSuk, TaeShin propuso a su esposa un viaje; lo que en realidad implicaba era irse, mudarse una vez más. MinSuk no quería estar más cerca de aquellos lugares que le traían malos recuerdos.Jeno no se extrañó ante su decisión, ni siquiera le importó en realidad. Sentía nostalgia por los buenos recuerdos que pudo tener con ambos en algún momento pero cada vez que pensaba en sentirse lamentable, recordaba lo que JaeHyun alguna vez le dijo;
—Las relaciones pueden terminar en cualquier momento, no importa si es tu familia, amigos o pareja... habrá situaciones en las que debe de terminar. No porque les consideres importantes, significa que sean indispensables para tu vida. Puedes extrañarlos pero si los tienes cerca siempre recordarás el porque los querías lejos... sólo ocasionarías problemas para ti mismo.
JaeHyun se rindió en su juego, dejó toda su diversión rindiéndose por la tranquilidad de Jeno. De cualquier manera no podría separarlo de JaeMin, no de ninguna manera en la que no hiciese sentir mal a su "pequeño".
Decidido optó por proteger a ambos, no dejaría que ninguno necesitara algo, enfermara siquiera. No dejaría que ninguno de ellos resultara lastimado de la manera que fuera.
JaeHyun deseaba a ambos.
Jeno necesitaba de ambos.
JaeMin cedía ante ambos.
Era el día de la fiesta anual del aniversario de Eigengrau.
Los tres se encontraban en la terraza del edifico donde sería la celebración. JaeHyun como vicepresidente de la sede tenía que encontrarse horas antes para asegurarse de que todo estuviera en orden; así que consigo llevo a Jeno y JaeMin.Permanecieron de pie mirando frente a ellos a gran altura los edificios cercanos, aquello a gran distancia, las carreteras, los autos y personas viéndose todo más pequeño desde la altura a la que estaban.
—¿Por qué la organización tiene ese nombre? —cuestionó repentinamente. —El mismo del libro... —añadió.
—Suponía que lo sabías. ¿No liste el libro que obsequiaste a Jeno? —bebió con delicadeza de su copa de vino.
—¿Simplemente por el color?
—No es así. Aquello que vemos al cerrar lo ojos, no es negro, se denomina como gris intrínseco, teóricamente ese nombre se le ha dado. Y se ha tomado para dar concepto a todo detrás de lo que hacemos.
—No lo entiendo... —murmuró confundido.
—Es una referencia a pasar de largo todo lo cruel, inhumano y desagradable que la organización hace. —agregó Jeno. —A pesar de saber que no deberías hacer todo esto, te comportas como un ciego, como si cerraras los ojos. Lo único que ves es la organización y lo que puedes obtener de ella, por esa razón tiene ese nombre, ya que al cerrar los ojos solo puedes ver una cosa; el Eigengrau. —se formó una débil sonrisa marcada de repulsión.
JaeMin asintió mientras escuchaba detenidamente. Podía escucharse como la gente comenzaba a llegar, cada par de minutos la puerta del elevador emitía un pequeño "beep" y las puertas eran abiertas.
—Se ven bien con el smoking que elegí para ustedes. —JaeHyun sonrió satisfecho. Tomó la mano de ambos, quienes lo miraron expectantes. —No duden en decirme cualquier cosa por mínima que piensen que sea. De cualquier modo yo lo sabré. Será mejor que no guarden ningún secreto de ahora en adelante. —advirtió con voz firme. —Yo... no permitiría que algo les ocurriese. Desde este momento son lo único por lo cual permanezco en la organización... JaeMin, espero que no te arrepientas de la decisión que has tomado, y aunque lo hagas sabes que no puedes librarte de ninguna manera.
—¿Aún así... tenemos que unirnos? —JaeMin dudaba si debía preguntar. Sabía lo que implicaba haber aceptado relacionarse con ambos pero temían aún de lo que pudiese ocurrir.
—Jeno hace días que lo está... antes de sus padres irse cedieron todos sus derechos en él. Y sobre ti, no quiero que lo hagas. Unirse fue elección de Jeno, no puedo negarme si el quiere hacerlo. Pero tú, JaeMin, no deberías relacionarte demasiado. —lo miró preocupado esperando su respuesta.
—Si ambos dicen que no lo haga... no lo haré. —sonrió en intento de transmitirle confianza. Verlo en aquel momento lo hacía sentirse intimidado, sabía y sentía que no podía retarlo más... a excepción que fuera por diversión.
Los tres soltaron el agarre de sus manos, JaeHyun se puso frente a las puertas del balcón de la azotea; tomó con su manos las manillas de las altas puertas y ante ambos las abrió; mostrando así a un grupo de personas que los miraban dedicando una reverencia a modo de saludo.
Incluso si Jeno tuviera las estrellas en sus manos, su valor no se compararía siquiera por volver a repetir aquel momento en que miró a ambos por primera vez.
Podía admirar las estrellas dentro de los ojos de JaeMin y sentir el calor del sol entre brazos de JaeHyun.
Al dejar las puertas completamente abiertas, el mayor acomodó el moño sobre su cuello y susurró lo suficientemente audible para los otros dos:
—Bienvenidos a Eigengrau.
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EIGENGRAU
FanfictionAl descubrir las estrellas decidió mantenerlas cerca tanto como pudiera, pues siendo lo más placentero que había visto quería tener aquellas dos sólo para él. "El disfrutar ha sido una experiencia que me ha vuelto egoísta."