Capítulo 13

310 26 8
                                    

La- Te hice una pregunta, hija…

Y- Mamá… Yo puedo explicar, lo que pasa es que

La- ¿Qué acabo de decirte? -la interrumpió, pero estaba calmada-

Yulia apartó la mirada, suspiró profundamente y siguió hablando sin mirar a su madre quien estaba atenta a lo que le decía su hija.

Y- No te voy a mentir, hace unas semanas que retomamos contacto Lena y yo y créeme que luego de tantos años esto me vuelve a hacer feliz. No somos amigas, tampoco es que estemos saliendo, simplemente hemos coincidido por diferentes motivos y solo hace unos días atrás nos reunimos por voluntad propia de ambas.

La- Mi vida, sabes que yo no tengo nada en contra de Lena -Yulia volvió a mirarla fijamente- pero cada vez que ella vuelve a tu vida o tú a la de ella, ambas terminan lastimándose y no entiendo el por qué si es muy evidente que ustedes dos guardan sentimientos mutuos…

Y- Yo, a veces no lo entiendo tampoco… Y muchas veces me dije a mi misma que tenía que terminar definitivamente el ciclo con ella, pero no puedo mamá… Esto va más allá de todo lo que sé y lo que siento.

La- Yo sé Yulia que tú la quieres mucho, no es fácil asimilar que terminó todo lo que las dos vivieron desde niñas y seguir con sus vidas como si nada. Solo te voy a aconsejar que pienses, piensa muy bien cada cosa, piensa en tus hijos y piensa en ti. Yo te he visto sufrir hija y me duele también, pero te he visto crecer y madurar así que está vez espero que hagas las cosas bien.

Y- ¡Gracias mamá! De verdad que me siento muy bien cuando hablo contigo.

La- Y bien, ¿cómo está ella y su hijo? ¿para qué te llamó?

Y- Pues está muy bien y a su hijo todavía no lo conozco, pero me a hablado mucho de él… Ah y me invitó a salir mañana por la noche

La- Entonces deja aquí a los niños, me encanta que se queden a dormir…

Al día siguiente, a eso de las cinco de la tarde Yulia buscaba en su gran armario que ponerse para esa noche.

Debía vestir elegantemente, pero sin exagerar. No quería verse tan ataviada y optó por lo más clásico y tradicional para ese tipo de encuentros.

Se vistió con un vestido negro de tiras delgadas, no muy corto y ceñido al cuerpo que tenía unos pocos destellos en plateado y escote en V, unos zapatos con tacones no muy altos en azul marino, su cabello lacio que caía sobre sus hombros, maquillaje en tonos claros y suaves y un pequeño bolso de mano a juego con los zapatos.

Ya acercándose la hora pactada, bajó a la sala a esperar a que Lena pasara por ella. Anna y su chófer el señor Faddei la vieron cuando bajaba y le hicieron algunos cumplidos.

Ella mandó a llamar a Mikhail, el guardaespaldas con el que pasaba más tiempo.

Y- Mikhail necesito que me acompañes, pero manteniendo una distancia prudente. No te separes de mi a menos que te lo indique, pero no quiero que mi acompañante se percate de tu presencia.

M- Entiendo señora Volkova, no se preocupe cumpliré con lo que me pide.

Y- Ah y otra cosa… Dime Yulia, ya te lo he dicho.

Sus hijos se encontraban donde sus padres, desde la noche anterior se habían quedado a dormir allá junto a otro de los guardaespaldas y el que faltaba ya que eran tres, tenía el día libre.

A las siete en punto escuchó un auto aparcarse al frente de su casa, en seguida su celular empezó a sonar, así que contestó la llamada.

Y- Veo que llegaste puntual

El Amor Nunca Terminó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora