La- Te hice una pregunta, hija…
Y- Mamá… Yo puedo explicar, lo que pasa es que
La- ¿Qué acabo de decirte? -la interrumpió, pero estaba calmada-
Yulia apartó la mirada, suspiró profundamente y siguió hablando sin mirar a su madre quien estaba atenta a lo que le decía su hija.
Y- No te voy a mentir, hace unas semanas que retomamos contacto Lena y yo y créeme que luego de tantos años esto me vuelve a hacer feliz. No somos amigas, tampoco es que estemos saliendo, simplemente hemos coincidido por diferentes motivos y solo hace unos días atrás nos reunimos por voluntad propia de ambas.
La- Mi vida, sabes que yo no tengo nada en contra de Lena -Yulia volvió a mirarla fijamente- pero cada vez que ella vuelve a tu vida o tú a la de ella, ambas terminan lastimándose y no entiendo el por qué si es muy evidente que ustedes dos guardan sentimientos mutuos…
Y- Yo, a veces no lo entiendo tampoco… Y muchas veces me dije a mi misma que tenía que terminar definitivamente el ciclo con ella, pero no puedo mamá… Esto va más allá de todo lo que sé y lo que siento.
La- Yo sé Yulia que tú la quieres mucho, no es fácil asimilar que terminó todo lo que las dos vivieron desde niñas y seguir con sus vidas como si nada. Solo te voy a aconsejar que pienses, piensa muy bien cada cosa, piensa en tus hijos y piensa en ti. Yo te he visto sufrir hija y me duele también, pero te he visto crecer y madurar así que está vez espero que hagas las cosas bien.
Y- ¡Gracias mamá! De verdad que me siento muy bien cuando hablo contigo.
La- Y bien, ¿cómo está ella y su hijo? ¿para qué te llamó?
Y- Pues está muy bien y a su hijo todavía no lo conozco, pero me a hablado mucho de él… Ah y me invitó a salir mañana por la noche
La- Entonces deja aquí a los niños, me encanta que se queden a dormir…
Al día siguiente, a eso de las cinco de la tarde Yulia buscaba en su gran armario que ponerse para esa noche.
Debía vestir elegantemente, pero sin exagerar. No quería verse tan ataviada y optó por lo más clásico y tradicional para ese tipo de encuentros.
Se vistió con un vestido negro de tiras delgadas, no muy corto y ceñido al cuerpo que tenía unos pocos destellos en plateado y escote en V, unos zapatos con tacones no muy altos en azul marino, su cabello lacio que caía sobre sus hombros, maquillaje en tonos claros y suaves y un pequeño bolso de mano a juego con los zapatos.
Ya acercándose la hora pactada, bajó a la sala a esperar a que Lena pasara por ella. Anna y su chófer el señor Faddei la vieron cuando bajaba y le hicieron algunos cumplidos.
Ella mandó a llamar a Mikhail, el guardaespaldas con el que pasaba más tiempo.
Y- Mikhail necesito que me acompañes, pero manteniendo una distancia prudente. No te separes de mi a menos que te lo indique, pero no quiero que mi acompañante se percate de tu presencia.
M- Entiendo señora Volkova, no se preocupe cumpliré con lo que me pide.
Y- Ah y otra cosa… Dime Yulia, ya te lo he dicho.
Sus hijos se encontraban donde sus padres, desde la noche anterior se habían quedado a dormir allá junto a otro de los guardaespaldas y el que faltaba ya que eran tres, tenía el día libre.
A las siete en punto escuchó un auto aparcarse al frente de su casa, en seguida su celular empezó a sonar, así que contestó la llamada.
Y- Veo que llegaste puntual
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El Amor Nunca Terminó
FanfictionLena Katina ex integrante del grupo t.A.T.u lleva una carrera musical como solista de la cuál se aprovecha su esposo desde que ella se separó de su compañera de dúo (que muchos de sus fans afirman que eran más que compañeras de trabajo o amigas, sie...