Aléjate de mi hermana

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-No, no, no. Esa tonta Dahyun me las pagará, no soy tonta Jeongyeon, estoy segura que Dahyun no la mando solo para calmar su conciencia, la respuesta más clara siempre será que la que todos conocemos, de seguro pensó que Sana solo era una carga para ella ¡Maldita Sea, Sana no los necesita!

-Nayeon, cálmate.

-¡¿Qué me calme?! Jeongyeon, mi hermana esta con una desconocida y lo peor de todo es que yo misma deje que se quedara con ella, Jeong no sabemos quién es o a que se dedica, no sabemos que le puede estar haciendo a mi hermana.- imaginándose lo peor, casi corre hacia la habitación de su hermana, pero Jeongyeon estira su brazo hacia ella.

-Nayeon, por favor. No recuerdo bien su nombre, pero creo que se llamaba Tsuyo, pero no crees que si Tsuyo fuera mala, se hubiera ido sin importar lo que Sana dijera, aún así se quedó porque Sana se lo pidió, tú sabes bien como eran los idiotas que invitábamos para que convivieran con ella, a la primera buscaron un pretexto para no quedarse con Sana, pero Tsuyo no, ella se quedó y viéndola en un estado que casi nadie la ve. No soy buena dando consejos, pero hay que darle una oportunidad, no creo que sea una mala persona, además solo es por hoy, terminando podemos decirle que nunca más se acerque aquí y le diremos a tu mamá que de preferencia Dahyun no venga nunca más.

La conejita casi quería llorar, odiaba a la gente que pensaba que solo porque Sana era diferente, no podía ser alguien increíble o por los malos comentarios de la gente estúpida diciendo que si se acercaban a ella ellos tendrían el mismo destino y que ellos solo eran invitados para ser un esclavo más.

(...)

Tzuyu se encontraba sentada al lado de Sana, mirando todo alrededor de la habitación de aquella linda chica, mientras la castaña solo veía sus muletas sin poder mirar a la taiwanesa, en el fondo le daba pena.

-Jajaja ¿Que tanto ves?-pregunto Sana casi riendo por los ojos sorprendidos de la taiwanesa.

-Tu cuarto es enorme-contesto con una gran sinceridad.-Veo que te gusta mucho Betty Boop, yo jamás la he visto en la TV, pero si reconozco el personaje-rio.

Tzuyu no lo sabía pero la carita de Sana era muy alegre, Tzuyu desconocía quien es Minatozaki Sana, lo único que Dahyun le dijo es que era una chica muy especial. Sana se encontraba bien, nunca ha tenido alguien con quien jugar que no sea su hermana y su cuñada, su familia no se lo decía pero ella sabía lo que la gente murmuraba de ella, que era una chica tonta y frágil, incapaz de hacer las cosas por su propia cuenta sin tener a alguien que le ayudara, causando que su sonrisa se apagara cada que se iba alejando de la sociedad, su discapacidad no le permitía hacer actividades como otros niños, ella era la niña especial, la que nadie se quería acercar porque no podía, a la que nadie entendería, la que tienen que cuidar y solo estorbaba.

Tzuyu quería preguntarle que le había pasado o si nació así, pero sentía que era incorrecto, ese tipo de cosas no se le preguntaba a alguien así, con un %1 de probabilidad y 99% de Fe, esperaba que Nayeon se lo dijera, pero esa sería la primera y última vez que estaría ahí, así que no había necesidad que ella sepa más cosas.

-Yo creí que estarías descansado-rompió el silencio Tzuyu-no me mal intérpretes, escuche por ahí que todo el día descansabas y yo...yo...en verdad no quiero incomodar, digo no se si el horario en la que vine es la correcta.

-No te preocupes Dahyun, estoy bien.-contesto-Solo que me emocione mucho de que vendrías, nuestras mamás son mejores amigas y mamá hablaba muy bien de ti, en una ocasión le pregunte a Nayeon por ti y ella prefirió ahorrarme detalles y me dijo que cuando te vea, yo tendría mi propia opinión.

Tzuyu asintió varias veces, analizando lo que Sana le dijo, efectivamente comprobando que Dahyun era una tonta, pero si sus mamás eran las mejores amigas ¿Cómo es que sus hijas no se relacionan? Aunque tampoco lo veía como una obligación presentar los hijos a tus amistades, por equis circunstancias de la vida quizás ninguna tuvo oportunidad, pero prefirió no seguir pensando en aquello y le sonrió a Sana, mostrando sus hoyuelos.

Déjame caminar contigo - SaTzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora