Déjame caminar contigo - SaTzu

Los intentos de Nayeon

SEGUNDO INTENTO

A la primera hora del día, Nayeon fue corriendo hacia la oficina de su madre, ella sabía que ya se encontraría trabajando desde muy temprano y estando solas seria perfecto para hablar sobre la situación de Sana.

-Oye madre,-dice con timidez, abriendo la puerta con lentitud, no entrando por completo hacia su oficina y dejando ver solo su rostro.- quería hablar contigo sobre algo super importante.

-Dime.

-Bueno, no se trata de mí.

-Si es sobre dejar ir a tu hermana a la casa de esa chica, la respuesta es no y si no hay nada más que decir, te pido amablemente que te retires.

-Si, mamá.-contesta, bajando la mirada, otra vez falló.- perdón por interrumpirte ma, ya me voy.-su voz sonaba desanimada y cerro la puerta para dejar de molestar a su madre.

TERCER INTENTO

Sana y Nayeon se encontraban en el jardín, Sana estaba batallando con algunas fórmulas de su tarea de matemáticas y su mayor se ofreció ayudarla, chance y platicaban sobre su plan de como convencer a su madre.

-Tú no te preocupes ardillita, veras que hoy si nos dice que sí.

Si algo estaba segura Nayeon, era que la tercera era la vencida, confirmándose a sí misma que nunca hay que dejar de intentarlo.

Sana le sonríe, no sabia como agradecerle a su mayor por todo lo que ha estado haciendo por ella, sabiendo que su madre es una mujer difícil de convencer.

-Te lo agradezco mucho, Nayeon. Pero...y-yo no tengo ningún problema con que ellas vengan a la casa, quizás conociendo mejor a las amigas de Yoda, en un futuro me deje salir.

-¡No, Sana, no! Tú también tienes derecho de salir de esta casa.-la mayor notó la presencia de su madre acercarse, así procedió a poner en marcha su plan.-silencio, aquí viene.

-Mis princesas hermosas, ¿Qué están haciendo?-saluda, mientras besaba la mejilla de cada una.

-Nayeon me está ayudando con mi tarea.-contesta Sana, apuntando su libreta.

-Mira eso está muy bien.-dice enorgullecida, volteando hacia su hija mayor.-me alegra que ayudes mucho a tu hermana, cuando necesites algo, Sana también te ayudara a ti.

-Si, madre, lo sé.-responde.-aunque no fue la gran cosa, Sana es muy inteligente y creo que por eso merece ir...-de repente, su madre la interrumpe, completando lo que supuestamente Nayeon quería decir.

-Merece ir al mejor restaurante de este país, por eso ya reservé el lugar para toda la noche de hoy, una noche de madre e hijas ¿se lo imaginan?

-¿Otra vez sin gente?-pregunta Sana, como si fuera algo habitual.

-Es lo mejor hija, no me gusta llamar la atención. -responde su madre.

-Por eso reservas un restaurante toda la noche, para una cena de tres, vaya sí que no llamamos la atención.

Jessica notó la voz sarcástica de su hija mayor, pero lo dejaría pasa. No paso mucho tiempo, las notificaciones de su celular llamaron su atención, viendo como algunos futuros socios estaban de acuerdo con sus condiciones, su sonrisa de victoria se notaba tanto que las hermanas Minatozaki sabían que eso significaba más trabajo.

-Las dejo, tengo que hacer unas llamadas.

-Cuídate madre.-Nayeon acostó su cabeza en la mesa, sin dejar de mirar a su madre.

-Si, ma, cuídate.-dice Sana sonrientemente, mirando como su madre se alejaba poco a poco de ellas.- será mejor que te rindas, mamá no va cambiar de opinión.