Déjame caminar contigo - SaTzu

Una Minatozaki en mi casa

-Sana, lo siento mucho, mucho, MUCHO...Me siento como la peor persona del mundo, yo debí estar con ustedes.-la voz de Jeongyeon quería romperse.

Nayeon había recibido una llamada de su amada, fue mucha su sorpresa al escucharla bastante triste. Pensó que algo le había pasado pero solo eran disculpas a su hermana, por no estar con ellas en ese momento.

Algo que llamó la atención de su menor, pues no era para tanto, ella entendía que a veces así suele pasar.

Obviamente no estaba enojada con ella.

-Ya cariño, Sana ni siquiera está enojada contigo,-dijo Nayeon para tranquilizarla.- ¿verdad que no?-pregunta mirando a su hermana.

Sana sonríe y responde -No, no te preocupes Jeong. Tú tranquila, que no es el fin del mundo.

La voz de Jeongyeon sonaba más fuerte, sorprendiendo a las hermanas Minatozaki.

-¿No es el fin del mundo? ¡Es el fin de MI mundo! ¡Sana, por favor, no me digas eso! Yo siento que te fallé, fallé la confianza que me dio tu hermana. Eso me hace la peor cuñada del mundo y la peor novia del mundo, ¡Dios mío, soy un monstruo!

Nayeon y Sana solo reían, Jeongyeon sí que era exagerada. En la otra línea Jeongyeon les pidió que no se rieran, porque sino iba a llorar más.

Jessica cansada de los lloriqueos entró en la conversación, mirando fijamente a Nayeon.

-¿Qué es todo este drama? Dile que no sea tan dramática.

-Jeongyeon se siente mal por no habernos acompañado.

-¿Es tu madre? ¡Oh Dios mios! De seguro ella también me odia.

-Mamá no te odia, Jeongyeon.-dice Sana, con su hermosa voz que causaba ternura.

-Si la odiara, jamás hubiera dejado que anduviera con Nayeon.-sonríe con una pizca de maldad.

Nayeon mira a su madre sorprendida, mientras Sana solo ríe por la respuesta, para luego continuar hablando con su cuñada "la persona más mala del mundo".

-¿Escuchaste?

-Ah...si, creo que trataré de calmarme.

-Ya estamos llegando a la casa de Mina, ¡hablamos luego!

-Claro. ¡Que tengan un buen día! Sana cariño mío, pásala increíble, te lo mereces.

-Gracias, Jeongyeon. Tú también. Y no te preocupes más por lo que pasó, ¿de acuerdo?

-De acuerdo, las quiero.

-Y nosotras a ti.-las hermanas hablaron al mismo tiempo, para ser Nayeon la que cuelga el teléfono.

Sana se tensó por un momento, su hermana se dio cuenta y le tomó la mano, brindándole una cálida sonrisa. Su madre estaba igual o más nerviosa que su hija, ¿en verdad todo irá bien?

-No te preocupes, ardillita. Todo estará bien.

Sana asintió y respiró profundamente.

-Sí.

(...)

El tiempo para Momo había terminado, Mina aceptó que ya no vendría a hacer el proyecto, si Momo llegaba y le decía que tienen un trabajo pendiente, obviamente la mandaría al carajo, ella y Sana no debían encontrarse. Además, tuvieron toda la semana para ponerse de acuerdo, aunque una parte de ella le decía que Momo no llegaría, era una lástima que Momo la dejara plantada, realmente quería ayudarla así que ya era un hecho que ella haría todo el trabajo sola.