Déjame caminar contigo - SaTzu

Conociendo a Tzuyu

Jeongyeon parecía contenta, por fin pudo cambiar el rostro de la morena a una no tan seria o eso quería imaginar.

Tzuyu parecía todo lo contrario ¿Y si la contrataron para investigarla? Se sentía acosada por culpa de sus malas decisiones.

¿Qué tanto necesitaba el trabajo? Demasiado.

Pero en verdad ¿Valia la pena? No lo sabía.

-Mmm...parece que no te agrado mucho la noticia.

-¿Esto es una clase de trampa o alguna broma? Porque no estoy para perder mi tiempo.

-¿Qué? No, nada de eso. Fue porque tienes mucha experiencia laboral, más que cualquier persona que haya venido a dejar su solicitud.

No le creía.

Su único pecado fue hacerse pasar por una princesita que parecía tenerlo todo y ahora que intenta salir, parece que ese engaño no la suelta.

-Oye, sé que suena irreal, pero es la verdad. No sé por qué te pones así, si es por mi cuñada, despreocúpate porque ella no viene aquí.

Sus palabras dejaron pensando a Tzuyu ¿Será verdad? ¿Por qué no la dejarían salir? Pero ella no era quien para preguntar por ella.

-Sana no sale, jamás la dejarían salir, según mi suegra ningún lugar es tan seguro como su hogar.

-No quiero que me relacionen más con ella. Sana es muy linda y tanto ella como yo, estamos mejor separadas, no debí aceptar la propuesta de Dahyun – desconocía de donde saco las palabras para decirlo sin llorar. - fue el error más grande de mi vida y si voy a trabajar, el único tema que quiero tocar es sobre mis actividades durante este lugar. No quiero preguntas de mi vida, no quiero relacionarme más con ustedes.

-De acuerdo, no te preocupes Tzuyu. Estamos en horarios de trabajo y es de lo único que se hablara, lo entiendo. Te enseñaré el lugar, aunque bueno, supongo que esto es como estar en tu casa, ni en mi vida yo he trabajado tanto como tú, eso es admirable. Así que dudo que batalles en algo y si pasa, aquí estaré para decirte como.

La pelicorta le enseño todo el lugar, desde su punto de vista Tzuyu le parecía una persona bastante seria y comprometida, ya que parecía no tener dudas de nada y entender todo perfectamente.

"Que chica tan inteligente, sus padres deben estar orgullosos" pensó y a la vez no podía descifrar su rostro acaso estaba ¿feliz? ¿enojada? ¿seria? ¿triste? ¿confundida? ¿aburrida? No sabía cómo describirlo es como ver a una princesa de hielo.

Lo que restaba del día cada quien estaba haciendo sus tareas, Tzuyu entregó las mascotas que habían sido llevados para un baño y vendiendo algunos medicamentos, mientras que Jeongyeon atendió un conejo con problemas digestivos y uno que otro chequeo de mascotas que ya habían ido y hoy solo tenían que hacerle una revisión para saber que están mejor.

Jeongyeon mentiría que no le interesaba hablarle a la taiwanesa que tenía como recepcionista. Esa chica era más fría que un iceberg, que clase de hechizo había realizado Sana para hacer a esa mujer de hielo en un solecito. Podría jurar que aquel día que la conoció, Tzuyu parecía otra con su cuñada, podría jurar que sonreía, hasta que Nayeon la prohibió verla.

La hora de cerrar ya casi llegaba, por lo que Tzuyu limpio su espacio de trabajo para marcharse.

Jeongyeon acomodó todas las cosas y dejo algunas notas para Jin que debe realizar en cuanto este abriera el local.

-Me retiro, nos vemos mañana señorita Yoo.

-Mmm...cuanta formalidad. Escucha Tzuyu, si no te sientes segura aquí, puedes trabajar solo esta semana y claro que te lo pagaremos, lo que menos quiero es que te sientas incómoda.