Aún desnuda, agitada y nerviosa entré a la cocina, una tasa de cafe ahora si era necesaria.

Busque entré la alacena la tasa mas grande y me dispuse a llenarla de café, de reojo pude ver que estaba recargado en la barra, me observaba fijamente relamia sus labios, y el gesto impredecible le cubría.
Me comenzaba a desesperar ese pokerface carasteristico de él.

Entre el cajón busqué una cucharilla y me di cuenta que la azucarera estaba justo a su lado.

Tomé valor y sin prestarle atención fui hacia ella. Mi único objetivo era endulzar mi café y lo conseguiría. Mejore mi postura y di un paso corto tras otro.

-Pero que demonios ha sido todo esto Alison?... Mi desaliñado demonio ahora estaba furioso... Puso la mano sobre la azucarera impidiendo que lograra mi pequeño objetivo.
Deje la tasa haciéndola sonar sobre el marmol derramando algunas gotas. -Eso dímelo tu, ¿Que es todo esto?.. Reclamé retadora, celosa, furiosa y dolida moviendo mi dedo indice con soltura señalando sus vergonzosas marcas.
-Esto es un tema que no te importa... Abrió su camisa de un tirón y los botones tintinearon en el piso.
-¿Que te crees tu para montarme todo este show barato? Que por cierto nada barato me ha salido...

Sus palabras hirientes me echaban en cara el obsequio perio tenia que callar, ese dinero ya no estaba en mis manos ... Saque fuerzas de mis entrañas, esas que no he tenido para hablarle claro y aproveche el calor del momento...
-Consideras eso caro?... Lleve su obsequio a la minima expresión.. -. No te equivoques conmigo, que esas mujerzuelas con las que has dormido te pidan poco no significa que yo sea igual .. -¿Tanto rencor tenía guardado?, era irreconocible hasta par mi... -Ah,eso es! , quieres dinero, como todas... - ¿Todas? Me sorprendió su respuesta pero no di un paso atras... - Te sigues equivocando Jimin, yo no soy como todas yo soy superior. -me acerqué a él y me atrapó entre sus brazos...
Su respiracion era pesada, y el olor a alcohol era aun mas fuerte.
Su abrazo con fuerza estaba amenazando mis costillas pero la adrenalina calmaba el dolor.

-¿Cuanto más quieres?,...¿Tú que vas a pedir?.. -.¿Y...Yo que?
...Pensé. ¿Que te han pedido? ¿Que ha pasado?.. No podia bajar la guardia a este punto, tenía ahora el control y una oferta que no podia rechazar frente a mí ...

-¿Quiero más, mucho más que eso.- Tomé aire... -Un par de ceros más, por que no puedes negar la calidad del servicio que te he dado este tiempo. - Me estaba vendiendo!!, esto no me podía estar pasando.
¿Y mi cuento de hadas en dónde el principe se casa con la princesa?,ahora soy solo una prostituta con un titulo universitario.. -bien, acepto!!.. Dijo con firmeza y me tomó del cabello tirando de el con fuerza hasta dejarme de rodillas frente a él .
No negaré que pocas veces he tenido tanto miedo por el futuro como en ese momento en donde un minuto parecia una eternidad..

Su mano libre bajó la cremallera y dejó su falo en mi rostro sobre mis labios y una lagrima corrio por mi mejilla mas no logré conmoverlo....

-Vamos, pagaré por el servicio, si eres mejor es tu oportunidad de demostrarlo. -sonrió sabiendo el daño que me estaba haciendo. La herida era mortal ahora.
Lo tomé entre mis delicadas y blancas manos, masajeandolo y no tardaron los gemidos en aparecer.

Sus piernas se tensaban y relajaban, adoraba provocarle placer pero esto claramente ya no era amarlo, era complacerlo.
-Abre la boca!!.. Ordenó agitado y lo introdujo hasta llegar a mi garganta más disimule la sensación.
Mi lengua daba círculos en la punta llevandome cada gota de él ..
Le sentía palpitar sobre mis labios mientras jugaba con sus testículos..

-Son y serán mis reglas.. -me advirtió exitado. Y sin soltar el agarre de mi cabello comenzó a marcar el ritmo que el quería..
Jalaba y lo metia con fuerza mientras yo intentaba no ahogarme al sentirlo tocar el fondo.
Sin embargo el estarle dando placer provoca cosas aun en mi.
Una dulce mezcla de saliva con con su esencia me invadió hasta casi salir por la nariz.

-Traga!.. Sacudió mi cabeza con fuerza y me obligó a mostrar que lo había hecho.
Apenas pude sostenerme con las manos sobre mis rodillas cuando me soltó.

- Siempre se puede mejorar el servicio, pero por hoy no estuvo nada mal... - secó el sudor sobre su frente mientras lo decía en un tono frio y burlón .

Tomó la billetera de su bolsillo trasero y saco un fajo de billetes.
Sin contarlo los tiró al lado de donde me encontraba reponiendome tomando aire de nuevo.

Jamás habia visto esa cantidad junta lo confieso pero esto ya es demasiado. Me miró por unos segundos sin decir nada y yo hice lo mismo.

Nos deciamos tanto sin decir nada, sin expresion alguna.

Las lagrimas amenazaban con delatar mi tristeza, queria abrazar su pierna y llorar como una niña asustada y arrepentida pero estoy muy lejos ahora de echar un paso atras.

¿No puede amarme acaso?, me siento una triunfadora derrotada.
Esa es una gran suma de dinero por algo que le haría sin pedir absolutamente nada.

De tajo corto contacto visual conmigo y con la sombra de la ira rondandole me dejó ahí sobre el suelo y le vi lejarse, tomó su saco y salió del departamento azotando la puerta.

Me deje caer sobre el piso y lo helado erizó mi piel sudorosa.
Empece a llorar descontroladamente, me sentia tan sucia despues de esto. Me sentia sumamente miserable y reconstruia cada parte de todo lo sucedido intentando buscar el fallo de parte mia. Él solo ha tenido lo que ha querido y como lo ha querido de mí, no ha sido culpa mía .
Ahora estoy mas confundida por que no se que papel estoy jugando, sigo siendo su amante secreta? O ahora soy su prostituta en turno.

Con mi pijama seque mis lagrimas y una llamada sonó desde la recamara en donde estaba mi teléfono.

Podría ser el arrepentido pidiéndome perdon. La ilusion me llevó a levantarme y correr.. No vi quien llamaba solo respondí,- aló... Aló?. - era mi madre, escucharle de mejor animo me dio una inyección de alegria.
Fue una llamada larga de la cual solo recuerdo un par de palabras, me agradeció la ayuda, incluso mencionó que salvé su vida y se lo había contado a la gente cercana y al resto de la familia. Ella tenía una hija que estaba triunfando en la gran ciudad.
Eso partió mi corazón aún más de como se encontraba.
Envío bendiciones para mí y yo le prometí que sus dias en la miseria habían terminado, le envie un beso y colgamos.

Acabo de cerrar un contrato que me va a destruir.

Ahora no hay salida.

SecretosWhere stories live. Discover now