Secretos

*Secretos 2*

Como cada día después de los pendientes del trabajo y la nula vida social que llevo siendo completamente ajena a la ciudad, aun el aire que respiro me parece extraño, estoy aquí en mi lugar feliz. Hecho tanto de menos mi pequeña región, mis amigos, mis padres, todo lo que conocía y que no ha podido salir de mi.
Este acaso es mi sueño en realidad?, Es así como lo pedí en la ultima vela de cumpleaños?..

La hora de salida llegó, me despedí como cada día de la recepcionista y me dispuse a partir.
Acepto que aquella visita matutina me dejó con inquietud y dudas, pero sobre todo la ausencia me incomodaba. Quizá mis celos reprimidos me hicieron no querer dar mi paseo habitual, tampoco me ha dejado comer; miro el teléfono y envió un mensaje a mi madre, el cual no llega, debí suponerlo debido a la lejanía y quizá no había red en ese momento.

Subí al ultimo piso de la compañía, ahí estaba el paraíso, pero sin ángeles no tenia sentido, ese mi pequeño sitio en donde nos pertenecíamos en secreto desde hace un par de meses.
Nadie sabe que existe este lugar y la adrenalina de ser descubierta es parte del precio que tengo que pagar diariamente.

Las 6 pm, y se que la espera con café será sin duda más agradable. Miré una vez mas la hora en el teléfono, que a cuenta gotas me regalaba un minuto más y ningún mensaje aún.
A su vez la ansiedad recorría mi cuerpo como una malévola manta fría que apagaba mi calor.

Dirigí mis pasos a la cocina, tomé la jarra y puse suficiente agua en ella, no sabia si sería una o mas de 5 tazas las que bebería antes de verle cruzar la puerta e inyectarme una dosis de su sonrisa.

Las 8 en punto por fin me alcanzaron, entre café , redes sociales sin sentido, entre escribir y borrar mensajes que jamás me atreveré a enviarle, entre la ilusión, la ansiedad y el estrés. Ningún lugar de la lujosa habitación eran lo suficientemente cómodas para esperarle, nada como estar entre sus brazos, o, sobre él. Una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro por primera vez en horas y decidí recostarme sobre la enorme cama.

Quizá hoy no vendría, se quedaría en casa con su amigo, su familia o tal vez conozca a alguien más, esa idea punzó mi pecho pero bien sé que es una posibilidad. Me levanté de la cama que sin el era aun más grande y fui a ponerme cómoda, a media luz busqué mi camisón favorito entre los cajones, cada prenda del diario fue abandonando mi cuerpo para cubrirlo solo con aquella delicada seda rosa pastel.

Las 12 am...Hoy no llegó... Suspiré mi tristeza y cerré las cortinas, dormir es lo mejor que puedo hacer en este momento en donde mi mente corre a una velocidad que no puedo detener. Destendí su lado en la cama y me recosté ahí, aun huele a su perfume. Abracé la almohada y sin sentirlo quedé profundamente dormida.
Las pesadillas atacaban mi noche, tenia sueños extraños sin fin y sin sentido uno tras otro .

De pronto una extraña sensación me liberó de aquellos sueños, sin emabargo no me atreví a abrir los ojos, no aún, si es un sueño me niego a ponerle fin ahora.
Mi piel se erizó cuando una suave y delicada mano inquieta buscaba colarse entre el encaje mis bragas. Es él, no tengo duda, mi interior se encuentra feliz y aliviado, no me importa nada más en este momento que perderme en el.

Jugué el juego de su candente morbo a la perfección, suspiré y le di acceso a mi, mientras su peso iba inmovilizándome y el perfume mezclado con alcohol intentaba contarme la historia de su ausencia.
No quería nada más que ser suya una vez más... - oh, Alisson!, susurró y comenzó a dejar besos húmedos sobre mi cuello que viajaron a mi mandíbula hasta atrapar mis labios. Mi piel pedía a gritos sentirlo, así que uno a uno los botones de su camisa importuna fui deshaciendo y descubriendo su torso marcado y cálido. Mi instinto me hizo rasguñar su espalda con suavidad.. - Mío... Le seguro y lo hice sonreír entre el beso. Aun no se si por negación o afirmación pero no era algo relevante en el momento en que tenia un par de sus dedos jugando con mi botón rosado y húmedo. Lo aprisionaban y masajeaban con suavidad al compas de mis gemidos. El sabia que me enloquecía, que me tenia rendida a sus pies, sabía que no mentía, el era el dueño de cada parte de mi, fue mi primera vez y quiero que sea mi para siempre.
-Mia!.. -Afirmó agitado y directo, mientras sus dedos inquietos se adentraron en mi llevándome a la locura con cada envestida. Mi pierna rodeó la ajena acariciándola con la punta de mis dedos, mientras la tensión del orgasmo anunciaba su llegada... - mmh no, aún no...sugirió... Sin avisar me sacó del transe al retirar sus dedos de mi, abrí los ojos encontrándome de nuevo con la mirada encendida que cada noche me regalaba. Estudiaba una vez más su comportamiento mientras le veía arrodillarse abriéndose espacio entre mis piernas y bajar su ropa interior, liberando su notoria erección. Me miro fijamente y lamio sus húmedos dedos siendo yo la culpable de aquello. -Deliciosa!.. Me aseguró y tomó mi cuello para besarme y compartir mi sabor. Era dulce, era lo que el provocaba en mi. Hizo a un lado mi ropa interior y de una embestida entró en mi, haciéndome arquear de placer. Me aferré a sus brazos complaciéndome de el, gimiendo su nombre a su oído y pidiéndole más cada vez.

Me daba más y más, suave y feroz, mi ángel y mi demonio. - no puedo más amor... Le suplique y aceleró sus movimientos coordinándolos con mimos a mis pezones.

Terminó con mi agonía, a la par logramos terminar, me relaje y su esencia caliente lleno mi interior solo dejando la sombra de aquello en rítmicas palpitaciones.. Cansado se recostó, acomodando su rostro entre mis pechos dando últimos besos en ellos...

El sol nos sorprendió una vez más. El ritual de convertirnos en desconocidos tenía que dar comienzo.
-Te eche de menos... Le confesé enredando mis dedos en su suaves y húmedos cabellos.. Sabia que esa confesión cruzaba los límites permitidos. Cubrió nuestros cuerpos semidesnudos y cansados con la sabana sin responderme. Acurrucó su cabeza perdiéndose en el canalillo de mis senos y cerró esos bellos ojos cafés.

Extraviada dentro de mis pensamientos miré de reojo el reloj, casi las 7 am y no me podía permitir más a su lado; fui escapando con pesar de el y me dirigí al closet contemplando detenidamente lo bien que lucían ambas ropas compartiendo ese pequeño espacio y la paz interior momentáneamente me abrazaba.

Tomé una blusa color salmón y una falda abierta por ambos lados negra, un look debería estar acompañado de un coordinado interior de encaje casi transparente nude.
Le miré una última vez, arropé y deje un beso sobre su hombro mientras el vapor de la ducha me apresuraba.

Tengo que renunciar por hoy a su aroma me decía con pesar ante mi ritual matutino.

Un poco de brillo labial y mascara sobre mis pestañas para coronar.

El sigue dormido, es como si no me percibiera. Inhale profundo y cerré la puerta bajando apresurada por las escaleras de servicio e ir a desayunar en la cafetería, seguro Verónica tendrá algo que contarme hoy.