Regresé sin aceptar mi derrota sumamente molesta. Y aun no entiendo el por que me sentía doblemente traicionada. A ella la consideraba cercana y el, bueno, lo consideraba mío.

A fin de cuentas la única que era una propiedad era yo. Así que embriagada por la ira golpee el teclado y me levanté, era imposible concentrarme con tantas sensaciones en cada parte de mi ser.

Solo se escuchaban pequeñas risas saliendo de la oficina, y eso me irritaba en demasía, supongo que ya la resaca era parte de su pasado y yo me estaba ahogando en un lugar tan grande.

Caminé lo mas aprisa que pude al ventanal, como quien escapa de un incendio, pero en realidad el incendio estaba en mi.

Las dudas me invadieron, y llegaban teorías que avivaban el fuego de mi celosa imaginación y agradecí la cercanía al balcón, lo abrí y el viento acaricio mis mejillas dándome un beso de paz.

Recargue mis brazos sobre el barandal y la ciudad seguía su curso bajo mis pies, los autos lujosos iban y venían abriéndose paso ante la ajetreada y competitiva vida citadina. Esto jamás ocurriría en mi ciudad quieta y pueblerina. Jamás luché por un espacio que solo por haber nacido en ella ya tenia otorgado. Jamás tuve que amar sin ser amada.

Eso en verdad me dolió, ¿Tendré la valentía de algún día regresar?, ¿Quiero regresar?. Soy acaso ahora uno de los habitantes en constante competencia por espacio, atención, por ser mejor que los demás y refregarlo una y otra vez a la cara para sentirme bien y superior?

Quizá si, quizá ahora solo soy eso y pago el precio.

Un clic por parte de la puerta de él sonó a mis espaldas, era ella, Verónica y atrás como un guardián él y su sonrisa dulce que daba al publico la cual me resulto ofensiva. Estaba muy molesta y celosa, se les notaban felices pero yo no era el motivo ni sabia la procedencia de ella.

Mi mirada entrecerrada y retadora buscaban llamar la atención de esa joven traidora, en verdad quería que supiera que la estaba mirando y cuanto me desagradaba esa escena. El tomó su mano y mis ojos entrecerrados se abrieron en su máxima amplitud. ¿Por que demonios la toma?, mi corazón dolió cuando sobre ella depositó un caballeroso beso atreviéndose a agradecer que le ha salvado la vida. mis dientes rechinaron sin duda lo se. Ella le sonrió con dulzura ladeando su cabeza y diciendo que no tenia nada que agradecer, que ella siempre correría a su rescate. oh pequeña gran traidora!! repetía en mi mente, ¿Qué demonios sabes? ¿Quién eres? por que finges querer ser mi cercana ... Aunque quizá la que ha olvidado quien era ella antes que yo estuviera aquí era yo.

Disimulada escape a la escena ridícula evitándolos y regresando a los autos. cuando su voz chillona de nuevo pronuncio mi nombre.. -Alisson, Alisson, nos vemos mañana... También estaba feliz... Escuche los pasos de ambos dirigirse a mi y me obligaron a prestarles atención. Con una sonrisa y dulzura que me harían acreedora a un Oscar , le respondí,, - Sin duda, ahí estaré. le guiñe el ojo y de nuevo me volví lejana a ellos a pesar de estar tan cerca.

Ella se fue y sabia que el estaba atrás de mi. Silencioso y se que disfrutaba el triunfo de darme una lección.. Sin siquiera preverlo sentí su cuerpo pegarse al mío. mi lugar feliz regresó por haber sido niña buena, él tenia la capacidad de borrar todo enojo en mi y hacerme olvidar con tan solo un roce.

Como siempre no hubo palabras, solo acciones. Su cuerpo cálido en contraste con el aire frio aprisionándome en el barandal , siendo de nuevo la presa que quiere ser devorada...Sentí sus manos sobre mis caderas, sus dedos iban a mis ingles despertando ese deseo de mas en mi. No me importaba si estaba dando un espectáculo a muchos metros de altura, yo era la protagonista de ese espectáculo matutino. Respiró pesado sobre mi nuca y mi cabeza fue hacia atrás sobre su pecho. Mi mente decía no te dejes llevar, ahora el debe ser castigado, pero mis sentidos ya no eran capaces de responder.
Sus hábiles manos deslizaban mi corta falda dejando al descubierto mis nalgas poniéndolas a su disposición...


Bajó con audacia mi ropa interior y el inconfundible sonido de su cremallera al abrir se escucho a pesar del ruido de la ciudad. Con delicadeza atrapó el lóbulo de mi oreja y tiro de el con sus tibios labios. Sabía con exactitud cada uno de mis puntos débiles, cada zona que debía tocar y el cómo hacerlo. La adrenalina la tenia al mil, no solo por lo que ocurría sino por el peligro que todo esto representaba, cualquiera podría llegar o quizá alguien en las torres de enfrente podría estar viendo absolutamente todo, aunque no niego que el hecho de sentirme observada mientras el me posee aumenta mi deseo. - Me fascina tu olor... Me confesó y perdió su rostro entre mis cabellos cobrizos...sonreí victoriosa y mis caderas comenzaron un vaivén sobre la tela de su pantalón que arrancaron un primer gemido.
Podía sentir como iba endureciendo su miembro, estaba demasiado a punto en poco tiempo.

Acarició mi espalda un par de veces recorriéndola desde la cadera hasta el cuello y me inclinó sobre aquel tubo blanco que nos sostenía y en ese punto ya no me importaba si alguien inclusive estaba tocándose a nuestra salud.

Hizo una coleta con mi cabello y la tomó con firmeza entre su diestra ahora todo dependía de él.

Su mano libre cumplió su deber y puso entre mis glúteos aquel falo caliente erecto y húmedo.
Mi cadera se novio una vez mas incitándole a dar un paso más así que sin más, puso la punta en mi entrada y lo introdujo lentamente. Se que estaba atento a los lados en busca de curiosos y eso me fascinó. Pronto y seguro de que no había mirones por lo menos no que el haya descubierto se empezó a mover, a la vez que yo ahogaba mis gemidos mordiendo mi labio inferior.

El choque de sus embestidas rítmicas era la mas bella cancion para ese momento.
Era esa su manera de disculparse por lo de anoche?, el no es alguien que lo haga pero quiero pensar que es su manera de dejar todo en paz.
Con un poco más de su entre y sale llegó al clímax y llenó mi interior, salió como un niño que cubre una travesura y se alejó.

Yo hice lo mismo con rapidez baje mi falda y la alisé. mi ropa estaba mojada y amenazaba con correr entre mis muslos. le sonreí tímida y la complicidad llenó el momento.

Se acercó de nuevo a mi lado, esos movimientos felinos ante su presa jamás faltaban y besó la comisura de mis labios.

No era un adiós solo quería terminar lo pendiente y sin pedir permiso su mano se adentro entre mis muslos temblorosos. -Dámelo, me pertenece.-me dijo... un cínico, divertido y loco demonio exigía mi placer y no pude negárselo, yo tambien lo quería, necesitaba correrme en su mano y saber que toda la tarde ambos tendríamos nuestra esencia en la piel. Y lo logró, esos dedos hábiles haciendo circulos en mi sensible botón, su dedo medio recorriendo mis labios entrando y saliendo , torturándome haciéndolo lento y suave cuando sentía que el final estaba cerca-

se cuanto le gustaba alargar lo mas posible aquel ultimo momento.

Así lo hizo un par de veces mas hasta que ya no podía más y me rendi a el.

Completamente agitada arregle el cuello de su camisa blanca teniendo su mirada atenta en mi...tomó mi barbilla y dejó un pequeño beso sobre mis labios. -Gracias pequeña. me dijo y una tosecilla sonó al fondo cerca de la oficina...

Ninguno de los dos quería mirar atrás y descubrir ¿Quién era aquel?, ¿Desde hacia cuanto tiempo estaba ahí?, ¿Cuánto sabía? entre muchas otras preguntas que nos inundaron.

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