PÁGINAS BLANCAS [✓]

CAPÍTULO 1

GRAY ALLEN

Carretera, arboles, sombras agujereadas por los rayos de sol...

El paisaje era inquieto a través de la ventana del coche. Pequeñas edificaciones en movimiento pasaban ante mis ojos, mi padre conducía, mi madre algo le decía, mi pequeño hermano estaba inmerso en su teléfono celular, jugaba algo de carreras automovilísticas, irónico.

En mis auriculares sonaban las canciones de Khalid. Era increíble lo ideales que eran sus canciones para viajar, la calma que transmitía su voz al escuchar sus ritmos mientras veías la carretera en movimiento, era ideal.

Viajábamos, nuestro destino era Beaufort, al sur de Carolina. El lugar donde mis ojos fueron testigos por primera vez de la luz del día. Beaufort fue el lugar de mi nacimiento, allí pasé gran parte de mi infancia, pero cuando la adolescencia estaba tocando mi puerta, mis padres decidieron dejar Beaufort y así nos mudamos a California. De costa a costa, dejamos el lugar de mi infancia. Me tocaba adaptarme a una nueva ciudad, nuevos lugares, personas, tenia que enfrentarme a California.

Papá entró en el negocio de la música, pero no como cantautor, claro que no. Su trabajo era manipular a pequeños artistas llenos de ilusiones y por supuesto California es un lugar lleno de músicos soñadores así que era perfecto para mi padre quién era una persona posesiva y tenia habilidades jodidamente estupendas para manejar el negocio de la música. El pertenecía a esas personas que estaban detrás de los artistas, moviendo los hilos.

De niño me ilusionaba mucho la idea de ser músico, siempre amé la música, papá inundaba la casa con viejos sonidos como The Rolling Stones, Queen, The Beatles, Pink Floyd, The Who y otras bandas que no recuerdo muy bien, así que de niño crecí con música, tenía unas inmensas ganas de ser como aquellos artistas, viajar el mundo para tocar mis canciones ante miles de personas que me admiraban, era un sueño magnífico.

Luego pasó el tiempo, la vida me mostró la realidad de los artistas, corrección, papá me la mostró, el apagó mi sueño. Aquellas personas detrás de los artistas eran como unas parcas, cortando un maldito hilo que acababa con todo. Así eran las personas que trabajaban en el negocio de mi padre. Tomaban una tijera y cortaban el hilo que llevaba todas las ilusiones del artista soñador, matando sus sueños.

Me rendí ante ese sueño y odié con todo mi ser esa realidad.

Por mi parte; entré en la Universidad de Stanford, papá hizo uso de sus influencias y entré en una de las mejores universidades de las naciones unidas. Mi padre quiso que yo estudiara economía y mi mama quería la arquitectura. Ambos plantearon sus ideas y me hicieron escoger entre ellas, pero nunca me preguntaron por la mía, al final me dio igual, siempre me fui mas por lo que decía mamá, así que decidí ser un arquitecto sin quererlo.

Era difícil, si, claro que era difícil dedicarte a algo que realmente no deseas, no digo que sea una mala carrera, hay quienes la aman y eso está bien, pero yo no, simplemente no era lo mío, pero lo peor no era eso. Lo peor era no saber lo que querías e ir confundido sin saber que hacer. De niño tenía tantos sueños y ahora de tantos sueños solo tenía claro uno. Recorrer Estados Unidos era el sueño más claro que tenía hasta ahora, este quizás era un sueño tonto ya que cualquiera soñaría con viajar, pero yo soy alguien lleno de curiosidad y me llenaría mucho recorrer los rincones de todas estas ciudades que guardan tantos secretos y cosas interesantes. Ese era el único de mis sueños que tenía claro hasta ahora, sin embargo sentía un poco de tranquilidad pues siempre iba a surgir un sueño nuevo.

Beaufort fue el lugar que escogimos para tomar un respiro de California. En estos momentos estábamos pasando tantas cosas en aquella ciudad que necesitábamos escapar un rato. Nos fuimos de Beaufort cuando yo tenía la edad de doce, después de nueve años, estaba de vuelta con veintiuno, hoy 25 de Junio de 2022 regresaría a mi viejo hogar.