CAPÍTULO 9

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GRAY ALLEN
 

 
   
   
    

Cristales, autos, clientes mirando las excibiciones...

La agencia automovilística del padre de Scarlett era el lugar en donde me encontraba, nervioso y asustado, con el corazón a millón por culpa del miedo, corría el riesgo de ser sacado de aquí a patadas, pero tenía que intentarlo, tenía que convencer al padre de que Scarlett debe estar conmigo.

Caminé por el interior de la agencia y detuve a un empleado que llevaba un uniforme de color azul con franjas verdes para preguntarle por el señor Christian Óliver, encargado de este lugar y padre de mi chica.

El empleado muy amablemente me indicó el lugar de la pequeña oficina del señor Christian y mis nervios aumentaron. Seguí hasta donde el empleado me había indicado y me puse de pie ante la puerta que daba hacia su oficina.

Sentí extrañas sensaciones en mi estómago.

Tragué saliva y entré sin pensarlo mucho.

Allí estaba él, leyendo unos papeles sobre su escritorio, sin percatarse de que yo había invadido su oficina.

—Buen día, señor Christian —dije con los nervios de punta.

Me miró y su cara desprendió sorpresa y luego rabia.

—¿Tú qué haces aquí? —dijo en tono de pocos amigos y se puso de pie. Me asusté por su acción, pues no era mi intención irme de este lugar con un ojo de color morado y la boca rota.

—Sientese, por favor, necesito hablar con usted, por favor —repliqué miedoso. Los nervios me hicieron repetir el por favor.

—No eres bienvenido a este lugar y yo no tengo intenciones de hablar contigo.

Sus tajantes palabras me hicieron dudar de todo, y a la vez de estar seguro de que esta fue una muy mala idea. Mis piernas comenzaron a temblar un poco.

—Deme la oportunidad de aclarar todo, por favor, escucheme —Bajé la mirada, rogando internamente su calma.

Hizo silencio por un momento y volvió a su asiento—. Toma asiento —me indicó sin muchas ganas.

Mi cuerpo se alivió un poco, pero todavía era controlado por el nerviosismo.

—Gracias, de verdad —dije mientras me sentaba frente a él y lo miraba, solo su mesa nos dividía—. Quiero aclararle algunas cosas sobre mí y hablarle de lo que siento por su hija —pausé pensando en lo que eso último podía causar en él—. Y pues, también vengo por un repuesto de un RV.

—Habla rápido, no tengo mucho tiempo.

Mi madre me mencionó que de alguna manera que desconocía, nuestros vecinos sabían algo de lo ocurrido en el pasado con Gail. Sarah Óliver de manera indescreta le dijo algo a mi madre sobre ello e insinuó que yo violé a mi ex. Mi madre dedujo que ya lo sabían, pero, realmente no sabían nada. Admito que me enfurecía tanto que se dijera eso de mí, era una de las cosas por la que estaba aquí, aclarar ese malentendido, nunca haría algo como eso, lo que pasó fue terrible, pero no fué para nada lo que ellos tenían entendido.

—Lo noche que salí con su hija sin permiso, fue malinterpretada, pasé buscando a Scarlett solo para ir a la bahía, se supone que regresariamos al atardecer, de no ser por qué Scarlett me dijo que tuvo un problema con su mamá —sentí un poco de pena—. Ella se sentía mal y yo solo quise llevarla a divertirse, solo quería ayudarla, no tenía idea de lo que iba a pasar luego, no pasó nada de lo que creen, con todo respeto —me detuve preocupado por no estar usando las palabras adecuadas para este momento—. Solo fuimos a hablar y reírnos, fue todo.

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