- No lo entiendo – negó, mirando hacia la ventana - ¿desde cuándo esto es necesario? –
Tras la evidente inconformidad del rey, el primer ministro se vio obligado a solicitar a todos los miembros del gabinete algunos minutos de privacidad, asegurando que él entraría en detalles con su majestad.
Ahora, ambos estaban solos en la sala de reuniones si necesidad de guardar las apariencias.
- Jisung, siempre han sido las reglas –
- Si no estoy casado no me darán el trono ¿es eso lo que dices? – negó – mi sangre real puede irse a la mierda entonces –
- Por favor, guarda la compostura –
- ¿Cómo puedes pedirme eso? – lo miró - ¿te das cuenta de lo que estás haciendo? –
- Entiendo tu descontento... -
- ¿Lo haces? – alzó la ceja – porque estoy seguro de que si tú decides no casarte no dejarán tu trabajo en las manos de alguien más – miró nuevamente hacia la ventana – alguien que no sabes qué intenciones tiene con tu país. Con tu pueblo –
- Te aseguro que si no es de tu agrado no tendrás que hacerlo –
- Pero tiene que ser de mi agrado – rió amargo – ni siquiera te atrevas a sugerir que tengo opción. Que hay más candidatos – suspiró – casi estoy seguro de que ustedes eligieron a éste –
- Bastante hicieron esos estirados con aceptar tus preferencias – se acercó a él – Jisung, por favor –
- ¿Qué? –
- Me conoces. Yo no habría hecho algo que supiera que va a afectar de manera negativa a tu persona o la forma en que diriges el reino –
- ¿Estás seguro de ello? –
- Vas a tener que confiar en mí – sonrió apenas – tampoco es como que fuese al azar. Lo estudiamos hasta que decidimos que era adecuado. Se lo dijimos a su hermano y... -
- ¿Tiene hermanos? – el otro asintió – ¿su hermano es el rey? – otro asentimiento – entonces sé de quién se trata –
- Pensé que te agradaba –
- No somos cercanos, si es a lo que te refieres – metió las manos en sus bolsillos – ni siquiera estoy seguro de haber intercambiado más de dos frases con él, pero no es tan horrible como los vecinos de los países del sur –
- Exactamente por eso te digo que confíes en mi palabra – pidió tranquilo – yo no tengo ninguna intención de perjudicarte –
El menor tomó un suspiro pesado y asintió.
- Supongo que es una de esas cosas que tengo que hacer - murmuró - ¿sabes cuándo tengo que conocerlo? –
- A la brevedad posible – palmeó su hombro – saldrá bien –
- Trataré de que lo haga –
- Escúchame – miró hacia la puerta asegurándose de que estaban solos y aclaró su garganta – sólo inténtalo, ¿sí? Haré lo posible por cancelar el compromiso si así lo pides, pero por favor... -
- ¿Y si me caso contigo? – lo miró serio - ¿sería tan descabellado? –
- Considerando nuestros años de diferencia y el hecho de que puede ser que esté enamorado de alguien más – asintió – no es una buena idea –
- Voy a intentarlo por ti y por todo lo que te debo. Lo que te debe mi familia – apretó los labios – pero necesito que me prometas que puedes cambiar las cosas si yo no me siento seguro con ello –
- Te lo prometo – tomó su mano y la besó – ¿su majestad? –
- Gracias – dijo caminando hacia la puerta – avísale a tu gabinete que la decisión está tomada, que pueden comunicar al rey que su hermano está invitado a visitar el palacio tan pronto se sienta listo. Yo esperaré por él – sonrió débilmente – confío en ti –
- No vas a arrepentirte – susurró, viéndole salir de ahí.
Pudo observar como Jungwoo, quien lo recibía con una sonrisa, cambió rápidamente su expresión a una confundida y le seguía fuera del lugar.
Había dado su palabra y planeaba cumplir con ella de ser necesario.
Por favor, que no sea necesario.
- No entiendo – rió molesto - ¿por qué tienes que casarte? –
- Todos los monarcas del país han estado en matrimonio cuando fue su coronación – suspiró – todos menos mi papá, y él tuvo que casarse igual –
- ¿Podemos hacer algo al respecto? –
- Todo está en manos de John – hizo una mueca – aún así, me pidió que lo intentara solamente para tratar de convencerme de que no era tan mala idea –
- Bueno, por lo que sabemos él no es tan malo – se cruzó de brazos - ¿habrá más candidatos? –
- No por el momento – talló sus ojos – ¿cómo sabemos que el pobre no está siendo forzado por su hermano? – rió amargo – una cosa es no estar enamorado, otra totalmente diferente es no sentir atracción por un género completo –
- Pobre chico – murmuró – podrán hablarlo ¿no? Si él está tan en desacuerdo como lo planteas, tal vez sea muy obvio y ni siquiera tendrás que preguntárselo –
- Eso es verdad – asintió – la ventaja de ello es que será más fácil persuadir al ministerio de cancelar el compromiso – rió – es el siglo XX, ¿no tendríamos que modernizarnos ya? –
- Estoy contigo – el coche se estacionó – tendrás tiempo para llevar a cabo tus planes una vez que empieces a reinar –
- Como si necesitara más trabajo – medio bromeó, bajando del auto junto al otro.
Cuando entraron, los recibieron los habituales empleados, siendo interceptados por el mayordomo.
- Su majestad – hizo una reverencia – su hermano... -
- ¿Llegó? – el otro asintió - ¿dónde está? –
- En el estudio, señor –
El menor miró a su acompañante, quien asintió en su dirección, antes de dirigirse al encuentro con su pariente.
No sabía qué protocolo seguir ahora que se trataba de un rey.
Sabía que su hermano no debía hablarle con la misma familiaridad de antes, que habría que seguir ciertos rituales ahora que las cosas habían cambiado.
Esperó a ser anunciado y entró pidiéndole a su sirviente que los dejara solos.
El mayor se puso de pie tan pronto lo identificó e hizo una marcada reverencia hacia él.
- Su majestad – aceptó la mano que el otro le tendía y le besó con cuidado – es un deleite encontrarle de nuevo –
Jisung sintió su respiración agitarse antes de lanzarse a los brazos del mayor y comenzar a sollozar desesperado.
El otro rodeó su cintura y besó su sien con cariño.
- Estoy aquí – susurró en su oído – lo siento tanto -
- Jaehyun... -
- Todo estará bien – sintió sus ojos aguarse – no te preocupes. Todo estará bien –
Me rompen el corazón : (
Pero denle la bienvenida a Jae ♥️
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Kingdom
FanfictionAlgunas veces, ser heredero de la corona, regir todo un país y tener miles de responsabilidades a tu cargo, no es como lo pintan las películas. Para el joven futuro rey no era un cuento de hadas, tampoco. Especialmente por que, para lograr su asce...