Capítulo 06

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Leía tranquilamente un libro en uno de los escondites de su palacio.

Era una pequeña librería privada construida por una de sus antecesoras quien, al igual que él, tenía un gran aprecio por su privacidad.

- Deja de esconderte de mí – recriminaron desde el marco de la puerta.

- No me escondo – respondió sin mirarle – sólo trato de tener un momento de silencio –

- Nunca debí enseñarte este nido de ratas –

- No he visto ninguna desde que lo abrí – se encogió de hombros – tampoco el personal que lo limpió –

- ¿Has encontrado buenos libros? –

- Todos los clásicos – lo miró – es increíble –

- Lo mejor para ti – se dejó caer junto a él.

El mayor sonrió satisfecho cuando el otro acomodó su cabeza sobre su regazo y le permitió acariciar su cabellera con cariño

- Te extraño – admitió con semblante triste – tengo como dos minutos libres en el día y vienes y te encierras aquí –

- No los tienes libres, sólo te escapas de tus deberes –

- No me escapé – bufó – la llamada con Jeno duró mucho menos de lo previsto –

- ¿Cómo está él? –

- Dice que su majestad lo trató muy bien – sonrió satisfecho – incluso le mostró su habitación personalmente –

- Tal vez deberías aprender algo de él – regañó – cuando me trajiste al palacio por primera vez, apenas me dirigiste la palabra –

- Tenía que mantener cierta imagen con mis empleados – hizo un puchero – además – se incorporó para acercarse a su oído - ¿no te lo hice delicioso aquella noche? –

- Do – lo codeó ligeramente – por favor no hables así, alguien podría estar escuchándonos –

- Nadie lo hace, y si lo hacen, es secreto real – sonrió coqueto – vamos, mi amor. No vas a negar que te gustó que me escabullera a tu habitación ese día –

- La verdad me asusté mucho – recordó – imagina estar dormido y que te despierte la sensación de besos húmedos de algún desconocido en la oscuridad –

- Estabas gimiendo –

- Porque olía a ti – sonrió con inocencia – y estoy tan familiarizado con tu cuerpo –

- Bien – alzó una ceja – que siga así –

- Ya estoy casado contigo – apretó su barbilla entre sus dedos – deja de estar celoso del mundo –

- No podría aunque lo intentase –

Taeyong lo atrajo en un abrazo y lo besó con cariño.

- ¿No te sientes ni un poquito preocupado por Jeno? –

- Yo no – frunció el ceño – ¿tú? –

- Por supuesto que sí – dijo como si fuera obvio – tú lo enviaste a casarse con un completo desconocido –

- No es un desconocido –

- Sabes a lo que me refiero – entornó los ojos - ¿tanto querías la unión de reinos? –

El menor parpadeó confundido y negó.

- ¿No lo sabes? –

- ¿Qué cosa? –

KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora