Capítulo 20

105 23 8
                                    

La prensa lo había dicho.

Solamente se trataba de un joven inexperto a punto de recibir en sus manos uno de los reinos más poderosos que había existido en la historia y, a pesar de ello, había algunos quienes alababan su valentía por tomar dicho cargo.

El día de la coronación había sido esperado por muchos desde el día del fallecimiento de su predecesor, motivo por el que sería televisado a su mayor alcance para que así todos pudiesen ser testigos del orgulloso rey tomar protesta y recitar los votos que juraban amor y lealtad a su reino.

Pese a ello, el evento se había mantenido con la mayor privacidad que fue posible, por lo que para ciertos personajes importantes para la vida del recién nombrado monarca no habría sido posible asistir con tanta libertad.

Como era el caso de Jeno, su prometido.

El joven decidió ver la transmisión en compañía de su hermano y cuñado desde su país.

Sin embargo no hubo momento alguno en que no sintiera su pecho llenarse de emociones y sus ojos brillar por el orgullo de observar a su amado recibir un bien merecido título del que él mismo sería acompañante muy pronto.

Quiso estar junto a él y sostener su mano, pero se mantuvo quieto ante la idea de su matrimonio venidero y se dejó llevar por sus pensamientos, emocionándose aún más con cada segundo que pasaba.

Por su lado, Jisung no podía sentirse más abrumado por todo lo que ocurría a su alrededor.

Todo el mundo quería hablar con él.

Todo el mundo quería felicitarle o hacerle preguntas.

Él no quería nada.

Apenas había logrado encontrar la paz en la relativamente pequeña recepción que se organizaría en el palacio apenas unos momentos después de darse por finalizada la ceremonia oficial.

En esos momentos se sentía solo, pero bastaba con sentir en su bolsillo la sortija que el rey Doyoung le había regalado como símbolo de la unidad de sus lazos para sentir que su familia le acompañaba.

Precisamente.

- ¿Gusta algo de compañía, su majestad? –

- Nadie está escuchándonos – sonrió - ¿dónde estabas? –

- Junto a los canapés –

- Estabas encerrado besuqueándote con el mayordomo ¿no? –

- No – lo miró con desdén - ¿cómo puedes siquiera sugerirlo? –

- ¿No? –

- No – insistió – además, no tengo que esconderlo de ninguna manera. Él tiene una invitación formal para el evento –

- ¿La tiene? – miró a su alrededor - ¿dónde está? –

- Si lo supiera no estaría regalándote mi tiempo – rodó los ojos – debe sentirse fuera de lugar. Tal vez se escondió en la cocina –

- ¿Qué piensas tú? –

- Que no debe ponerse a la altura de nadie – bufó – él es una persona con mucho más valor que tú, yo, o cualquiera que se encuentre en este lugar –

- Dios – hizo una mueca irritada – a veces no comprendo cómo es que pasé por alto tu patético romance con el criado –

- Se llama Jaemin –

- ¡Jaemin! – sonrió abiertamente.

- Su majestad – hizo una leve reverencia.

- ¿Dónde te escondiste, muchacho? –

KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora