Lettre d'amour

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Jisung

Mi querido Jisung

Escribo esta carta como testigo, más que como una despedida, de que logré confesar las intenciones tras mis acciones.

Para cuando la abras me habré ido, sin embargo espero que entiendas mis motivos y razonamiento, lo cual te suplico intentes con toda fuerza.

Todo inició hace algún par de años mientras mi país organizaba un evento al que fueron invitadas algunas familias reales. Era el cumpleaños de mi padre, si no mal recuerdo.

Tanto mi estado anímico como el de mi hermano no daban lugar a ninguna clase de festejo, pero fuimos obligados a atender a regañadientes.

Aún recuerdo que estaba vistiéndome mientras miraba la transmisión en vivo de la celebración, y pude ver algunos de los invitados que se esperaban aquella noche.

Tu padre no asistiría con tu madre, tu hermano recién tomaba cátedra para pertenecer a la real fuerza aérea, y todo lo que el rey alardeaba era que había traído consigo a su hijo menor, nada más y nada menos que el heredero a la corona.

Detuve mis movimientos y me arrodillé frente al televisor.

¿Eres consciente de que tus ojos brillan aún en la pantalla?

¿Aún conservas ese ostentoso traje?

A partir de ese momento hice que todo se moviera rápido para lograr llegar a la reunión lo antes posible.

La cena en la que tuve la oportunidad de cruzar palabras contigo. Pude ver a lo lejos como robabas comida de la mesa de postres. Quise acercarme entonces, pero llegó la hora del entretenimiento y tuvimos que salir a observar el regalo de algunos invitados orientales.

Te aseguro no haber visto algo más hermoso que tu bello rostro bajo las increíbles luces de colores que mirabas con encanto.

Debía ser un mundo extraordinario si se me había regalado la oportunidad de coincidir contigo.

Anhelé desde entonces la ocasión de volver a verte. Inclusive fui yo mismo quien se ofreció a asistir a los eventos reales solamente con la excusa de encontrarte.

Estuve cerca de reunirme contigo en la celebración del cumpleaños de tu amado padre cuando la triste noticia llegó al mundo entero.

Pensé en enviar mis condolencias pero una invitación a tu palacio llegó al mío.

Mi hermano me interrogó acerca de mi opinión, pero no fui capaz de confesar mi enamoramiento, por lo que acepté con la excusa de extender nuestro reino para así expresar mi interés en contraer nupcias.

Era mentira, sin embargo.

Todo era una mentira, y nunca tuve la confianza de decírtelo pero ¿cómo hacerlo? Estabas distante y molesto, no pude descubrir si habías desarrollado alguna clase de sentimiento hacia mí.

Siento que peleáramos por ello pero, de haber estado en el lugar de tu hermano ¿no habrías hecho lo mismo? Apenas y tenía unos minutos para encontrarse con aquél que jura amar hasta los huesos de forma clandestina.

Espero lo entiendas, y siento que te molestaras por ello.

Comprendí al final de todo que no cuento con tu interés, que no me percibes de la forma en que yo lo hago contigo, y que no me amas con yo te amo.

Aprecio los incontables momentos que pasamos juntos. Cada uno de ellos. Y te hago entrega, mi amor, del más grande recuerdo que conservo de ti.

No puedo llevarlo conmigo. Me rompería en mil pedazos cada vez que lo vea.

Gracias por tu tiempo, reconforte y entrega.

Tu más grande y fiel admirador

Kim Jeno.

Con los dedos temblorosos y sus ojos empañados en lágrimas, tomó cuidadosamente la fotografía de sí mismo que Jeno había tomado la primera tarde que pasaron juntos.

Una sonrisa se escapó de sus labios cuando pudo distinguir la frase escrita en el espacio en blanco.

La misma que le había susurrado el azabache aquella vez, y que había jurado había imaginado todo este tiempo.

"Déjame verte sonreír, mi amor".

Bueno, como ven, nada pasó entre Jaemin y Jeno. Lo que sucedió es que Jeno los descubrió a él y a Jaehyun y por eso se había escondido esa noche. Por eso no sabía por que Jisung estaba tan molesto.

¿Preguntas?

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