La ostentosidad era el mayor sello de la corona desde que se tenía registro de ella.
Pese a los esfuerzos del rey de mantener todo con la mayor sobriedad posible, el lujo era algo que se veía a primera impresión.
El evento había contado con un equipo completo de planificadores que se reunieron con Jungwoo para organizar un día inolvidable para la recién formada pareja.
Para suerte del par de enamorados, hubo muchísimos momentos de privacidad en los días anteriores a su boda, por lo que usaron ese tiempo preciado solamente para convencerse de que sí, ambos habían tomado la decisión correcta.
Para cuando el gran día estuvo en puerta, todos esperaban ansiosos.
La ceremonia cívica había sido conmovedora para los presentes y todos aquéllos que lo veían como símbolo de esperanza y cambio, como un nuevo futuro.
Los jóvenes esposos se mantuvieron de la mano hasta el momento de la recepción, donde tuvieron que separarse para reunirse con sus respectivos invitados con motivo de agradecerles su presencia.
A unos metros del consorte, se encontraba la pareja que lo había entregado en el altar hacía unas horas atrás, teniendo una conversación tan acalorada como el protocolo se los permitía.
- No puedo creerlo, en serio – se cruzó de brazos - ¿se supone que esté feliz con tu explicación? –
- Tienes que estarlo – rodó los ojos - ¿podemos hablar de esto más tarde? –
- Do – frunció los labios - ¿por qué no te pones en mi lugar y tratas de entenderlo? –
- ¿Qué hay que entender? ¿Que estás molesto conmigo porque su boda es más bonita que la nuestra? Por cierto, ni siquiera es más bonita, solo tienen una estúpida fuente – tomó sus manos – por favor, mi amor –
- Es tan fácil para ti decirlo – murmuró en un hilo de voz – tú ni siquiera participaste, solamente te paraste ahí y... -
- Te diré algo – sonrió acariciando sus nudillos - ¿qué te parece si te organizo una bonita boda de madera? –
- ¿Lo dices en serio? – sus ojos brillaban.
- Por supuesto. Será inolvidable –
- Están haciendo una escena – reprendió un recién llegado - ¿pueden comportarse a la altura? –
- Sólo estaba tomando sus manos – respondió el mayor con deje de molestia - ¿cómo te sientes? –
- Bien en general – sonrió tímido – estaba muy nervioso en un principio, pero creo que las cosas están saliendo de acuerdo a lo planeado –
- Sí lo están. Felicidades – celebró su cuñado – y dime ¿dónde está el novio? –
- Está hablando con su hermano – señaló tras ellos – por cierto, dice que quiere que Doyoung le conceda una pieza. Te lo pedirá él mismo, pero quiero adelantártelo en caso de que quieras negarte –
El rey observó a su pareja, quien se encogió de hombros en respuesta.
- Está bien, iré a avisarle – anunció separándose de ellos para encaminarse en la dirección contraria.
- Vaya – exclamó sorprendido – ¿aceptaste sólo así? No sé qué debería pensar –
- El príncipe no me preocupa en absoluto – alardeó – él tiene un amorío con el chico que abrió la puerta para nosotros –
- ¡Deja de decir cosas como si estuvieras seguro de ellas! – pidió mirando a su alrededor – vas a crear un escándalo –
- Tú no sabes nada –
Ambos continuaron con su pequeña disyuntiva, ignorantes de que alguien les señalaba con discreción.
- Y esos son mi cuñado y su esposo – se giró al frente – los reyes Kim Doyoung y Kim Taeyong –
- Se ven muy sofisticados y eso – bebió un trago de su copa – y debo decir que tienes una familia muy atractiva –
- ¿Tú crees? –
- Tu esposo tiene el primer premio –
- ¿Ahora te gusta mi esposo? – entornó los ojos.
- Déjame superarte con quien yo quiera – bromeó – pero en serio, sí es muy atractivo –
- Estoy al tanto – canturreó emocionado – oye, no te molestes conmigo... –
- Ya estoy en ello – asintió - ¿qué hiciste? –
- Mi ministro de relaciones interiores vino solo, así que estarás sentado junto a él en el banquete –
- No puede ser – apretó los ojos – ¿crees que sea muy incómodo? –
- ¿Por qué lo sería? –
- Prácticamente estás obligando a dos desconocidos a entablar una conversación porque los sentaste juntos y realmente no tienen otra opción –
- No seas pesimista. Mi doncel dice que pidió referencias al primer ministro y él dijo que es una muy agradable compañía –
- Ya veremos – sonrió a medias – si me disculpas, tengo que buscar mi mesa antes de que tu esposo venga y te orine para marcarte –
- ¿Qué dices? –
- Me está clavando dagas – murmuró - permiso –
El menor se giró sonriente hacia el apuesto joven que se dirigía hacia él.
- Dice Sicheng que estás siendo grosero –
- Sí lo fui, y no pienso disculparme por ello – besó su mejilla.
- Vas a disculparte –
- Al menos espera a que coma algo – rió - ¿se lo dijiste? –
- Sí. Lo tomó casi bien –
Pese a la notable aversión que el consorte tenía hacia el instructor de su pareja, habría sido él mismo quien sugeriría que acomodasen al joven junto al ministro en cuestión pues, en su opinión, nadie, bajo ninguna circunstancia, debería sentirse solo.
- Yo creo que va a funcionar – lo abrazó por la cintura – escuché que el ministro Nakamoto es muy agradable –
- También yo – se acercó a él – cariño ¿quieres escaparte un ratito? –
- Pensé que nunca lo pedirías –
El sonriente joven se dejó llevar de la mano de su querido esposo ante los divertidos ojos del único par que había notado su ausencia.
- Míralos, tan ingenuos –
- Tan jóvenes – hizo una mueca – quisiera poder ser como ellos y pensar que todo está en mis manos todo el tiempo –
- Todo lo está – rió – piénsalo. De no ser por ti, el rey no se habría acercado mucho al joven Kim – lo miró – tú organizaste todo en su estadía para que tuvieran suficiente privacidad –
- Y de no ser por ti ese par no se habría conocido, John –
- Creo que ambos merecemos más mérito del que gozamos – medio bromeó.
- Yo creo que estamos bien bajo las sombras – tomó su mano – así podremos tener el reino que queremos sin involucrarnos mucho o arriesgarnos a algún escándalo –
- Tienes razón – asintió de acuerdo – nosotros lo hicimos y lo seguiremos haciendo. Este es nuestro reino -
Fin.
Bueno, sí, como era de esperarse, el final de la historia es la boda de Jisung y Jeno.
Muchas gracias por leer ❤️
¿Preguntas?
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Kingdom
FanfictionAlgunas veces, ser heredero de la corona, regir todo un país y tener miles de responsabilidades a tu cargo, no es como lo pintan las películas. Para el joven futuro rey no era un cuento de hadas, tampoco. Especialmente por que, para lograr su asce...