Capítulo 10

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Al día siguiente no tenía siquiera ánimos de levantarse.

De no ser por la ayuda y las apariencias que debía guardar, no habría podido salir de su habitación antes del mediodía.

Cuando entró al comedor todos le esperaban en un ambiente perceptible como amigable.

Jeno le miró sonriente y su hermano lo hizo de igual forma.

No parecían haber malas noticias respecto a sus preocupaciones del día anterior.

- Buenos días, majestad – saludó Jungwoo, levantándose de su lugar - ¿tuvo un buen descanso? –

- Ni siquiera sentí cuando caí dormido – sonrió.

- ¿Hubo mosquitos? – provocó su prometido.

- Afortunadamente no – respondió sin mirarlo – adivino que no fue su situación – inquirió hacia su hermano.

- No fue el caso – negó – de hecho, dormimos muy poco – miró al azabache – encontré al príncipe junto al río entrada la madrugada, así que pudimos conversar un rato antes de dormir –

- Ya veo – bebió un sorbo de jugo.

- ¿Majestad? – habló bajo el mayordomo a su lado - ¿tiene alguna preferencia para el desayuno? –

Entonces Jisung lo miró.

Desearía haberse detenido a observarlo con tanto cuidado antes.

De haberlo hecho, se habría dado cuenta de los rasgos tan atractivos que poseía el criado.

Tenía unos ojos cálidos y labios marcados. Sus cejas pobladas enmarcaban sus pestañas a la perfección, y su bella piel perlada era nada más que el complemento perfecto de un rostro tan definido y hermoso.

Casi pudo imaginar lo que él sentiría de ser el receptor de unas sonrisas.

Quería tanto maldecir.

- Necesito algo pesado – respondió sin tomar más tiempo – pasaré la mayor parte de la tarde afuera –

- Empacaré algo en caso de que lo necesite – asintió antes de retirarse.

- ¿Iremos a cazar? – preguntó el príncipe, llamando su atención.

- Creo que nos vendría bien encontrar entretenimiento – miró a su hermano - ¿nos acompañas? –

- No estoy en condiciones, su alteza – negó – creo que sería mejor si me quedo a descansar –

- Tal vez sea lo adecuado que ambos recuperen sus horas de sueño –

- Con todo respeto – habló el azabache – me siento lo suficientemente descansado, así que, si puedo acompañarle... -

- Está bien – sonrió a medias – ese era el plan desde un principio –

Siempre fue el maldito plan.





Por cuestión de suerte, no habían encontrado una sola presa desde que llegaron a su observatorio correspondiente.

Había insistido en ir sólo en un principio, pero Jungwoo le convenció de ir acompañado en caso de que hubiese alguna clase de complicación.

Por supuesto, Jeno había sido el voluntario.

Nadie pudo negar su solicitud si consideraban que, gracias a su entrenamiento militar, era el más apto para proteger al rey si éste lo necesitase.

No habían hablado mucho, sin embargo.

Apenas se posicionaron, se dedicaron a observar el paisaje en silencio, esperando que cualquier cosa pasara.

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