Necesitaba dinero.
Ese era el único pensamiento que rondaba en mi mente despues de haber visto al tipejo ese.
Eran las 7 de la noche ya, estaba acostada en el mueble del apartamento que Wyatt consiguió gracias a mi papá, le había enviado a Connor la dirección para que pudiera venir a visitarme luego. En seis horas debía estar en los almacenes y no tenía ni un puto centavo.
—¿Mucho en qué pensar?—preguntó Wyatt sentándose en el piso, ya que yo ocupaba el único mueble que había en la habitación.
—Algo así —dije con tono cansado.
Debería dejar que maten a Dan, total es un problema.
—¿Quieres hablarlo?—me ofreció de unos dulces que traía en su bolsillo, acepté.
—Necesito 30 millones de dólares, ya sabes, lo normal—respondí restándole importancia.
Escuché como se atragantó con los dulces y corrí a socorrerle.
—¿¡30 millones!? ¿Te volviste loca?—con cada palabra se escuchaba como tosía—. ¿Cómo vas a conseguir el dinero?
Suspiré—. Necesito un computador.
Se levantó del piso y me miro con sus cejas juntas—. ¿No pensarás volver a hacerlo, cierto?
He ahí mi dilema, juré no volver a hacerlo cuando llegué a ésta ciudad, alejarme de los problemas de una vez por todas, pero mirame aquí tratando de echarlo todo a la mierda, por la persona que me arruinó.
—Sí, es mi única opción.
Me tendió su mano–. Entonces supongo que tendré que ayudarte.
Tomé su mano y me levanté con él. Espero que cuando le salve el trasero a ese malnacido, se olvide hasta de mi nombre, porque no habrá próxima vez.
(...)
–Trecientos noventa y siete dólares con sententa y cuatro centavos—nos avisa la cajera con una leve sonrisa.
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La Hacker
Teen FictionTodos en el instituto Afton le tienen miedo a Keitlen. ¿La razón? La chica es la ama en la tecnología, lo sabe todo, la última vez que alguien la desafió, el pobre chico tuvo que cambiarse de instituto. Pero alguien está empeñado en conseguir toda...