Todos en el instituto Afton le tienen miedo a Keitlen.
¿La razón?
La chica es la ama en la tecnología, lo sabe todo, la última vez que alguien la desafió, el pobre chico tuvo que cambiarse de instituto.
Pero alguien está empeñado en conseguir toda...
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-... Y así mis queridos alumnos termina la lección de hoy, yo me tengo que retirar antes de lo previsto-dijo el maestro recogiendo sus cosas.
Todos lo mirábamos atentamente mientras se paraba de la silla y cerraba la puerta antes de marcharse. Todos chillaron de emoción y yo comencé a anotar la tarea de la pizarra.
-Genial, ¿No crees, Keitlen?-chilló Yannet a mí lado, siguí escribiendo-. Y más cuando me tienes algo que contar.
Solté él lápiz y la miré asustada, tenía una expresión picarona en su rostro.
«Ay Connor, sícontastealgotemato.»
-¿Algo cóm-o qué? -pregunté con sutiliza, sin querrer meter la pata.
Ella miró sus uñas color carmesí.
-No sé, algo relacionado con un chico ...-me miró elevando sus cejas-, un beso quizás.
Mierda, mierdaymásmierda.
Comencé a recoger mis cosas y a entrar las a la mochila.
-No sé de qu-e ha-blas-dije parándome del asiento para dirigirme a la biblioteca.
Ese es él único lugar donde puedo estar tranquilamente, porque leer es relajante.
Exceptocuandoélpersonajeprincipalhacelomástontodelmundo, ocuandoélprotagonistasaleconotra, besaaotrao cuando laprotagonistaloperdonasinpensarlo, ocuando...
Ustedesmeentienden.
-¡Vuelve aquí Keitlen! ¡Tengo curiosidad!-gritó Yannet corriendo tras de mí, emprendí mí huida a paso rápido.
