Todos en el instituto Afton le tienen miedo a Keitlen.
¿La razón?
La chica es la ama en la tecnología, lo sabe todo, la última vez que alguien la desafió, el pobre chico tuvo que cambiarse de instituto.
Pero alguien está empeñado en conseguir toda...
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Arrogé la mochila al sofá y me tendí en el, Alex se dirigió a la cocina como un león en busca de su presa y Derek imitó mi acción.
-¿Y esa cara de bobo enamorado que tienes?-pregunta Derek sonriendo pícaramente y jugando con sus cejas.
-No jodas.
Me tiré un cojín a la cara tratando de esconder mi estúpida sonrisa.
Alex entró a la sala con un tazón de caramelos y varias gomitas en sus manos.
-¿De qué me perdí?-preguntó llenando su boca de dulces.
Derek y yo intercambiamos caras de asco cuando sus mejillas se inflaron igual que las de una ardilla.
«¿Quien puede comer tantas gomitas?»
-No de mucho, sólo que nuestro gran amigo Connor al parecer le ha salido bien el plan y no puede dejar de ocultar su enorme felicidad -respondió Derek volviendo a jugar con sus cejas.
Cansado de su juego de cejas le lancé un cogín que lamentablemente evadió con bastante agilidad, y éste terminó chocando con una lámpara que había tras Derek.
El estruendo de la lámpara rompiendo hizo eco en toda la casa y todos intercambiamos miradas de terror.
-¿QUÉ ROMPISTE AHORA CONNOR MICHAEL LEITON STEVE?-el grito de mi madre logró que se me helara la sangre.
Por instinto tomamos los celulares y prácticamente corrimos hasta la puerta.
-¡Vuelvo luego! ¡Te amo, mamá!-grité cerrando la puerta con rapidez y salí corriendo cuando escuché sus pasos bajando las escaleras.
-¡Regresa acá ahora mismo!-fue lo último que escuché antes de doblar una esquina y evitar cualquier liada.
Cuando estuvimos más alejados dejamos de correr y empezamos a caminar.
-¿Sabes Connor? Pensé que mi madre daba miedo, pero ahora creo que cambié de opinión. Tú madre si da miedo -intervibo Alex.
