El almuerzo, la hora más esperada de todas. Excepto si es martes, porque sólo dan pasta, y no me mal entiendan me gusta la pasta, pero no con los términos escolares.
Lo más horrible de todo es que era martes y aquí estaba yo con un plato de pasta, mirándolo con recelo.
-¿Por qué no pueden hacer una pasta normal?-cuestiona Yann sentándose frente a mí, con un poco de pasta en su bandeja.
Suspiro-, Deberíamos oponernos a ésto, no me hace ninguna gracia comer pasta sin salsa-respondí tomando el tenedor.
Fugazmente recordé lo raro que habían actuado los chicos hoy, ninguno se había acercado a saludar ni nada por el estilo.
-Yann, ¿Sabes por qué los chicos están más raro de lo común?-pregunté con cautela.
Si, así era de cautelosa. La cautela era lo mío.
-No, sólo sé que ayer todos estábamos bien, hasta que empezamos a beber, lo único que recuerdo es haber besado a Alex- respondió mientras bajaba su tono de voz.
De eso es de lo único que te acuerdas.
-Claro que sí-moví mis cejas con picardía.
Sí Yann no me daba respuestas, debía buscarlas yo misma.
(...)
La última hora de clase, resultó ser en el laboratorio de química, mí compañero apestaba haciendo las reacciones químicas. Casi hace explotar el laboratorio.
Pero descuiden, sólo es Samuel siendo Samuel.
-Chicos, ahora mezclen bicarbonato con vinagre, pero recuerden no excederse. Y Anoten la reacción que se realice-nos avisó la profesora.
Ésta vez, tomé los tubos de ensayo más rápido que él y le sonreí.
No, no quería ensuciar mí ropa.
-Agrega el bicarbonato Samuel, yo le agregaré el vinagre-le propuse.
Lo hizo sin vacilar. Primera vez que no ocurría un desastre en éste lugar.
Anoté la reacción y me dispuse a agregarle colorante morado a la mezcla.
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La Hacker
Teen FictionTodos en el instituto Afton le tienen miedo a Keitlen. ¿La razón? La chica es la ama en la tecnología, lo sabe todo, la última vez que alguien la desafió, el pobre chico tuvo que cambiarse de instituto. Pero alguien está empeñado en conseguir toda...