⚜Capítulo 39

2.2K 185 48
                                    

Keitlen:

Perra. Esa es la palabra que definía a la persona que había entrado por esa puerta. O Diana, para mi es lo mismo.

Observé como se acercaba a nosotros con una sonrisa bastante deslumbrante, aunque le faltaba un diente, bueno prácticamente no se le notaba.

—¡Oh, palomitas!—exclamó tomando un poco de las palomitas que se encontraban rn el envase que yo tenía.

¡Son mis palomitas perra! Esas eran las palabras que quisieron salir de mi boca, pero las contuve, en cambio le regalé la mas forzada sonrisa que he dado en mi vida.

—Vaya, no sabía que se conocían—dijo Yannet tomando asiento junto a Alen en el sillón al lado nuestro.

—Larga historia—contestó rápidamente Derek tomando el control remoto y dándole Play a la película.

Diana se sentó en el sillón que estaba desocupado, gracias a Dios.

(...)

A mitad de la sangrienta película la vibración de mi celular mo me deja concentrar, así que decido ir al baño y contestar la llamada del desconocido número.

¿Hola?—pregunto en un tono bajo, ya que el baño está cerca del salón.

No tengo tiempo para darte explicaciones, pero tienes que recoger tus cosas y mudarte de resintió— dice una voz que reconozco muy bien.

Tomo una respiración profunda.

—Solo era borrar datos Thomás, maldita sea, ¿Qué hiciste mal?—pregunté alterada.

—El chico dijo que había rastreado la dirección IP del servidor de Internet principal del que estaba conectado, o algo parecido—se explicó vagamente—. Eso no es lo importante, necesitas encontrar dónde mudarte o pasar la noche ya, porque de seguro debes tener más de diez policías en tú edificio.

Mi corazón se detuvo en el momento que terminó de hablar.

—¿Me éstas jodiendo?—susurré a punto de entrar en pánico.

Se escuchó un suspiro del otro lado de la línea—, No quería decir esto pero...—hizo una pausa—. Wyatt es un agente encubierto, que bueno... Yo...

Su nerviosismo aportó cualquier sentimiento de pánico que tuviese.

—Primero piensa y después habla, simple.

—Lo contraté para vigilarte—susurró lo último.

Ja' posiblemente sea el mayor chiste que he escuchado en mi vida. Joder, Thomás me va a escuchar.

Antes de que golpeara verbalmente a mi hermano, unos golpes en la puerta congelan mi cerebro.

—¿Estás bien, Keitlen?—se escucha el tono preocupado de Connor.

Tardé al rededor de 4 segundos en reaccionar—. Si, si, todo per-fecto—contesté—. Ahora salgo, no te preocupes— acerqué el celular más cerca de mis labios—. Tú y yo hablaremos luego—amenacé y colgué antes de salir.

Salí para encontrarme con sus ojos que me miraban curiosos. Le sonreí para mostrarle que todo estaba bien y me me sonrió de vuelta.

—La película ya acabó, Alex llevará a Derek a su casa y Diana se quedará aquí con Yannet—me explicó mientras acariciaba mi mejilla.

Vale, no he escuchado nada de lo que dijo porque su toque me embobó pero asentí lentamente.

Joder, demasiada azúcar.

—¿Me llevas a mi departamento?—cuestioné en cuanto mi cerebro volvió a funcionar.

—¿Te pensabas ir con otra persona?—pregunta divertido.

Le sonrío como una tonta embobada.

—Uy, me dan asco.

Dijo Derek separándonos y entrando al baño. Connor y yo no nos reímos como desquiciados mientras nos íbamos a buscar nuestras cosas para irnos.

(...)

Estábamos a 1 cuadra de mi edificio y no tenía ni idea de qué le iba a decir a Connor para que me dejase aquí, por suerte el semáforo me favoreció y cambió a rojo, dándome más tiempo para pensar.

—Oye, ¿puedes dej-arme aquí?—pregunté inocente, su rostro mostró confusión, miré a través de la ventanilla y vi una tienda de queso—. Es que quiero comprar algo para el desayuno—sonreí nerviosa.

La luz volvió a cambiar, pero en vez de avanzar se estacionó cerca de la acera, gracias a Dios.

—Ten linda noche, bonita—dijo tomando mi rostro y presionando sus labios con los míos, beso que respondí inmediatamente.

Me separé y salí del auto—. Gracias, nos vemos mañana Connor.

El sonrió y puso el auto en marcha.

En cuando salió de mi campo de visión mi sonrisa se borró y la rabia se hizo presente. Empecé a caminar no hacia mi departamento, sino al de Wyatt, ese estúpido también me va a escuchar.

(...)

—¿Si vive aquí su novio señorita?—preguntó el guardia mientras me guiaba.

Si, me guiaba porque no puede dejar que desconocidos violen la privacidad de sus inquilinos.

—Si señor, aquí es—señalé la puerta del departamento que daba justo al lado del mío.

El me miró extrañado, toqué la puerta rogando para que estuviese ahí. Unos diez segundos la puerta se abrió mostrando a un despeinado Wyatt, le sonreí con malicia.

—La señorita dijo que es su novia, ¿Es eso cierto?—pregunta un poco incómodo el guardia.

Wyatt achinó sus ojos—, ¿Ah?

—Jaja, es que es bien olvidadiso —dije empujando a Wyatt  dentro del departamento antes de me delatara.

Se alejó lo suficiente de mi y pude notar que tenía un uniforme bastante extraño puesto. ¿Era un espía o que pedo?

Obvio que lo es me recordó mi conciencia.

—Tú, violador de privacidad y espía de mierda—le acusé señalándole con el dedo.

Se empezó a reír como si hubiese dicho el mejor chiste del mundo, el muy estúpido. Obviamente eso aumentó mis ganas de golpearle.

—Te ves súper sexy enojada—jugueteó con sus cejas al terminar la frase.

Su comentario me dió ganas de vomitar.

—No tienes que fingir interés en mi, Thomás me lo dijo todo, deja el teatrito—de repliqué rodando los ojos.

Encarnó una ceja.

—No es broma que me atraes—se defendió elevando las manos.

Le saqué el dedo medio y me senté en su único sofá.

—¿Te dijo Thomás que vamos a hacer con la policía y el FBI que está en mi edificio?—pregunté mirando las luces azul y rojo que se colaban por la ventana.

El se sentó a mi lado y suspiró.

—Le he propuesto que te quedaras aquí conmigo—le lancé una mirada asesina, volvió a levantar las manos en señal de paz—. Solo lo digo porque pertenezco a su grupo, no vendrán a inspeccionar este departamento, nunca sospecharían—dijo con simplicidad.

Tenía que admitirlo, el estúpido tenía un punto.

—¿Y qué dijo Thomás?—pregunté con desgana.

—Que eso lo dejaba a tu elección—respondió rescontándose en el brazo del sofá—. Entonces, ¿Qué eliges?—preguntó clavando sus ojos en los míos.

—Yo...











I'M BACK :)

La Hacker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora