-¿Cómo se te ocurre besar a una desconocida Connor?-le reclamó por quinta vez la señora Paula.
Estábamos en un pequeño despacho, sí, estábamos porque el muy señorito después de besarme frente a los niños me llevó con el cuando su madre quería reclamarle.
-Contestame-pidió un tanto enoja.
La cara de fastidio de Connor era épica, asi que cubrí la boca con la peluca para no estallar en risas.
Suspiró -, Mamá ya te lo dije, Keitlen es una amiga-dijo dudando en la última palabra.
No, no, no, ni amigos, ni vecinos.
-¿Amiga?-me examinó con la mirada-. ¿Y dónde está el entretenimiento que tenías que contratar?-cuestionó.
Jesús, se ha metido el mismo en la boca del lobo.
Connor llevó sus manos a la cara, sabía que estaba jodido. ¿No le debía un favor? Pues aquí va.
-Señora Leiton, le pido mil disculpas, su hijo me ha comentado que su hermosa niña estaba de cumpleaños y siempre había soñado con ser una actriz-hablé con el tono de voz más arrepentido que pude-, así que le rogué que me permitiese actuar. Por favor no le reclame a él, fue mí culpa-le supliqué.
Dios mío, es la mentira más grande que he dicho en mi vida, ¿Yo de actriz? Moriría de hambre posiblemente.
La señora al parecer le impactaron mis palabra, porque su rostro tenía una expresión de sorpresa.
-Oh... Yo sólo, no lo sabía-se disculpó un tanto avergonzada -. ¿Por qué no me lo habías dicho? -interrogó a su hijo, quien estaba atónito a su lado.
A ver pendejo, no me he inventado toda esa mierda para que lo estropees.
-Ella no ha querido-se defendió al paso de unos segundos.
Lo miró dudosa, pero asintió.
-Y si sois amigos, ¿Por qué os habéis besado allá fuera?-preguntó un tanto desconcertada.
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La Hacker
Teen FictionTodos en el instituto Afton le tienen miedo a Keitlen. ¿La razón? La chica es la ama en la tecnología, lo sabe todo, la última vez que alguien la desafió, el pobre chico tuvo que cambiarse de instituto. Pero alguien está empeñado en conseguir toda...