Choi Beomgyu es un bipolar Omega, estando fuera de los estándares de "Omega perfecto" por ser un 'chico rellenito' y sobre todo 'bajito'. A pesar de los hirientes comentarios y burlas a su físico, jamás quiso dar importancia. Su amor era todo tipos...
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Mirándose al espejo una vez más, Taehyun asintió para sí mismo que ya estaba listo. Agarró su colonia y se echó unas gotitas, suspirando mejor. Faltaba unos minutos para que los Choi ya estuvieran llegando.
Salió de su habitación, bajando las escaleras mientras acomodaba la chaqueta que llevaba encima y el suéter cuello de tortuga. Cuando quiso ingresar a la cocina para probar algún bocadillo, el timbre había sonado.
— ¡Taehyun, ve!
Girándose sobre sus talones, remojo sus labios con nerviosismo y sostuvo la perilla de la puerta. Su amor tan bonito estaba al otro lado de la puerta con su familia, y él estaba tardando en atenderlos.
Sin darse cuenta, ya estaba frente a los chicos. Sus ojos se enfocaron inmediatamente en Beomgyu, y al mirar esos orbes de bambi, no pudo evitar caer cada vez más embobado por el castañito.
El Omega estaba precioso.
Taehyun mostró su sonrisa, sin embargo, el Omega de hebras pintorescas lo miró con el entrecejo fruncido, mientras esos bellos cachetitos se pintaban de un fuerte carmín y se escondía un poco detrás de su padre.
El color rosa resaltaba en toda la belleza del bajito Choi, le daba un toque especial, un hermoso y tierno chico. Esas prendas y la hermosa diadema de flores que adornaban sus cabellitos, lo hacía ver un algodón de azúcar. Muy apetecible a los ojos de Taehyun.
Yun-Sik arqueo una ceja a la mirada embobada del Alfa que le mandaba a su hijo, carraspeó.
— Me siento de sobra — Musitó indignado.
Taehyun salio de su ensoñación, sacudiendo su cabeza y reírse un poco avergonzado. Miró al mayor, sintiéndose un poco intimidado.
— Sean bienvenidos. Mi padre está en la cocina.
Beomgyu se recriminó al sonrojarse por las miradas del rubio, su corazón latiendo y poniéndolo más nervioso. Miró a su alrededor encantado, toda la mansión Kang tenía cuadros de artes en las paredes, un poco delicado de tiempos antiguos. Pero el ambiente hogareño podía sentirse como un abrazo, hermoso. Le fascinó.
— Beomgyu — El castañito se detuvo, sin embargo, se negó a encarar al Alfa. Los bonitos ojos de Kang lo ponían débil, extraño... No sabría cómo explicarlo. Le asustaba aquellas emociones. Taehyun rasco su nuca con nerviosismo, y acercarse a pasos lentos — Estas muy hermoso.
— Gracias... — Al halago, Beomgyu huyó detrás de su padre. Abrazándolo por la espalda y ocultando su carita allí, avergonzado.
¿Por qué ese halago de Taehyun lo puso tan nervioso? Quería alejar esas cosquillas que sentía y actuar tan tonto, no le gustaba.
— Cachorro, ¿Pasa algo? Yun-Sik miro a su hijo, esté tenía esos tiernos cachetitos rojizos.
— Estoy bien, papá. El señor Choi, un poco desconfiado asintió.