Epílogo

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3 años después

Gaby

Aún lo recuerdo, creo que nunca lo olvidaré, el verdadero amor nunca se olvida y a alguien como él, mucho menos.

Nuestro "romance" fue el más corto que pudo existir, pero desde antes existía el cariño, el cual existió desde que éramos unos niños.

Nunca olvidaré......

Dejé de escribir, gracias a unos golpes en la puerta.

Bueno, se preguntarán ¿Por qué escribes? Pues, quiero contarle mi historia a mis hijos (si los llego a tener) de "Quién fue mi verdadero amor". También se harán otras preguntas como....

¿Qué pasó con Ethan?

Pues le dieron una condena de 45 años de cárcel hace tres años, además mi hizo una promesa.

–"Si él se muere te dejaré en paz pequeña Gaby, pero de quedar vivo te juro que les haré la vida imposible"

Después de eso, se lo llevaron a la prisión.

¿Qué pasó con Jeha?

Aún no la encuentran, sí, llevan tres años buscándola.

¿Karen y Adrien?

Ya los volveremos a ver.

¿Citlali?

Está feliz viviendo con su novio ¿Quién es? No se los diré.

¿Elías?

Está bien, me visita todos los días. Después de la muerte de Erick nos volvimos más unidos.

Ahora la pregunta del millón.

¿Olvidé a Erick? ¿Tengo a alguien más?

No, no olvidé a Erick, pero si tengo a alguien más, de hecho, hoy tendremos una cita.

Si son lectoras (cómo yo) dirán pero que ridículo, medio me estabilizo emocionalmente y vienen éstos a repetir la historia de Boulevard, yo también viví ese Deja vù que sienten.

Pero bueno, supongo que si siguen aquí es porque quieren saber cómo termina esto.

Pues veamos.

. . . . . .

Me terminé de arreglar, ya me vienen a buscar para la cita.

No ahondaré en detalles de cómo me vestí y eso, sólo les diré que era un vestido suelto (estábamos en primavera y haríamos de picnic), cómo tenía un poco de tiempo me puse a escribir, es ahí donde nos quedamos ¿No?

Bueno, resulta que los golpes en la puerta eran de mi hermoso novio.

Tres años atrás y lo amo como si lo conociera de toda la vida.

Abrí la puerta y ahí estaba él, con un aire casual que lo hacía ver relajado, lo cual no le quitaba lo atractivo, su pelo desordenadamente hermoso.

—Hola preciosa.–me saluda con un beso en la boca.

—¿Qué tal horrible?–le doy otro beso.

—¿No te cansarás de ese apodo verdad?

—La verdad es que no.

—Vale ¿Nos vamos?

—Si.

Nos fuimos en su motocicleta.... Amo la sensación que te causa esa adrenalina y velocidad, me enseñó a manejarla, pero no le gusta prestarme la.

Llegamos a la ruta del lago, dicho lago tiene una especie de bosque, que es ideal para un picnic. Preparamos todo y empezamos a comer, trajo mis dulces favoritos ¡Dios! Amo que me conozca tan bien. Terminamos y me dice que me suba a la canoa que está en el lago, todavía está claro, aunque está empezando a oscurecer un poco, todavía no es el verdadero atardecer.

—Preciosa.

—¿Si?

—¿Puedes mirar al cielo un segundo?

—¿Para qué?

—Hazlo por favor.–no me pude negar ante la súplica así que elevé el rostro y miré al cielo.

Me di cuenta que un avión empezó a esparcir humo, haciendo unas especies de letras, no se apreciaba bien la frase, unos minutos después mi corazón se detuvo.

"¿Te quieres casar conmigo preciosa? E. G"

Al volver mi vista hacia él, lo encuentro de rodillas con un anillo de compromiso en mano.

—¿Qué me dices preciosa? ¿Te casas conmigo?

¿Cómo mantiene el equilibrio?

¿Cuándo hizo todo esto?

—¿Gaby?

—¿Cuándo planeaste esto? ¿Cómo lo hiciste?

—Llevo planeando lo 3 meses, sólo le pagué a uno de esos pilotos que hacen letras en el aire y ya.

—Wow.

—Vuelvo y repito la pregunta–carraspeo–¿Te quieres casar conmigo?

—No....…–no podía hablar.

—¿No?–su rostro pasó a ser de decepción.

Miré ese hermoso rostro, con sus preciosos ojos de los cuales siempre estuve enamorada, de los que me enamoré a los 8. Esos que siempre pude distinguir ante su otro igual, en ese momento supe que no habría mejor futuro que uno a su lado.

—No tengo ninguna duda de que te amo y me quiero casar contigo.

—¿Qué me qué?

—Que te amo y me quiero casar contigo horrible.

—Dios, tenía tanto miedo de que en verdad dijeras que no–dijo soltando dramáticamente el aire.

—Ven aquí, ponme el anillo y bésame.

Se inclinó para ponerme el anillo y me besó, fue ese tipo de beso de película dónde te demuestran todo el amor, posó su frente en la mía.

—Eres la mujer de mi vida Gaby, siempre lo supe,–me besa la nariz–y te juro, que serás una princesa en mi castillo.

—¿Tienes un castillo?

Eso lo hizo reír.

—Dicen que la casa de un hombre es su castillo y pues tú serás la princesa del mío.

—Hay que decirle a mis padres.

—Ya lo hice, les pedí su permiso primero, después te lo propuse.

—¿Cómo sabías que diría que si?

—No lo sabía, pero necesitaba su permiso.

Lo volví a besar, con un perfecto atardecer de fondo, este sería uno de los días más felices de mi vida, sería la Gaby de Granger.

ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora