Ten Piedad © +21

17 "REALIDAD"

Yelena miraba a ciertos agentes con falsa incredulidad. Dos vigiles los estaban vigilando de cerca mientras esperaban el momento de llevárselos a recorrer las más profundas instalaciones del congreso.

–¿A quién se le ocurrió esta idea?

–¿De qué idea hablás?– Yelena y Alice se dieron la vuelta para mirar a Nick.

–de la idea de tener al FBI aquí.

Ellas intercambiaron una mirada y guardaron silencio.

–creeme que lo mismo me gustaría saber.

–¿A caso tienes algo que ocultar?

–muchas cosas, pero no es de tu incumbencia.

Yelena recordó la conversación que hubo entre algunos agentes del FBI. Sí los agentes no estaban tratando de poner a la UDE de su lado debía de ser porque confiaban en tener alguien más poderoso para defenderlos y darles protección en Rusia.

Yelena.

Visité el pequeño sepulcro que le hicieron a Ryan y a su contrincante de política, miré con determinación cada detalle de dónde me encontraba, respiré profundo y guardé silencio por respeto.

Lástima, si no hubiera estado en ese momento mis hombres no lo hubieran matado también.

A los lejos divisé una silueta negra que se escondía entre los arbustos, un pequeño escalofrío recorrió mi columna. Que extraño... Se supone que soy la única persona en este lugar.

Me temo que en un futuro llevaré hacía el congreso noticias perturbadoras.

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Yelena esperó un poco y no mucho después, tuvo a luna al otro lado.

–como te dije Yelena, yo no sé nada de los archivos.

–¿Que yo recuerde jamás te conté sobre ellos?

La expresión de luna cambió drásticamente, se encontraba atrapada en la mentira, su intento de arruinar la vida y los planes de Yelena habían fallado.

–yo, yo solo... Supuse algo así.

Luna vió a Yelena lentamente hasta que miró su rostro, cómo su expresión iba cambiando, flashes de incredulidad, de preocupación, hasta quedarse en la cólera fría, temía de lo que Yelena sería capaz, según lo que ha oído, Yelena es capaz de convertirse en el mismo karma.

Yelena salió de la sala con una expresión totalmente fría.

–mami, ven mira– lana le tomó la mano

–jefa necesitamos su aprobación para los siguientes planos.

–eso puede esperar.

–Pero...

–pero nada, ¿Que sucede cariño?

Lana la guío hasta su habitación para mostrarle sus juguetes.

                                 *

–¡¡Mierda!! Llevamos horas y aún no tenemos información.

–señor Christian, lo mejor será esperar hasta el próximo ataque, ni siquiera hemos encontrado huellas.

Christian estaba perdiendo la cabeza y la poca razón que le quedaba. No sólo tenía que averiguar sobre las desapariciones, si no que tendría que encontrar el paradero del Agente Demetriou.

Se levantó de su silla cautelosamente, cómo una muerte tranquila. El dolor de migraña no le ayudaba a trabajar de manera pacífica, se sentía enojado consigo mismo, tenía que buscar una manera de relajarse para no perder la poca cordura que tenía, amaba su trabajo pero eso no cambia el hecho de que sea estresante e incluso muy arriesgado.