Capítulo 13

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Dos días después, cuando el día se había desvanecido y la luna iluminaba la noche, William llegó a la carpa que compartía con Hal.

-Mi señor.- susurró.- Señorita.

Desperté sobresaltada cuando sentí como Hal se levantaba. A cada momento estaba alerta por el inminente peligro que traía la guerra, por lo que al sentir que Hal se iba, solo pude levantarme sobresaltada y tomar su mano.

-Tranquila.-

-Él está aquí, señor.- nos explico William.

Al entrar a la carpa, lo primero que vimos fue a un hombre de cabello largo hasta los hombros sentado en el asiento habitual de Hal, que estaba en el centro, concentrado mientras revisaba algunos objetos y murmuraba sin prestarnos atención.

Jhon, sentado a un costado, lo miraba con completa seriedad. Se notaba que no le caía bien.

-Su majestad.- murmuró y sonrió al notar nuestra presencia.- Esto es por su pequeña victoria.- extendió una copa y luego bebió de su contenido.- ¿Se pregunta por qué he venido? ¿Se pregunta eso? Yo no he venido a ofrecer rendición si eso es lo que espera. He venido a describir para usted su descenso, los gritos de sus hombres al morir lentamente.

<<-Y aunque el Rey de Inglaterra parezca decidido a hacer de Francia su nuevo hogar, déjeme ayudarle. Drenare la sangre de su cuerpo y lo sepultare bajo un árbol, un pequeño árbol francés. Muy joven, muy pequeño. Eso tal vez hablé de su objetivo al venir aquí. Pequeño.

<<-Y tal vez su...- hizo un gesto con la mano hacia arriba y silbó.- Tal vez sus bolas sean grandes, ¿No? Bolas gigantes. La señorita debe de saberlo.- me miró y mordió su labio inferior.- Bolas gigantes, con un gallito.- río mientras hacía otro gesto burlón.- Y el ruido de su esposa e hijos llorando, lo usaré para dormir por la noche.->>

Jhon realizó un exagerado bostezo, interrumpiendo al Delfín. Tuve que contener la risa.

-¿Escucho lo que dije?- prosiguió el príncipe francés.

-Asi es. Fue enternecedor.- asintió Hal.- Sir Jhon, por favor, acompañeme.- el nombrado se paró - Descanse.- fue lo último que dijo antes de tomar mí mano y salir los tres de la carpa.- Vamos a movernos. Al amanecer.- ordenó y ambos nos alejamos hasta perdernos en la oscuridad.

~•~

Cuando el viaje termino y acabamos en un acampado rodeado de un bosque, no pasó mucho hasta que él Delfín volvió a recordarnos su amenaza.

Tres niños habían ido al bosque a buscar cosas simples como agua y frutos si es que los encontraban.

Dos de esos niños fueron asesinados y el tercero volvió con la cabeza de uno de sus compañeros, con lágrimas en su rostro y la ropa manchada de sangre.

Además de un profundo trauma.

-Duplica la guardia a 20 metros a la redonda. Tres horas de guardia. Quiero esos hombres frescos y alertas. Quien se duerma le sacaran los ojos. Quien hable perderá su lengua.- Hal estaba impotente y enojado en medidas extremas.- Y todos los prisioneros franceses serán ejecutados. Dejen sus cadáveres empalados en la orilla del río.

-Obedecere la primera orden. La segunda... Tendrás que encargarte de esa ejecución en masa tu mismo.- respondió Jhon.

-¿Que me dijiste?-

-Tu no eres así.-

-¿Te atreves a desafiarme?-

-Que no salga de aquí.- se levantó.

-¿Cómo te atreves? Soy tu rey.- lo imito.- ¿Donde está el feroz guerrero? Ese Falstaff del que tanto he oído. Enmudeciste desde que cruzamos el mar. Debe ser mí propio jefe de tácticas, mí propio comandante, mí consejero. ¿Donde está el guerrero Falstaff?

-Hablo solamente cuando hay algo que decir. Con frecuencia he visto hombres de guerra inventar trabajos para si mismos, trabajos que solo llevan a la vana gloria y a la muerte.- negó con la cabeza.- Yo no soy así. Y esta es la guerra que tu elegiste.- espetó.

-Te destripare aquí con mis propias manos.- se acercó, amenazante.

-Tu tampoco eres así.-

Editado

 ℳ𝓎 ℒ𝒶𝒹𝓎  || ℛℯ𝓎 ℰ𝓃𝓇𝒾𝓆𝓊ℯ 𝒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora