Capítulo 17

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Y entonces todo se descontroló más de lo que ya estaba antes.

La calurosa luz del sol solo lo volvía más complicado. El barro hacía que Hal cayera al suelo como los demás y la marea de franceses e ingleses lo mareaba de sobremanera.

Artemisa bajo corriendo por el campo y tomo la espada de su cadera, peleando con todo francés al que veía y tratando de ubicar a Hal o a Jhon.

La pelea duro horas. Horas que parecieron eternas.

Todos estaban cubiertos de barro y no había lugar en el suelo que estuviera despejado por algún cadáver.

Otra vez, una trompeta sonó.

Algunos hombres se apartaron cuando cinco caballos cruzaron por el lugar. La trompeta sonó hasta que lograron obtener la atención de todos y parar la pelea.

El Delfín se bajó del caballo principal frente a Hal, quien jadeaba por el constante esfuerzo de la guerra.

-Ven aquí, Rey de Inglaterra.- dijo el Delfín mientras levantaba su espada. Hizo un par de movimientos con esta y esperó. Hal agarró una espada del suelo y se preparó para luchar.

El Delfín quiso avanzar pero solo logró caerse al suelo al resbalar con el barro. Siguió intentándolo, recibiendo el mismo resultado.

Artemisa se mantenía junto al círculo de hombres franceses e ingleses, aguantando una risa pero sin ocultar una sonrisa.

Hal la miro de reojo y negó con la cabeza, divertido. Clavo la espada en el suelo y con un movimiento de cabeza les indico a sus hombres que matarán al príncipe de Francia. Estos cumplieron su orden.

~•~

Cuando todo había terminado y los ingleses juntaban las armas de los cadáveres, Hal se acercó a Artemisa y la abrazo con fuerza por la cintura. Dejo un par de besos en su coronilla y la observo de pies a cabeza. La chica tenía, como él, el cuerpo cubierto de barro.

-¿Estás bien?- ella asintió con una pequeña sonrisa.

-¿Y tu?- el Rey repitió su gesto.

Ambos empezaron a caminar y se detuvieron al reconocer el cadáver de Sir Jhon, su fiel amigo.
Los ojos de Tesa se cristalizaron y apoyo una mano en el hombro de Hal cuando esté se arrodilló junto al hombre, llorando y suspirando con pesar.

Se levantó y uno de sus hombres exclamó:- Salve al Rey.- y luego se arrodilló.

Mientras los dos se alejaban de allí, otro hombres copiaron el gesto del primero y formaron hileras a ambos lados de la pareja.

-Salve al Rey.-

-Salve al Rey.-

-Mi señor, los prisiones que tomamos son demasiados.- informó uno de los guerreros, deteniendolos.- Temo que no los aseguraremos si su ejército se reagrupa.

-Matenlos.- ordenó Hal antes de seguir caminando junto a Artemisa.

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 ℳ𝓎 ℒ𝒶𝒹𝓎  || ℛℯ𝓎 ℰ𝓃𝓇𝒾𝓆𝓊ℯ 𝒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora