El cielo, nublado y de un blanco perlado, no afectaba a los hermosos paisajes que las tierras de Inglaterra me otorgaban. El viento, levemente acariciando mí rostro, me hacía sentir un sentimiento de paz y libertad exagerado.
-¿Disfrutas de Inglaterra, mí lady?- la voz de Hal a mis espaldas me sobresalto hasta el punto de girar rápidamente por el susto. El sonrió, divertido.
-Es encantadora.- respondí, observando como sus pasos lentos y seguros lo acercaban cada vez más a mí.
-Realmente me alegro mucho de verte, Tesa.- sonreí ante el apodo.- Pero me preguntó que haces aquí y porque no estás en Italia junto a tu familia.- mí sonrisa vacilo y él lo noto.- ¿Que sucedió, Tesi?
Tragué saliva con fuerza, tratando de que él nudo en mí garganta se desvaneciera.- Tuvimos un ataque hace un par de meses. Se infiltraron en el castillo y...- suspiré y me negué a verlo a los ojos, por lo que desvíe mí atención a los jardines.- Mataron a madre y a mí hermana, Giselle.- mí tono de voz, que se había vuelto duro y cortante, se quebró un poco a último segundo.- Quisieron matarme a mí también, pero mis hermanos lo evitaron. Desde entonces padre me envió a Dinamarca con Felipa por precaución.
Escuché un suspiro por su parte y Hal me abrazo apoyando su mentón en mí hombro.
-Lo lamento tanto, Tesa.- susurró.- No tenía idea.
-Tranquilo. Dejamos de hablar hace mucho, era obvio que no lo sabrías.- suspire con pesadez.
El silencio a mí alrededor era paz pura. Lo único que se escuchaba era el revoloteo de algunas aves, el crujido de los viejos árboles por el viento o las pisadas de algún que otro sirviente.
Mirando el desierto jardín no pude evitar que los recuerdos de una infancia lejana volvieran a mí mente. Ecos de risas infantiles me hicieron sonreír levemente.
-¡Te atrapé!- un pequeño Hal de 6 años jugaba con una miniatura de mí yo de 4 años.
Una sonrisa gigante se mostró en su cara y solo pude sacarle la lengua y mostrarme enfadada aunque no lo estaba.
-Es injusto.-
-No lo es.-
-¡Si lo es! Tu eres más alto que yo. Me alcanzas con rapidez.-
-¿Te gustaría quedarte un tiempo en Inglaterra?- se separó de mí y me obligó a girar para verme.
Todo aquello fue tan rápido que me desconcertó por unos minutos.
-¿Que?-
-¿Te gustaría quedarte un tiempo en Inglaterra?- repitió, aún manteniendo una sonrisa de emoción.
-Yo...-
-Sera divertido, mí lady.- añadió al ver mis dudas al respecto.- Debo admitir desde lo profundo de mí corazón que la he extrañado.- corrió un mechón de mí cabello y lo escondió tras mí oreja.- Es increíble, en realidad. Han pasado años y sus ojos, grandes y brillantes como los recordaba, siguen cautivandome.
Sonreí con ternura y me pare de puntillas para dejar un beso justo en la "Y" invertida que estaba en su mejilla.
-Me encantaría, Hal.-
Su sonrisa se agrando. Beso mí frente y se aparto de mí para sonreírme por última vez y caminar hacia el castillo.
~•~
Ar-te-mi-sa: la segunda y última sílaba son las que utiliza Hal para el apodo de nuestra protagonista
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ℳ𝓎 ℒ𝒶𝒹𝓎 || ℛℯ𝓎 ℰ𝓃𝓇𝒾𝓆𝓊ℯ 𝒱
Fanfiction"Me basto verla para descubrir que, en estos años, no la había olvidado un solo momento, que estaba tan enamorado de ella como el primer día." •Mario Vargas Llosa || Travesuras de la niña mala.