Capítulo 19

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Los gritos eufóricos del pueblo se escuchaba hasta el castillo. Habíamos llegado en la madrugada y ahora, luego de nuestra triunfal entrada, todo el mundo parecía apunto de dar una fiesta afuera del castillo.

Estaba en mí habitación hablando con algunas de las sirvientas cuando Hal entró y las muchachas se retiraron luego de una reverencia.

-Estas hermosa.- murmuró. Sonreí.

-Ya borre todo rastro de barro de mí cuerpo, es obvio que iba a estarlo, Hal, pero gracias de todas formas.- el sonrió y se acercó a mí hasta tomar mí cintura y juntar nuestras frentes.- Me preguntó si la gente dejara de estar tan eufórica en algún momento.- solté con diversión.

-Hace mucho que yo me preguntó sobre muchas cosas. Pero esa es la primera de todas, empiezan a cansarme.- cerró los ojos con fuerza.- Luego de una guerra solo quiero paz y ellos no ayudan en nada.

-¿Te sientes victorioso, Hal?- abrió los ojos y me miró.

-¿En que sentido?-

-En cualquiera.-

-He logrado lo que mí padre nunca pudo hacer.- respondió confundido, buscando una razón en su cabeza por la que yo haría una pregunta cómo esa.- He unido a este Reino en una causa común.

-Una unidad forjada en una falsedad jamás será una unidad que prevalezca.- murmuré y me separé de el para caminar hacia la ventana y observar el exterior.

-¿De que hablas, Artemisa?-

-Luego de la emoción de haber ganado una guerra, la confusión cayó sobre mí como un balde de agua fría y estuve pensando. ¿Porque llevaste la guerra a Francia?-

-Enviaron un asesino, ¿Recuerdas?- espetó con un poco de molestia.

-¿Y como sabes que fueron ellos?- volteé y me fijé en su rostro confundido.

-Me enviaron una pelota.-

-¿Una pelota? En su momento sono muy ofensivo que Francia te haya enviado una mísera pelota, pero ahora solo pienso que es ridículo excusar una guerra con eso.- nos quedamos en silencio.- Solo son dudas, si, pero en ningún momento vimos que ellos nos declararan la guerra frente a frente. Nosotros creamos esas suposiciones y por eso los atacamos.

-Tal vez fue el Delfín el que envío el asesino.- insistió.

-El Delfín parecía lo bastante estupido como para hacer que sus ejércitos cayeran en una trampa y luego ser derrotado por resbalar en el barro.- mordí mí labio inferior mientras las dudas y las preguntas iban y venían en mí cabeza.- Parece que no tenemos una explicación para lo que hemos hecho, Hal, como si todo hubiera sido provocado por una excusa tonta.

-Debo irme.- camino rápidamente hacía la puerta y salió.

~•~

Hal camino hacia mí mientras las personas se apartaban de su camino. Se acercó y rodeo mí cintura con sus brazos, acariciando mí espalda y apoyando su mejilla en mí sien.

-No pido nada de ti, mí lady.- susurró en mí oído.- Solo que siempre me hables con la verdad. Siempre. ¿Me prometes solo eso?

Y, ignorando lo confundida que estaba mí cabeza, asentí con la cabeza y rodee su cuerpo con mis brazos.

-Lo haré.- susurré.

Él se separó y extendió su manos con las palmas hacía arriba para que las tomara. Y eso hice mientras los gritos de afuera se oían con más fuerza que antes.

-¡Rey Enrique!-

-¡Rey Enrique!-

-¡Rey Enrique!-

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 ℳ𝓎 ℒ𝒶𝒹𝓎  || ℛℯ𝓎 ℰ𝓃𝓇𝒾𝓆𝓊ℯ 𝒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora