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Eran las tres de la tarde cuando Jeonghan encontró su vieja guitarra, se sentó en el sillón y comenzó a hablarle sobre la música de los lobos. Al parecer no era la misma, ellos solían escuchar música más calmada y con voces suaves y notas largas porque así se hacía desde la antigüedad, también le habló de como los lobos viejos no los dejaban escuchar música o cantar si no habían escogido eso desde pequeños.

Jihoon dejó su computadora y se puso de pie para mirar al omega que solo tocaba las cuerdas al azar y golpeaba de vez en vez para sacar un par de sonidos extraños. Era gracioso verlo jugar, como si fuera un niño descubriendo una cosa.

—Tenía a alguien que le gustaba cantar.— Dijo Jeonghan entregándole la guitarra. —Me enseñó un poco. O algo así, nunca canté frente a nadie... Tócala. Quiero escucharte.

—¿Vas a cantar?— Preguntó con algo de humor mientras se sentaba en el suelo, Jeonghan negó. —Solía tocar guitarra despues de que me aleje del piano... mis padres son músicos, así que ellos querían que yo también lo fuera. Me gustaba, pero creo que no fue mi camino.

Tocó una corta melodía con la curiosa mirada del omega sobre sus manos, estaba bien, Jihoon solía tocar cuando era joven, tocaba en lugares públicos para conseguir un poco de dinero y tocaba con sus amigos, despues sus amigos se casaron, tuvieron hijos y lo dejaron de lado. Y dejó de tocar por un par de años haciendo que la guitarra guardara un poco de polvo. Afinó la guitarra y volvió a tocar esta vez de forma correcta.

—Ahora comprendo.— Murmuró Jeonghan. —Cuando me tocaste... se sintió bien, y estaba preguntándome porque eras tan hábil con las manos.

Soltó una pequeña risa.

—Mis manos son algo pequeñas así que fue algo difícil. Si fueran grandes hubiera sido fácil tocar el piano.

—Me gustan tus manos.— Jeonghan volvió a hablar con tanta calma que le dio escalofríos. —Se sienten bien.

Dejó de tocar por un momento. Miró a Jeonghan y lo encontró con la mirada perdida en la guitarra, su rostro pacifico siendo iluminado por la poca luz que entraba. Su departamento siempre estaba oscuro, pero cuando veía a Jeonghan siempre le parecía un poco más iluminado. Extendió la mano y tocó la mejilla del omega.

Jeonghan era muy bonito.

Pasó su pulgar sobre la mejilla hasta llegar a sus labios y los acarició, su otra mano fue hasta su clavícula donde aún estaba el chupón y respiró profundo. La noche anterior tuvo miedo, miedo cuando Jeonghan estuvo a punto de quitarle el pantalón, pero no pasó lo mismo con la marca, no sintió miedo de ser besado por Jeonghan, o de que lo tocara en sí, sintió miedo de continuar, de lo que terminaría pasando.

Jeonghan lamió juguetonamente su pulgar trayendo a Jihoon de regreso. Hubo una pequeña sonrisa y suspiró tocándola con interés, presionando sus labios. Jeonghan lo besó con un suave movimiento y dejó el pequeño espacio. Presionó un poco más el labio inferior sintiendo el toque húmedo de su lengua, le abrió la boca con cuidado y se impulsó un poco para besarlo, sus propios labios atrapando el superior de Jeonghan.

La guitarra cayó y ambos bajaron su mirada hasta verla.

—Ah... tendría que cuidarla más.— Murmuró apartándose de Jeonghan para alzarla. —La guardaré.

—¿puedes tocarla un poco más?— Jeonghan lo tomó de la muñeca. —Me gusta escucharla.

Jihoon asintió sentándose a su lado.

Touch [Jeonghoon] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora