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Jeonghan se sumergió en el agua desbordándola de la tina, Jihoon no se esforzó en limpiarlo, tan solo lo miró con desinterés desde la orilla recargando sus brazos. Había visto a Jeonghan desnudo, muy desnudo, pero esta vez se sentía cotidiano, normal y no lo ponía nervioso, así que se quedó cerca sin importarle la intimidad. Miró con interés los moretones sobre sus piernas y las marcas de fuertes agarres en sus caderas. Y sintió algo de envidia porque Jeonghan en serio tenía sexo con alguien.

Le dio una calada al cigarrillo y Jeonghan lo miró.

—¿vas a verme? Pervertido.— Habló Jeonghan y Jihoon asintió. —¿no conoces la privacidad?

—No me importa la tuya.— Respondió soltando el humo. —Estás en mi casa. ¿Qué te incomoda? Ya vi más adentro que...

—Si no te callas voy a masturbarte.

Oh, Jeonghan realmente lo irritaba. Observó las manos del omega con interés, no podía dejar que Jeonghan lo tocara de esa manera, su corazón se aceleraba y su respiración se volvía inestable con solo imaginar, pero si sentía curiosidad por sus manos. Cuando Jeonghan lo masajeo lo hizo con una delicadeza extraña, algo que fue cómodo y se sintió bien, así que se preguntó si se sentiría de igual manera si lo masturbaba. Ah, Jihoon realmente estaba pensando en ello, aunque no quisiera.

—¿Por qué viniste?

—Porque no sé callarme.— Jeonghan se deslizó en la tina. —Hay un tipo de dolor que aún me importa.

—¿Cuál?

—Es más una tortura que un dolor.— Jeonghan se sumergió por completo en el agua, Jihoon lo miró.

Pasaron un par de segundos, Jeonghan se negaba a salir mientras que pequeñas burbujas salían a la superficie. Cuando era niño solía hacer eso, se sumergía por varios segundos hasta que se quedaba sin aire, y a veces era tan idiota como para no salir a tiempo y tragar agua hasta por la nariz. Eran recuerdos inútiles y aburridos. Y cuando se dio cuenta ya había pasado varios segundos... varios. Tomó a Jeonghan del cabello y lo arrastró afuera escuchando su quejido.

—No hagas eso, me desespera.— Lo soltó. —Ven a la habitación cuando termines.

Se tiró en la cama en cuanto llegó, las luces neones iluminando solo un poco, solía golpearse con las cosas durante las noches, se tropezaba o tiraba algo por accidente, pero ya estaba acostumbrado y se negaba a cambiar su iluminación, si lo hacía entonces se sentiría como en casa de sus padres donde todo era perfectamente normal y perfectamente estricto, y lo asqueaba. Prefería cualquier cosa menos la casa de sus padres, aun si vivía en una ratonera.

—Estoy mojando tu suelo, no me diste nada para secarme.— Dijo Jeonghan de pie en la puerta, ni siquiera le dio algo de ropa. —¿estás escuchándome?

—Toma cualquier cosa del cajón. No importa.— Respondió con fastidio mirando el techo. —¿Tu primer beso fue interesante? ¿o también fue robado?

—¿Mi primer beso?— Escuchó a Jeonghan acercarse, aun estaba mojando todo, pero no le podía importar menos. —¿eres de los que les importa el primer beso o la primera vez? Pensé que no te importaría por estar desesperado. O quizás te importa demasiado y por eso no puedes hacerlo ¿buscas que sea perfecto?

—No. Busco que simplemente sea.— Sintió el peso de Jeonghan sobre la cama y se sentó para mirarlo, el chico aun estaba húmedo y desnudo, pero no parecía preocuparle. —Solo pensé que tenía que ser especial para todos. Por eso recuerdo mi primer beso.

—Mi primer beso me lo dio un lobo de servicio.— Murmuró Jeonghan con desinterés. —No fue tan especial, el lugar olía a basura.

—¿entonces el primer beso no tiene que ser especial? Vaya mierda. Pude haber olvidado a esa chica desde hace mucho.

—Solo es especial si lloras porque lo sea. Pero todas las primeras cosas son una mierda, por eso ocurren segundas y terceras.— Jeonghan lo miró.

El omega estaba recostado en su cama, se sostenía con sus brazos para alzar la cabeza mientras que Jihoon lo miraba sentado justo enfrente. Era gracioso, la posición de Jeonghan le recordó a una sirena que acababa de salir del mar. Solo que era una sirenita abusada por marineros y golpeada por tritones, y de un mar repleto de residuos tóxicos.

—Los demás besos también son una mierda.— Dijo sin interés.

—¿entonces porque no me besas? ¿esperas que sea especial?— El omega se burló. —Si vas a besarme espero que sea un horrible recuerdo, ahora me daría asco que fuera especial.

Jihoon no pudo estar más de acuerdo. Él quería un aburrido recuerdo, para olvidarlo como todos los demás.

—¿Por qué no me besas tú?— Preguntó con la única intensión de molestarlo.

Jeonghan se acercó extendiendo sus brazos y sosteniéndose sobre sus rodillas, lo alcanzó por muy poco, sus manos rodeando el cuello de Jihoon mientras se acercaba hasta quedar a un par de centímetros. Su respiración tenía su aroma, algo que no olía a nada en especial, solo a Jeonghan. Decidió no moverse y esperar, porque su corazón latía con fuerza intentando convencerse de que solo sería un beso.

Pero cuando los segundos pasaron ese beso parecía nunca llegar. Jeonghan se había detenido.

Lo miró a los ojos, sabiendo que el omega no iba a hacerlo. ¿Por qué? La pregunta rondaba en su mente.

—Por favor...— Dijo Jeonghan con la voz suave.

El omega tan solo unió sus labios, un toque tierno y débil, algo que haría un adolescente idiota con su primer beso. Duró solo unos segundos para despues apartarse dejando los mismos centímetros de distancia. ¿eso fue un beso? Jeonghan parecía nunca haber besado a nadie, porque la unión fue pequeña y tímida. Como un primer beso.

—¿Por qué lo haces especial?— Preguntó antes de empujarlo contra él, con la mano puesta en la parte posterior de su cabeza. Lo besó justo como había besado a todas las personas a quien les pagó.

Si tomaba a Jeonghan de la misma manera que a los otro, si lo besaba igual de sucio e indiferente entonces no sería especial. Jeonghan solo estaría en una larga lista de fallos y despues lo olvidaría, no ocuparía un puesto en su memoria como la chica de su primer beso. Jeonghan, al menos esta vez, no sería especial. Pero su beso desordenado y furioso fue tomando tintes distintos, porque los labios de Jeonghan eran extraños. No tan suaves pero tampoco tan firmes. De nuevo, era solo como Jeonghan.

No le gustaba Jeonghan.

Besó a Jeonghan más tiempo de lo que imaginó, se quedó sin aire, sin interés, ni ánimos, se quedó sin ganas de moverse o de pensar. Cuando se apartó el omega estaba sonrojado y en un pequeño trance, como si hubiera sido algo especial, y lo odiaba, porque no debía ser así.

—Otra vez...— Pidió Jeonghan, y estuvo a punto de negarse, pero no lo hizo.

No debía ser especial.

Touch [Jeonghoon] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora