capítulo 5

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Jimin disfrutó del pequeño break con su hijo,  pasar tiempo con Hio-ry siempre le alegraba.

-¿ Cómo está tu helado Osito?- le preguntó Jimin a su hijo que tenía las manitos todas pegoteadas con el helado.

- ¡Diquísimo papi!- y pegó una nueva lamida a su helado.

Jimin sonrió al verlo.

No podía sacarse a Jungkook de su cabeza y el tenerlo cerca no ayudaba mucho,  hoy vislumbró el Jungkook de antaño,  un poquito pero ahí estaba,  extraño toda su vida la calidez y atención que Jungkook le daba, claro que el y su inmadurez lo habían echado todo a perder.

Cuando Jungkook desapareció de su vida,  fue cuando realmente se dio cuenta lo importante que era el castañito en su vida, era como si la mitad de él se hubiera ido con Jungkook,  dejando un enorme vacío.

Todos los lugares le recordaban a Jungkook,  su risa, sus gestos,  sus berrinches y habría dado la vida entera porque hubiese vuelto a hacerlo.

A raíz de la pena que no se disipaba,  fue que descubrió que amaba a Jungkook como nunca amaría a nadie y ese descubrimiento cambió su vida completamente.

No podía pretender que era feliz,  pero aprendió a disimular para que sus padres no se preocuparan,  las chicas ya no le llamaban la atención,  era como si su adolescencia hubiera quedado estancada en el momento que Jungkook desapareció de su vida.

Se dedicó de lleno a sus estudios y salía una que otra vez con sus amigos para parecer normal .

Cuando entró en la universidad siguió con la misma rutina,  se transformó en el mejor estudiante de diseño, siendo beneficiado con algunas becas dentro de la carrera.

Fue dentro de esa etapa de su vida que conoció a Yerin,  una chica alegre y amistosa que lo hizo pensar en comenzar de nuevo.

Cuando salieron de la universidad se casaron y al año había nacido Hio-ry, Yerin fue su primera experiencia sexual,  ella tenía más experiencia que él pero no le importó fue muy paciente, Jimin nunca vio las estrellas como los libros decían,  en realidad lo de ellos era más una amistad que una relación de pareja,  después que nació Hio-ry Jimin se volcó completamente a él,  pero notó que no era capaz de hacer feliz a Yerin y en una tranquila conversación dieron por terminado su matrimonio.

A Yerin le ofrecieron trabajar en el extranjero y tenía miedo de aceptar porque no quería descuidar al niño,  Jimin al ver su dilema le ofreció hacerse cargo del hijo de ambos para que ella lograra desarrollarse profesionalmente,  después de muchas conversaciones ella accedió y fue así como Hio-ry terminó viviendo a tiempo completo con él.

Yerin nunca dejó de visitar al niño cada vez que podía,  también lo llamaba a diario,  era como una madre online.

De su matrimonio no sólo obtuvo a Hio-ry, que era su razón de vivir,  sino que se ganó un amigo invaluable,  el hermano de su esposa, Ho-Seok,  el era quien lo apoyaba incansablemente en su labor de padre y quien cuidaba a Hio-ry cuando el no podía.

-¡ Papi!- el tirón en su manga lo sacó de sus recuerdos.

Miró a Hio-ry y le sonrió.

-¿ Qué pasa Osito?- le preguntó Jimin.

- ¿Podemos lleval un helado a Dunko?- le preguntó con sus ojitos brillando.

- Claro Osito, ¿ Te gusta mucho él?- le preguntó Jungkook.

- Sí, a Osito le gusta Dunko- le respondió Hio-ry sonriendo.

Jimin suspiró,  incluso su hijo había caído rendido al castaño,  bueno aunque ahora era pelinegro.

- Vamos a comprarle un delicioso helado ¿ te parece?- le dijo Jimin a Hio-ry, logrando que éste aplaudiera entusiasmado.

Jimin aún recordaba que a Jungkook le gustaba el helado de chocolate amargo con chips de caramelo,  así que compró uno.

- ¿Sin balquillo?- preguntó Hio-ry mirando el helado dentro de un vaso.

- Se derretirá si lo llevamos en un barquillo Osito- le explico Jimin.

Hio-ry lo pensó un instante y luego asintió volviendo a sonreír.

Jungkook seguía trabajando cuando Jimin y su hijo volvieron,  levantó la vista brevemente cuando ellos entraron.

Hio-ry corrió inmediatamente hacia Jungkook.

- Dunko te tlaje helado- le dijo sonriendo.

Jungkook le devolvió la sonrisa.

-¿ Un helado para mí?- le preguntó haciéndose el sorprendido.

Hio-ry se sentía en las nubes por haber sorprendido a Jungkook con su regalo.

Jimin depositó el helado en el escritorio de Jungkook y se fue hacia el suyo,  el que Jungkook fuera amable con su hijo no significaba que lo fuera con él.

- Come lápido antes que se delita- lo apremio Hio-ry.

- Lo haré,  gracias Osito- le dijo Jungkook empezando a comer el helado.

Obviamente se dio cuenta que Jimin había elegido el sabor.

Hio-ry lo miraba comer y se relamía los labios,  Jungkook lo miró divertido.

-¿ Te gustaría probar mi sabor favorito?- preguntó mirando al niño.

- ¿ Puedo?- preguntó con su boquita hecha agua de la anticipación.

- Claro,  tengo una cuchara extra así que podemos compartir, ¿ te parece?- preguntó Jungkook.

- Sí,  yo quielo- sin decir más se trepó a las piernas de Jungkook y agarró la cuchara procediendo a comer helado.

Jimin miraba todo desde el otro lado de la oficina y sonreía disimuladamente,  nadie pero nadie podía resistirse a su adorable Osito.

Jungkook por su parte aunque no lo miraba estaba cien por ciento consciente de Jimin en el otro extremo,  él era la causa de su desvelo de la noche pasada,  porque aunque lo intento no podía dejar de pensar en él.

Hio-ry era un salvaje para comer helado y Jungkook no se dio ni cuenta cuando esté se había acabado.

- Te gustó bastante parece- le dijo Jungkook mirándolo a los ojos y levantando una de sus cejas.

- Estaba lico- respondió Hio-ry sonriendo.

Esto era demasiado y Jungkook sin pensarlo largó una carcajada.

Jimin sintió como ésta hacia eco hasta en la última partícula de su ser.

¡ Mierda, no se arrepentía de nada de lo que había vivido,  pero lo único que no se perdonaba era haber sido un maldito imbécil a la edad de dieciséis años!

¡ Mierda, no se arrepentía de nada de lo que había vivido,  pero lo único que no se perdonaba era haber sido un maldito imbécil a la edad de dieciséis años!

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