Capítulo 1

5.3K 503 92
                                        

Diez años después...

Kim Nam-joon daba vueltas nervioso en su oficina,  por fin su proyecto más amado vería la luz.

Nam-joon era un nuevo rico en la ciudad de Corea del Sur,  gracias a unas buenas inversiones se había transformado en un hombre multimillonario,  sabía que era mirado en menos por sus orígenes humildes,  pero eso no le importaba.

Su sueño siempre fue tener una casa impresionante,  pero que tuviera calor de hogar, era el regalo que le daría al amor de su vida el día de su matrimonio,  un matrimonio simbólico porque en Corea no se permitía la unión entre dos hombres,  si el era homosexual y estaba completamente enamorado de Kim Seok-jin su pareja.

No había escatimado esfuerzos para que su casa fuera construida por los dos mejores profesionales en el ámbito de la construcción de mansiones lujosas,  uno de ellos un arquitecto renombrado y el otro el mejor diseñador de interiores de toda Corea del Sur.

Unos golpecitos en la puerta de la oficina lo sacaron de sus pensamientos.

- Señor llegó el arquitecto- le avisó Sussie su bella secretaria.

- Hazlo pasar, y en cuanto llegue el diseñador lo traes inmediatamente. - le ordeno Nam-joon sonriendo.

Sussie asintió saliendo de la oficina.

Segundos después entró un hombre impresionante, Nam-joon sabía apreciar la belleza y ese hombre tenía un aura que gritaba peligro,  cabello negro y ligeramente desordenado,  cuerpo musculoso sin caer en lo grotesco, vestía un traje negro de marca y notó también que lo envolvía como si fuera una segunda piel, todo era perfecto, pero cuando miró su rostro se encontró con unos ojos fríos y acerados,  rostro que no demostraba expresión ninguna.

- Buenos días- dijo cortésmente el arquitecto- usted debe ser Kim Nam-joon,  yo soy Jeon Jungkook- terminó diciendo cortésmente y ofreciéndole su mano para saludarlo.

Nam-joon tomó su mano y le invitó a tomar asiento.

- No sabes cuánto luché por tenerte dentro de mis tropas. - le dijo con la sencillez que caracterizaba a Nam-joon.

- Su proyecto es un desafío,  también traerá beneficios a mi carrera- le dijo Jungkook con una sonrisa que más bien era una mueca.

La puerta repentinamente se abrió dando paso a un pelirrubio de figura pequeña pero demasiado atractiva, ¿ Diablos era una reunión de bellezas?, pensó Nam-joon.

A diferencia del arquitecto el diseñador tenía una sonrisa contagiosa y lo más bello de todo sus ojos también sonreían,  vestía de manera más informal pero la ropa en ese hombre pasaba a segundo plano,  porque él en si transmitía belleza y cordialidad.

Ahora pensó Nam-joon ¿cómo diablos harían para congeniar dos caracteres tan diferentes?, sólo esperaba que no surgieran problemas.

Nam-joon con su mejor sonrisa se levantó de su asiento y se dirigió a saludar al recién llegado.

- Un placer, yo soy Kim  Nam-joon,  por favor tome asiento, su compañero de trabajo ya está aquí.

- Gracias, disculpe la demora, me surgieron algunos imprevistos- se disculpó el pelirrubio acercándose a la silla donde estaba sentado su próximo compañero en este nuevo proyecto.

Cuando vio al hombre sentado allí, la sangre dejó de correr por sus venas.

- ¿ Jungkook?- preguntó titubeante Jimin.

El interpelado se giró para ver quién le hablaba y su ceño se volvió ilegible.
- Park Jimin...tanto tiempo- dijo sin ningún atisbo de cordialidad.

Nam-joon  miraba a uno y al otro.

-¿ Se conocen?- preguntó impresionado de la coincidencia.

- Éramos amigos de infancia- dijo Jimin tomando asiento al lado de Jungkook.

Jungkook sonrió irónicamente.

- Corrección...sólo vecinos,  nunca fuimos amigos.

Jimin sintió como si alguien hubiese pateado fuerte su estómago.

Desde ese momento Jungkook no volvió a mirar a Jimin.

- Si no hay problema empecemos de inmediato, Nam-joon expliquenos sus proyectos- dijo Jungkook cortando todo tipo de conversación que no involucrara el trabajo.

- Bueno primero debo decirles que estoy más que satisfecho de tener a los dos mejores profesionales del momento  junto a mí,  como se les explicó en los correos que les enviamos quiero construir una mansión, pero no cualquier mansión, quiero que cuando mi esposo lo vea,  no sólo vea una construcción bella, quiero que se vea reflejado en ella,  ese en realidad será su principal trabajo.

- ¿Pero cómo haremos eso sin conocerlo?- preguntó Jimin mirando de reojo a Jungkook.

- Eso no será problema,  lamentablemente él se encuentra en el extranjero en estos momentos,  pero les facilitaré muchos vídeos caseros que poseo de él, les recomiendo verlos juntos para que puedan ponerse de acuerdo en su trabajo.

Jimin vio que eso no le agradó ni pizca a Jungkook que mantenía la mandíbula tensa.
- Por mí no hay problema- dijo Jimin sonriéndole a su nuevo jefe.

- ¿Y tú Jeon?¿ estás de acuerdo?- preguntó Nam-joon viendo que éste no decía nada.

- Soy un profesional, ya le di mi palabra de que trabajaría en su proyecto.- dijo Jungkook un tanto seco.

Nam-joon aplaudió feliz y estrechó las manos de ambos.

- Le diré a Sussie, mi secretaria, que les muestre su oficina, la hice doble así no pierden tiempo y la comunicación es expedita. - les comunico Nam-joon todavía sonriendo.

Nam-joon apretó el intercomunicador y llamó a su secretaria para avisarle.

- Bueno espero que todo salga bien, por hoy no se trabaja,  mañana les haré llegar los vídeos para que empiecen con el proyecto, ¿ les dije cuán feliz me hace tenerlos a ambos?- preguntó sonriendo Nam-joon.

Jimin sonrió de vuelta.

- Gracias a usted por confiar en mis habilidades- le dijo Jimin.

- No seas modesto hijo,  tú trabajo habla por ti- le dijo Nam-joon.

Jungkook solo hizo una reverencia y salió en busca de la secretaria.

Sussie le dedicó una sonrisa coqueta a Jungkook,  y éste levantó una de sus cejas evaluando a la chica,  luego le sonrió.

- Eres muy bella...¿Sussie?- dijo Jungkook mirándola,  en realidad estaba acostumbrado a que las mujeres le coquetearan descaradamente, otra cosa era que a él le importara,  todo era un juego y él era el mejor jugador de todos.

Sussie cayó derretida a sus pies sin dejar de emitir sonrisitas tontas.

Jimin no sabía interpretar lo que estaba  presenciando, ¿ éste era el mismo Kookie que se le pegaba como un koala cuando eran amigos?.

- Hola Sussie, soy Jimin, ¿ podrías llevarnos a nuestra oficina por favor?- le dijo Jimin a la secretaria.

- Porsupuesto,  siganme- le respondió dedicándole una sonrisa,  no igual que la que le dirigió a Jungkook, pero sonrisa al fin y al cabo pensó Jimin.

Solo tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora