Kara es una fotógrafa de vocación y Lena es la programadora en sistemas de LCorp. Ambas se conocen en una fiesta. Y sin saber la identidad de la otra, tienen un encuentro explosivo.
Tiempo después, ambas reciben la noticia de que Lillian Luthor y El...
Estaba en el laboratorio y estaba encargándome de formular códigos para crear un nuevo sistema operativo para los nuevos teléfonos que vendería la empresa. Así que para hacer un prototipo de muestra tenía que hacer la base. No queríamos que se pareciera a los existentes así que me estaba comiendo el cerebro.
—Srta. Luthor... —Dijo Jess, la secretaria de mi madre—. El señor Spheer está en la oficina de su madre esperándola.
Tomé aire y le sonreí a Jess.
—Iré en un momento, Jess. —Le dije y dejé que se fuera.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me preparé mentalmente para dos cosas. O terminar con él para siempre o ponerlo a prueba. Las palabras de Andrea estaban en mi cabeza, si consideraba regresar con él tendría que poner sobre la mesa lo que pasó con esa chica. Solo que no sabía si tenía el valor suficiente para decirle lo que hice. Dejé mi trabajo para continuar mañana, enviando el archivo a mi disco virtual para así hacerlo desde casa. Fui lentamente hasta la oficina y cuando entré, estaba mirando para afuera por el gran ventanal. Cerré la puerta y el ruido lo hizo girarse.
—Hola, cariño. —Me dijo y levanté una ceja.
—No soy tu cariño. —Le dije y suspiró—. ¿Cuándo regresaste?
—Hace un par de horas. —Dijo y metió la mano en el bolsillo—. Encontré esto sobre la mesa de noche.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dijo con dolor, mostrando el anillo de compromiso. Me crucé de brazos y me miró tragando saliva.
—¿Por qué terminas conmigo, Lena? ¿Qué hice de mal?
—Comenzando por ignorarme por completo. —Le dije y tomó aire, incómodo—. Y además el hecho de que me habías prometido que pasaríamos el fin de semana juntos. Pero no... te fuiste a Tokio por trabajo.
—No puedo ignorar mi trabajo, Lena. —Dijo y me reí.
—¿Pero sí a tu prometida? —Le dije y noté que se comenzó a enojar.
—¿Por qué te comportas tan infantil, Lena? Somos adultos, tú trabajas tanto como yo. Has hecho programaciones desde casa.
Di un paso cerca de él y señalé a la ventana con el brazo.
