Capítulo 20

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*Kara Pov.*

Tras ese emotivo abrazo, me alejé de ella para mirarla y ambas limpiamos las lágrimas. Escuché el sonido de llamada y miré para ver qué era mamá atendiendo su celular.

—Hola, cariño... —Dijo y miré un segundo a Alura para sonreírle apenada mientras pensaba qué hacer—. Sí, no te preocupes. Seguro Lena me puede llevar a buscarte al aeropuerto.

Miró a Lena y esta le asintió con una sonrisa dulce que me hizo sonreír.

—Sí, ella me lleva y luego vamos a casa... Sí... Sí, todo salió bien. Le diré... Adiós.

Cortó la llamada y nos miró.

—Lillian, mi esposa, llega en una hora al aeropuerto y me pidió que la fuera a buscar. —Dijo y luego me miró—. Lillian te manda un abrazo y que está feliz de que te hayas reencontrado con tu mamá.

Intercambié una mirada con Alura y está aclaró su garganta.

—Eliza... Usted ha sido la madre de Kara todos estos años y quiero que sepa que su lugar no se lo quitará nadie. —Dijo y quedé helada con sus palabras—. Estoy más que agradecida por el amor y cuidado que le ha dado a mi hija. Espero podamos seguir en contacto e incluso poder conocer a su esposa y que conozca a mi esposo.

—Será un placer conocer a su esposo y que conozca a mi esposa. Y gracias por esas palabras, Kara es una hija para mí.

Ambas se sonrieron y Lena me miró un instante.

—Voy a llevar a Eliza a buscar a mamá y luego las llevaré a casa. —Dijo y miró a Alura—. ¿Te quedas a cenar con nosotras, Alura?

—Me encantaría. —Dijo en respuesta.

—Perfecto, iré por la cena entonces. —Dijo y la miré.

—¿Puedes llamar a Alex y si no está ocupada trabajando que venga a cenar? Me gustaría que la conozca.

Lena me asintió y comenzó a tomar su saco. Me acerque y la ayude a acomodarlo un instante.

—Dejé haciendo café. En un rato estoy de vuelta. —Me dijo y sonrió—. Disfruten su tiempo a solas. Creo que lo necesitas.

Asentí y estiró su mano para acariciar mi mejilla de forma tierna antes de irse. Suspiré en tanto quedé a solas con Alura y le sonreí.

—¿Te gusta el café? —Le pregunté y asintió.

—Sí, me gusta. Gracias.

Dijo y le hice seña para que se acerque a la isla de la cocina. Tomé dos tazas y mientras esperaba que el café se hiciera, la miré con atención. ¿Qué debía preguntar primero?

—Así qué... ¿Lena es la hija de la esposa de Eliza?

Me preguntó y asentí, avergonzada.

—Sí, es mi hermanastra. —Dije muy apenada—. Pero como no tenemos relación sanguínea no les molesta nuestra relación.

 Pero como no tenemos relación sanguínea no les molesta nuestra relación

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Mi hermanastra - Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora