ix

1K 129 1
                                    

Salí del salón de clases, encontrandome con Hinata y Kageyama hablando con Asahi. Al notar mi presencia, los cuatro nos quedamos en silencio, formandose una atmósfera pesada.

-Akai-san, nunca te había visto con uniforme. Por un momento creí que usabas pantalón como nosotros- iba a ofenderme por su comentario, pero su sonrisa logró que riera, acercandome a ellos.

-Ojalá, esta mierda es muy incómoda- me quejé, mirando sin querer a Kageyama, notando que veía mis piernas por un segundo, levantando la mirada instantáneamente con un sonrojo casi imperceptible.

-Akai-san, ¡el vocabulario!- gritó en tono bajo el camaroncín, por lo que rode los ojos sonriendo.

-Ya, váyanse, tienen que ir a clase- los empujé a ambos por la espalda, incitandolos a que se fueran, lo que pareció funcionar ya que desaparecieron por el pasillo.

-Akai-kun- me llamó Asahi para saludarme, por lo que yo me giré hacia él. Lo miré por unos segundos, dudosa, pero terminé por lanzarme a sus brazos, rodeando sus hombros con los míos.

-¿Qué son esas formalidades, Asahi-chan?- pregunté burlona, separandome y dedicandole una sonrisa, que no tardó en devolverme. Suspiré, desviando la mirada, apoyando mi espalda en la pared mientras cruzaba los brazos -Sabes que yo te entiendo más que nadie, ¿verdad?- que lo trajera a tema parecía no sorprenderle, probablemente los chicos le hablaron de eso.

-Lo sé- confirmó, por lo que ladee la cabeza, mirandolo a los ojos.

-Es más difícil de superar cuanto más lo piensas- me separé de la pared, apoyando mi mano en su hombro -No pienses, no te sale, si quieres jugar, juega. Todos te extrañamos- le dediqué una pequeña sonrisa, y él bajó la mirada, culpable -Aprovecha que tú tienes a donde volver.

•••

-Nos vemos, viejito- me despedí de Ukai-san, de quien había descubierto el nombre hoy temprano.

-¿QUÉ?¿POR QUÉ NO ME DIJISTE TODO ESTE TIEMPO? TE HUBIERA INSISTIDO DE MÁS TEMPRANO Y NO HUBIERAS PODIDO RESISTIRTE A VENIR.

Suspiré sonriendo, recordando el momento en el que entró al gimnasio, pero antes de poder entrar a la sala de cambio al notar que la puerta estaba abierta, escuché voces hablando dentro, y como mencionaban mi nombre.

-¿Por qué Noya-senpai se quejó de la gorra de Akai-san?- preguntó inocente Hinata, y hubo un breve silencio interrumpido por Tanaka.

-Porque la usa para esconderse.

-¿De quién?- mi cuerpo se tensó inconscientemente al ver que iban a tocar ese tema sin mi, y antes que dejar que los chicos malinterpretaran una mala explicación, me asomé por la puerta, apoyandome sobre el marco y cruzando mis brazos.

-De nadie en específico, prefiero evitar que me reconozcan en ambientes ajenos a la escuela, y dentro de la escuela evito a las chicas de voleibol- se giraron sorprendidos al notar que había hablado de eso, y yo levanté la visera de la gorra, mirando al camaroncín a los ojos, ya que él había preguntado.

-¿Entonces estuviste en el equipo de voleibol femenino?- reí suavemente ante su pregunta.

-Fui la capitana hasta que dejé el equipo- sus ojos parecieron brillar, pero se molesto al escuchar lo último, incluso vi por el rabillo del ojo como Kageyama me miraba atento.

-¿Por qué dejaste el equipo?- se quejó, y yo bajé la visera nuevamente, riendo.

-Haces muchas preguntas, camaroncín. Hagamos una cosa- levanté la mirada y la clavé en él -Por cada remate mío que recibas bien, te contestaré una pregunta- escuché la risa de Tanaka, quien apoyó una mano sobre el hombro del pelinaranja.

-Suerte con eso, Hinata-kun.

•••

Después de media hora, Hinata había llegado a tocar algunos remates, pero no había devuelto ninguno de forma satisfactoria, y su desesperación de niño pequeño comenzaba a hacer presencia, insistiendo en que le respondiera con al menos tocarla.

Golpeé el balón, nuevamente escuchando como chocaba contra el suelo, y al caer y girarme hacia Kageyama para felicitarlo, me di cuenta de que me miraba fijamente.

-¿Por qué no vuelves al club femenino?- preguntó de pronto, sorprendiendome, pero le sonreí divertida.

-No, no, si quieres respuesta, tienes que recibir el remate- señalé el lado de la cancha donde estaba Hinata, y cambio de lugar con él rapidamente. Sonreí nuevamente, guiñandole un ojo a Hinata mientras le lanzaba uno de los balones para que me lo pasara. Y así lo hizo, lo golpee con la misma confianza de siempre, y justo cuando iba a sonreír victoriosa, él se tiró hacia adelante y la recibió correctamente, por lo que mis labios se entreabrieron en sorpresa, para luego cruzarme de brazos ofendida.

-No se vale, tu tienes buena base- bajé la visera de la gorra, que se había levantado al saltar, y suspiré -No puedo volver.

-Akai-san, yo sé que te aceptaran si vas, eres increíble y...- reí nerviosa ante el intento del camaroncín, rascando mi nuca y chocando las puntas de mis pies.

-Si, no, literalmente no puedo volver. Me suspendieron 3 meses.

-¿QUÉ? ¿QUÉ HICISTE?- sonreí inocente, mientras veía como Kageyama se pasaba de nuestro lado de la cancha, probablemente para oír mejor.

-En el partido que perdimos, estaba tan en shock que me fui sin agradecer ni saludar. En mi defensa, aunque llevo años viviendo aquí, es difícil acostumbrarme al 100% a sus costumbres- Hinata largó un grito ahogado al escuchar mi explicación.

-Akai-senpai, eres una salvaje.

-Ah no, que me llames así no servirá conmigo.

red cap | t. kageyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora