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Entramos en el gimnasio nuevamente, esta vez se escuchaban algunos murmullos de los presentes, sobre como le habíamos ganado al Dateko.

¿Pero podremos ganarle al Aoba Johsai?

-¿Y esa quién es?¿Acaso tienen dos mánagers lindas? Es una injusticia.

-¿Eres tonto?¿Que no reconoces su cabello? Es la capitana del equipo femenino del Karasuno.

-¿Desde cuando ves al equipo femenino?

-Lo pasaron en televisión porque llegaron a la final, imbécil.

-¿Qué?¿Y qué hace con el equipo masculino?

-Escuché que se acuesta con todos ellos- en ese momento frené de golpe, y me giré hacia ellos lentamente. Debajo de la visera de la gorra llegué a ver sus rostros sorprendidos, y me acerqué a ellos a paso lento, en silencio, hasta llegar frente a su rostro, donde tomé al último que había hablado por el cuello de la camisa con brusquedad, acercandolo a mi rostro.

-No sueltes demasiado la lengua niño, ¿acaso no sabes lo fácil que es cortarla?- sus ojos se abrieron con temor, y su amigo salió corriendo en dirección contraria. En ese momento, sentí dos manos apoyarse en mis hombros y alejarme del chico, obligandome a soltarlo.

-Lo siento- se disculpó Daichi, alejandome y devolviendome con los chicos. Podía sentir su mirada intentando asesinarme, por lo que se la devolví con la misma intensidad.

-Ya, ya, dejalo ir Akai-chan- escuché la voz de Sugawara y sentí su brazo pasar por mis hombros, alejandome de Daichi.

-¿Quieres que lo golpee?- miré a Tanaka con una ceja levantada, que golpeaba su puño con la palma de su mano, mirando a donde estaba el chico anteriormente.

-Ah no, si Daichi-chan no me deja, tú tampoco puedes- me cruce de brazos, viendo que estabamos por pasar al baño -Luego los alcanzo, voy al baño- esa pareció ser la palabra mágica para que Hinata sostuviera su estómago, y corriera hasta llegar a mi lado. Reí mientras entraba al de mujeres y él al de hombres, y al notar que no había nadie dentro, relajé el rostro, apoyandome en el lavamanos.

¿Creían que era la capitana?¿Acaso las chicas no están jugando, como para que no sepan quien es la actual? Evito leer o escuchar cualquier cosa de ellas, tengo el miedo estúpido de darles mala suerte por solo pensar en ellas. Además, cualquier noticia quizá me daría ganas de volver, y es lo peor que puedo hacer. Ellas están mejor sin mi, no necesitan una obsesionada con hacer todo perfecto.

Me incliné en la bacha, abriendo el grifo y tirando agua en mi rostro, mirandome en el espejo. La gorra, ¿servía para que no me vieran, o para que yo no los viera?. Fruncí el ceño, los chicos están por jugar un partido importante, no puedo romperme ahora.

Abrí la puerta del baño, con la cabeza gacha, y caminé hasta que me choqué con alguien. Iba a pedir disculpas y alejarme, hasta que escuché esa voz.

-Akai-chan, no ves nada con esa gorra- levanté la cabeza de golpe, y sentí como Oikawa llevaba su mano a la visera, levantandola y haciendo que nuestras miradas se conectaran. Claramente, la mía parecía tirar cuchillos que daban justo en su entrecejo.

-¿Acaso no esquivas a los ciegos cuando los ves caminando en tu dirección? Que cruel eres- me alejé de él cruzandome de brazos, viendo como rascaba su nuca con una sonrisa.

-Claro que no, los ayudo a cruzar la calle- mi expresión se deformó en incredulidad, mirandolo con odio.

-Tan mentiroso como siempre, cuando las chicas no te están mirando, seguro los pateas de la vereda.

-¿Celosa, Akai-chan?- su sonrisa juguetona solo aumentó mis ganas de golpearlo, y justo cuando me estaba arremangando la sudadera, sentí un brazo pasar por mis hombros, tirandome hacia atrás, pegandome a su cuerpo. Miré hacia arriba, encontrandome a Tobio mirando a Oikawa completamente molesto, hasta que se giró, llevandome con él.

-Espero poder volver a colocar para ti alguna vez, Akai-chan- bufé molesta, bajando la visera de la gorra. Me sentía incómoda, sin entender por qué, hasta que levanté la mirada nuevamente, encontrandome con sus ojos mirandome con intensidad, parecía que lo rodeaba un aura de "¿De dónde lo conoces?", por lo que sin esperar que se animara a preguntarlo, suspiré.

-Era mi vecino en secundaria, antes de que me mudara aquí, y siempre jugabamos en mi patio. Hasta que se volvió una perra egocéntrica- llegamos con los chicos y Tobio me soltó para ir a prepararse, mientras Daichi me miraba sonriendo como siempre.

-Yo te separo de una pelea y me quieres matar, ¿y Kageyama-kun te separa y vuelves abrazandolo?- lo miré con el ceño fruncido, golpeandolo en la nuca esperando que Tobio no lo hubiera escuchado.

-¿Cómo supiste que iba a golpearlo?- desvió la mirada al camaroncín, que se escondió detrás de Kageyama, quien le gritó y comenzaron a pelear.

-Hinata-kun apareció corriendo diciendo que te lo habías chocado, que "salía fuego de tus ojos" e ibas a matarlo, y así no podría ganarle - me giré a ver al pelinaranja riendo, notando como Tanaka intentaba separarlos.

-Bueno, quizás la parte de que iba a matarlo no estaba tan errada.

red cap | t. kageyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora