-Tanaka, si vuelves a errar tendras que dar 3 vueltas alrededor del gimnasio- grité desde fuera de la cancha, viendo como él me sonreía y asentía en confirmación sin siquiera pensarlo, por lo que mordí mi labio sonriendo -A veces me pregunto si usa los oídos para otra cosa que no sea escuchar tu saludo cuando entras- reí codeando a Kiyoko, quien ocultó una pequeña sonrisa detras de su mano.
De pronto, Takeda entró desesperado al gimnasio, por lo que todos nos giramos a verlo, y yo salí disparada en su dirección, cruzando la cancha para llegar a su lado y ayudarlo a mantenerse de pie.
-Conseguí... un partido de práctica- abrí los ojos con sorpresa y levanté los brazos gritando junto con todos los chicos, dandome cuenta de que había soltado a Takeda de repente y atajandolo nuevamente.
-Eres el mejor, Takeda-san- aseguré sonriendole, por lo que él me miró orgulloso, devolviendome el gesto y separandose para mantenerse de pie por su cuenta.
-Es contra el Aoba Johsai- mis ojos se abrieron de par en par, incluso levanté la visera de la gorra y miré fijamente al profesor, esperando ver el gesto de que era broma en su rostro, pero al no notarlo, me giré hacia Daichi, que me devolvió la mirada con una sonrisa.
Me apresuré a llegar a su lado, colgandome de su hombro para que bajara la cabeza a mi altura y frotando su cabello con mis nudillos mientras sonreía.
-Vayan a mostrarles quienes son los cuervos de Karasuono- le festejé alejandome un poco, viendo como levantaba la cabeza y miraba en dirección a Takeda.
-No tendría sentido ir sin nuestra entrenadora, ¿no lo crees?- al tener la gorra levantada llegó a notarse mi expresión de sorpresa, que rapidamente se transformó en una sonrisa.
-No pongas excusas, me convences de ir porque sabes que soy el mejor público- me alejé completamente de él, ladeando la cabeza para mirar a Kiyoko -Si tan solo la mánager me dejara cantar mis canciones de cancha- hice un pequeño puchero, viendo como me miraba con una pequeña sonrisa, hasta que sentí el brazo de Tanaka dejando caer todo su peso sobre mis hombros.
-Siempre haces sonreír a Shimizu, no sé qué haría sin ti- lloriqueo, por lo que le pegué un codazo en las costillas, provocando que se doblara hacia atrás.
-Probablemente babear solo- reí negando con la cabeza, mientras veía de reojo como Hinata daba un paso hacia atrás con miedo -Además, no tienes chances con ella. Alejate, pelado mugriento- dije mientras me acercaba a ella rapidamente, entrelazando nuestros brazos y caminando fuera del gimnasio, sacandole la lengua en burla.
-Me las pagaras, Akai-san.

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red cap | t. kageyama
Fanfiction𝐑𝐂 | • Deja la cadera quieta, capitán. Estás recibiendo, no bailando bachata • ••• 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 Akai se esconde del mundo detrás de una gorra, pero Kageyama ve más allá de ella. ••• • Solo me pertenece el personaje de Akaihana y su familia.