Corría entre las calles oscuras de Miyagi, sin seguir un rumbo fijo, aturdida por las palabras ajenas que se repetían una y otra vez en mi cabeza.
-¿Por qué te fuiste del equipo?
-¿No deberías prepararte con el equipo femenino?
-¿Vas a volver cuando se te acabe la suspensión?
-Eres una cobarde.
-No fue tu culpa, Hana-chan.
-¿A dónde vas? Tenemos que despedirnos.
-Esa chica Akaihana, siempre supe que sería un problema.
Frené de golpe, dandome cuenta de que había llegado al gimnasio de la escuela si querer. Apoyé mis manos en mis rodillas, cansada y aturdida por los recuerdos, y caí sentada sobre el suelo, apoyandome contra la pared mientras cerraba los ojos con fuerza. Escuché a alguien salir de la puerta, pero solo junte más mis piernas contra mi pecho y seguí con los ojos cerrados, no podía verme de donde estaba.
Habían pasado unos minutos así, hasta que escuché pasos caminar en mi dirección y levanté la cabeza, encontrandome con Kageyama con dos cajitas, una de leche y otra de jugo multifruta. Le dediqué mi mejor sonrisa mientras estiraba mis piernas y palmeaba el lugar a mi lado, en el cual se sentó para luego extenderme la bebida, la cual tomé.
-Gracias, Tobio- le sonreí y clavé la pajita en la caja, no iba a preguntarle cómo se había acordado que esto era lo que tomaba, sonaba muy cliché, y probablemente contestaría algo como "Fue la primera que vi" -¿Estás solo?¿Dónde está Hinata?- frunció el ceño cuando le pregunté eso, lo que lo hacía ver super tierno al estar tomando de la caja de leche.
-Tuvo que irse- contestó sin más, y giré la cabeza hacia adelante. No quiero indagar mucho, probablemente o no sabe, o no se acuerda, y tampoco me preocupa tanto.
-¿Qué estabas entrenando?
-¿Qué estabas haciendo?
Reí al darme cuenta de que ambos habíamos hablado al mismo tiempo, además de que su pregunta algo nerviosa dejaba ver que no está acostumbrado a sacar tema de conversación con las personas.
-Servicios- contestó aplastando el cartón leche, mientras yo le daba un sorbo al jugo, asintiendo con la cabeza.
-¿Quieres que te ayude recibiendo? Así sabras si tus saques son realmente inalcanzables- lo codee suavemente con una sonrisa, y él me miró de arriba a abajo.
-Estás toda sudada, ¿no estás cansada?- mi sonrisa se convirtio en una fina línea de golpe, y parecía que estaba matandolo con la mirada, hasta que no pude evitar contener la carcajada, y me levanté extendiendole la mano. Justo cuando la iba a tomar, la saqué sonriendole burlona.
-Lo siento, no querras tocar mi mano llena de sudor, puajjj, sudorrr- movía mi mano frente a su rostro exagerando mis expresiones de asco, hasta que tomó mi muñeca y la alejó de su cara, levantandose y mirandome directamente a los ojos.
-Te veo sudada siempre- ¿qué? Este chico es increíble, en serio si tuviera una mujer en frente no haría más que cagarla. Reí mientras me soltaba de su agarre, dirigiendome al gimnasio.
-Touché, pero no estoy cansada, ¿acaso tienes miedo?- su rostro se transformó en molestia, y yo sonreí mientras entraba dando saltitos y tomaba una de las pelotas, lanzandola en su dirección, pero la atajó con un sola mano, y me miró aún serio.
Mierda, ¿dónde está el Tobio tierno de recién y por qué dejó a su gemelo jodidamente atractivo en reemplazo?
Pasé por debajo de la red al lado contrario de la cancha, preparandome para recibir. Me puse en posición, hasta que noté que él se había quedado mirando la pelota entre sus manos, pensativo. Fruncí el ceño, y justo cuando le iba a preguntar qué le pasaba, levantó la mirada en mi dirección.
-¿Por qué estabas así fuera del gimnasio?- su pregunta me agarró completamente desprevenida. Aunque la hubiera esperado de cualquiera, era Tobio, no solía preguntar o no parecía preocuparse por esas cosas. Pestañee un par de veces, tratando de reaccionar, y pasé una mano detrás de mi nuca, rascandola con una sonrisa nerviosa.
-Me había cansado, pero ya estoy bien. Vamos, saca- me puse nuevamente en posición, y mi respuesta pareció convencerlo, porque se fue al fondo de la cancha. Saltó y golpeó la pelota, por lo que corrí a recibirla, y al hacerlo de forma correcta, la atajé en el aire, sosteniendola entre mis manos y mirandolo con el ceño fruncido.
-Oye, ¿le pegaste suave por lo que dije? Te dije que ya estoy bien, no seas bobo- le lancé la pelota por arriba de la red, y el la atajo entre sus manos, respondiendome su típico "sí" seguro, por lo que sonreí. Realmente es divertido pasar tiempo con él.
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red cap | t. kageyama
Fanfiction𝐑𝐂 | • Deja la cadera quieta, capitán. Estás recibiendo, no bailando bachata • ••• 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 Akai se esconde del mundo detrás de una gorra, pero Kageyama ve más allá de ella. ••• • Solo me pertenece el personaje de Akaihana y su familia.