Capítulo 17

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Siempre vivimos tan metidos en nuestras realidades que, de alguna manera, olvidamos que no todos vivimos y sentimos la vida de la misma manera

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Siempre vivimos tan metidos en nuestras realidades que, de alguna manera, olvidamos que no todos vivimos y sentimos la vida de la misma manera. Olvidamos que nada en este mundo es netamente universal y que cada ser es un cosmos único que goza de alguna individualidad autónoma que impide que haya dos iguales, del mismo modo, te ayuda a agruparte con semejantes que enlazan con tu desarrollo como ser social.  Lastimosamente, tras ese olvido, cuando nos encontramos  hechos que disciernen de nuestras costumbres entramos en un transe de incredibilidad que estremece todos nuestros sentidos haciéndonos, en primera instancia, rechazar cualquier acercamiento a estas actitudes que nos escandalizan mientras, quienes las practican, parecen totalmente naturalizados en ellas.

Mi agudizado sentido de la audición escucha como las flamas del fuego se expanden ansiosas sobre aquellas valientes que osan posarse sobre él como si su agresiva fiereza no fuese más que una caricia para sus delicados cuerpos que arden bajo el elemento más inestable de todos lo creados. Mi olfato, capta el momento en que el aire toma un olor fuerte a piel quemada mientras gotas de sangre caen sobre el fuego molestándolo y, por consiguiente, generando una reacción más agresiva del mismo. Mi visión ve con miedo como aquellas tres mujeres, lideres por naturaleza, están allí, desnudas sobre brazas que dejan arder libre al fuego que busca purificarlas con notoria ansiedad; por su parte, ellas se mantienen firmes, si dejar siquiera que alguna mueca de dolor circunde sus delicadas facciones, como si aquello solo fuera agua que aleja de sus cuerpos suciedades que deben ser removidas.

--- Mira, su piel desaparece.--- murmura asustada Megara mientras vemos como la piel se vuelve carne y las llamas se quedan estancadas en las caderas de ellas sin pode subir más. 

Su gente, quienes se encuentran formando un semicírculo, al ver como la piel cae derretida sobre las brasas y la sangre resbala sobre la carne al rojo vivo, empiezan a gritar de forma agonizante mientras mueven sus brazos de arriba hacia abajo, como si quisiesen que algo viniera a presenciar dicho sacrificio que esta dejado gravemente heridas a estas hembras que por decisión propia se están siendo incineras completamente desnudas.

--- El ambiente se está poniendo raro. --- digo para mis adentros siendo consciente de que el aura se vuelve pesada e inestable pero, al mismo tiempo, no soy capaz de separar los ojos de como aquellas  tres mujeres tienen las piernas ardiendo mientras su gente grita y empiezan a saltar enérgicamente moviendo de la misma manera sus extremidades superiores. De repente, el fuego se expande consumiéndolas por completo un segundo para luego desaparecer por completo, dejando inestables a las mujeres que son rápidamente sacadas de las brazas para ser cubiertas por piles de animales. 

Aquella, la de los ojos violetas cargados de misterios aberrantes, me ve entre la bruma de su debilidad mientras es alzada por otras hembras que suavemente la alzan y emprenden camino internándose más en el bosque, su mirada me ve desafiante, ocultando el dolor que debe sentir en este momento, dejándome ver la fiereza de su alma y el poder de su mente. Mientras más caminan mis ojos van perdiendo a aquellos seres misteriosas de mi vista pero, no es hasta cuando han pasado algunos minutos de que se fueron que me permito moverme de detrás de aquel árbol que me protegió de los demás pares de ojos que aquí estuvieron.

La insurrección del olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora