Ahora mismo acabo de salir del entrenamiento con nuestros guerreros mientras escucho la risa de Aron. Resulta que no se que me pasa pues, literalmente, me levante sin nada de energía y a pesar de que comí todo lo que se me atravesó, nada ha hacho que recupere la energía ni que se sacie mi hambre.
--- No puedo creer que de un simple golpe te haya tumbado. --- me dice Aron con lagrimas en sus ojos
--- Cállate. --- Camine hasta donde esta Mía esperándome con su libreta y crayones.
--- Alfa, no tiene mucho que hacer hoy en la manada. --- me informa ella viendo sus dibujos en la libreta.
--- Gracias Mía. --- le digo para salir rumbo a la casa en donde deje a Shorem.
--- Un placer verla en esta hermosa mañana, mi reina. --- me dice Shorem desde la rama de un grueso y imponente árbol. Al bajar de allí, sus ojos oscuros escanearon cautelosos mi rostros. Obviando aquella confusa acción, me centro en decirle lo que tengo que comunicarle.
--- Voy a ir a la tierra de los vampiros, así que si quieres venir sígueme. --- le digo mientras camino. Al llegar al limite de la manada para introducirnos a tierras baldías, llega a nosotros Aron viéndonos con una ceja levantada.
--- ¿A donde vamos? --- pregunto él mientras yo seguía caminando a paso cansado.
--- A donde no estas invitado. --- Respondió Shorem mientras descendía de su vuelo.
--- A donde sea que este invitada ella estaré invitado yo, quieran o no. --- lo enfrenta Aron haciéndome rodar los ojos.
--- Voy a ver a los vampiros. --- le digo deteniéndome para verlo. --- Y si quieren ir conmigo les recomiendo que se callen, hoy no estoy de humor para soportar estupideces.
Retome mi andar siendo seguida por ellos que, al parecer, se tomaron muy en serio mis molestas palabras. Mi andar era lento y eso llamaba la atención de los dos seres detrás de mi pues, por lo general, suelo ser una mujer rápida que aprovecha cada segundo que tiene a su disposición.
Cuando nos separan un pocos metros para llegar a las tierras dominadas por los vampiros siento como alguien se aproxima corriendo a nosotros haciendo que mis fosas nasales reconozca aquel aroma tan controversial para mi.
--- El destino nos odia. --- comenta Megara
--- ¡Hasta ahora te das cuenta de eso?
--- Mi Lu... --- se corta Athan al ver mi mirada cortante que emana advertencias. --- Digo, alfa Calipso, que alegría es verla cerca de mis terrenos.
--- Tus terrenos quedan más al oriente así que justo ahora estoy más cerca a los terrenos Vampiros que, curiosamente, es a donde voy. --- le digo siguiendo mi andar.
--- Bien, los acompaño. --- dice el sumándose a mis otros dos guardaespaldas. Por mi parte suelto un pequeño gruñido, en serio que ni tengo fuerzas de pelear con él.
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La insurrección del olvido
Manusia SerigalaLa victoria fue contundente, aunque, eso no fue suficiente para calmar el sabor amargo de la perdida de sus hermanos caídos en la batalla. Las palabras de aquella mujer no eran solo una vacía advertencia sino, por el contrario, son una realidad inme...