CAPITULO 31:

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En las últimas semanas, diversos sucesos terribles se habían desatado, comenzando con el hecho de que Marietta Edgecombe había delatado el secreto sobre el "Ejército de Dumbledore", causando así que la noticia llegará a los oídos de él ministro quien al creer que se trataba de un complot en su contra decidió mandar una orden para que el director fuera trasladado a Azkaban (cosa que no sucedió) por su parte Dumbledore decidió desaparecer sin dejar rastro u oportunidad de que se le tratara como un delincuente mágico. Ocurridos aquellos sucesos, Dolores Umbridge asumió la dirección del colegio.

Salía de la clase de pociones, doblaba la esquina de un pasillo deprisa hasta que alguien se unió a mi lado.

-¿Qué tal estuvo la clase?- pregunto Cedric dándome un pequeño apretón de mano

Lo mire de reojo y sonreí con los labios cerrados, no teníamos demasiado tiempo para estar juntos por la cuestión de los nuevos decretos educativos pero normalmente siempre encontraba la forma.

-Aburrida, como lo es todo desde que está ella- musite poniendo los ojos en blanco y soltando un bufido

-Las cosas mejorarán, ya verás- aseguró como si hubiera visto el futuro en la clase de adivinación

Antes de poder responderle al castaño, dos chicas pasaron frente a nosotros, moviendo sus túnicas y parloteando como si tuvieran la conciencia demasiado tranquila. Marietta y Cho, no sabía explicar la rabia que tenía en su contra, y la frustración que retenía desde los sucesos ocurridos con ambas.

-¿Por qué lucen demasiado relajadas?- pregunte entrecerrando los ojos, de un momento a otro me encontraba caminando hacia ellas

-No, espera- me llamo Cedric mientras corría detrás mío

Alcance a ambas en un pasillo lateral al Gran comedor. Sin una pizca de consideración tome a Cho del brazo y la gire hacia mi, su mirada estaba desconcertada junto a la de su pelirroja y estúpida amiga.

-Es una sorpresa, no habíamos podido hablar, Cho- solté alzando las cejas

En su rostro se formo una odiosa sonrisa descarada, similar a la de la pelirroja de pie a su lado-.¿Tenemos algo que hablar?- pregunto con descaro

-¡TÚ estúpida sonrisa solo te hace ver idiota!- grité soltandola de golpe y haciendo que se tambaleara-. Tengo una advertencia, no vuelvas a acercarte a Harry, mucho menos a mis amigos y a mi...

-¿Es algo que me debería afectar?- cuestionó con la ceja enarcada

Saqué mi varita de mi túnica y le apunte directamente-¿Quieres qué te afecte?

Los alumnos alrededor cuchicheaban, había un considerable grupo de personas observando la discusión, pero eso a ninguna de las dos parecía importarnos.

-Suficiente, vamos- dijo Cedric mientras me tomaba de la mano e intentaba persuadir

-Hazle caso a tú mascota, para evitar otras planas con la pluma especial de la directora- soltó Marietta con una risilla que me rasgo los tímpanos, a comparación de Marietta, Pansy comenzaba a ser dulce.

-¡Cállate pedazo de porquería!- le grité bastante irritada mientras le hacía una seña de burla respecto al acné que había sido castigo por parte de Hermione

Su mirada se torno con un toque que avisaba que se moría de rabia, suspire con satisfacción al ver aquella mueca.

-¡Tú y él maníaco de tu hermano son quienes deberían callarse respecto al tema de que quien-no-debe-ser-nombrado ha vuelto!- gritó de la misma forma

•𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐄𝐈𝐑•~ 𝑻𝑶𝑴 𝑹𝑰𝑫𝑫𝑳𝑬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora