𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐄𝐈𝐑◇𝑻𝑶𝑴 𝑹𝑰𝑫𝑫𝑳𝑬

CAPITULO 22:

Desperté bajo un gran roble, estaba cubierta con una túnica negra, con la sensación de haber vivido el evento más fuerte de mi vida. Al ponerme de pie me sentía desubicada totalmente, sabía que estaba a los límites de algún bosque, me gire a mi derecha y divise una casa rocosa que me resultaba familiar.

¡La cabaña de Hagrid! ¡Estaba en Hogwarts!

Los primeros rayos del sol se asomaban, fue ahí cuando decidí correr hacia Hagrid, no debía exponerme a los límites del bosque prohibido en ese momento durante un largo lapso de tiempo; al llegar me percaté que los faros estaban encendidos, así que llame anla puerta con fuerza.

-¡Ya van!- se escuchó la voz de Hagrid y fuertes pasos que se aproximaban

Al mirarlo, me percaté que tenía la nariz colorada y los ojos hinchados, como si hubiera estado llorando sin parar.

-¿Hagrid?- cuestione extrañada por su estado

-¡_______!- gritó Hagrid sorprendido dandome el abrazo más grande de mi vida-. ¿Cómo es que estás viva?

Me quedé en silencio durante un largo tiempo , no estaba segura de decir la verdad. Tenia la seguridad que no creerían lo que sucedió e incluso en el peor de los casos podrían llegar a pensar que me uní a él.

-Ni siquiera yo lo sé.- mentí

-Creimos...- hizo una pausa y comenzó a sollozar- Creímos que te habían asesinado.

Y así sin más un pensamiento negativo llego a mi, era como si las cosas se pintaran de una perspectiva diferente a la mía.

¿Por qué no hicieron algo por rescatarme?

-Tengo que llevarte al castillo, tú hermano está destrozado, al igual que todos tus amigos- dijo sacándome de mis pensamientos, limpiandose la cara y tomándo un faro-. Vamos hacia allá...

Me limite a mostrar una sonrisa y caminar junto a él, estaba feliz de estar en Hogwarts, aunque el vacío que sentía incrementaba a cada momento.

-Entra ______- ordenó abriendo la puerta principal

-¿En donde está Harry?- pregunté cuando por fin estuve en el castillo

-En su dormitorio, está profundamente dormido, la señora Weasley le dio una poción para dormir.

-¿Está bien?

-Estaba profundamente derrotado- su expresión pareció entristecerse

-¡Gracias por traerme Hagrid!- corrí directo hacia la torre de Gryffindor y aunque no veía entre los oscuros pasillos intentaba no tropezar con nada para no retrasarme.

-¿Quién anda ahí?- escuché la voz del profesor Dumbledore y seguido de ello una luz intensa

-Soy yo profesor- respondí acercándome para verle

Pasos lentos y sonoros, mis nervios estaban de punta. A él no le podría mentir.

-¡Señorita Potter!- dijo con asombro- ¿Cómo es que...?

-Él me dejó vivir señor...

Su entrecejo se frunció y me lanzó una mirada extraña seguido de ello comenzó a caminar

-Vamos a mi oficina

No pude negarme así que lo seguí hasta llegar a su oficina donde ambos tomamos asiento, no evitaba sentirme pequeña ahí.

-¿Que sucedió realmente?- preguntó tomando asiento y cruzando las manos

-Bueno pues llegamos al cementerio y...- dije antes de ser interrumpida